1/23/2006

Desalación en el Plan AGUA

Según informa La Razón en su diario de 23/01/2006, de las 25 desaladoras previstas por el Plan AGUA, sólo hay cuatro en marcha y dos en ejecución.

De hecho dos de las que están en funcionamiento, la de Marbella (inaugurada en el 1997) y la de Carboneras (2004), ya existían antes del Plan AGUA, y parece ser que se programaron y ejecutaron por al anterior gobierno, el del PP, y estaban previstas incluso con el trasvase del Ebro. Sin embargo el rendimiento actual de alguna de ellas está al 10% de su capacidad.

Considero que hay que seguir muy de cerca la desalación, tanto la ejecución de las obras como su explotación, el precio final de desalación y el uso que se haga del agua desalada, además del consumo energético (estimando cual es la energía procedente de combustibles fósiles) y de los efectos de la salmuera en el entorno próximo. Un reto que nos permitirá juzgar la bondad de ese proyecto.

Ciertamente estas actuaciones pueden reducir la demanda de agua trasvasada, pero para ello se requiere que el precio del aga desalada sea menor del establecido en el PHN y que su uso sea sostenible. La técnica puede permitir que los efectos nocivos de la salmuera sean paliados, pero la técnica no nos está permitiendo utilizar energía limpia para alimentar esas plantas. La demanda de agua tampoco se está remediando y, si los estudios de cambio climático son correctos, la desertización del levante es un hecho y su necesidad de agua irá en incremento: se impone regulación, desalación y cualquier otra medida solidaria y compatible con el desarrollo de los demás territorios.

¿Podría ser bueno un transvase coyuntural mientras se buscan otras soluciones? De hecho es cierto que el deterioro de los acuíferos levantinos es de muy difícil solución. Pero también es cierto que un trasvase establecido como derecho genera unas demandas difícilmente reducibles y puede provocar un desequilibrio futuro en las cuencas cedentes.

¿Y si para esa coyuntura se utilizase sólo lo que sobra y mientras sobre por un tiempo limitado, como por ejemplo diez o veinte años? ¿Y si sólo se estudiase un trasvase para el abastecimiento de población?

Considero que esas preguntas se han de hacer y trabajar también en la dirección marcada por la ministra actual (que tampoco niega un hipotético futuro trasvase), para ver lo que dan de sí las opciones que se han elegido, pero con las cuentas de precio y de agua realmente utilizadas bien claritas.

De hecho en el PHN derogado también se consideraba la desalación como una medida preferible al trasvase, conjuntamente con la reutilización del agua y la mejora de los sistemas de regadío. Lo único es que para eso no se llamó inútiles a los técnicos anteriores en un preámbulo de ley, sino que se asumieron los trabajos técnicos que desarrolló el equipo Borrell-Narvona.

1/19/2006

Qué debe primar en la gestión del agua. Caso Guadiana

El ABC en su edición impresa de 18 de enero nos informa de una nueva destitución dentro del Ministerio de Medio Ambiente, regido por la Sra. Narbona, en este caso en la Confederación Hidrográfica del Guadiana.

Aparentemente los motivos son simples: el Presidente destituido, el Señor Ignacio Sánchez, ha aplicado la ley de aguas y ha incoado expediente sancionador a 5.000 agricultores por apertura de pozos ilegales, amenazando con sanciones que van de 6.000 a 300.000 euros.

Los regantes, en este caso, acusan al Presidente de esa Confederación Hidrográfica de incumplir la promesa de la Señora Ministra de no sancionarles.

Conflicto interesante: el poder de la ley de aguas frente a la promesa de la Ministra. Esa promesa ¿es acorde con la ley?, ¿se gobierna a golpe de promesas ministeriales o de leyes, decretos leyes, reglamentos, órdenes ministeriales, etc?

No es mi intención que se sancione a nadie, pero si la aplicación de la ley lleva a la destitución de un Presidente de un Organismo de gestión del agua ¿qué es lo que falla? ¿Acaso le gestión del agua, para que se dure en un cargo público, ha de ser caótica?

Yo había entendido a la Minsitra de Medio Ambiente que iba a ser más seria en la aplicación de la ley y que los infractores iban a ser sancionados con más dureza... pero eso debió de ser hasta oír su primera pitada en Castilla-La Mancha. Es un recurso singular para resolver un expediente sancionador. Pito a un Ministro y me premian de esa manera, destituyen a quien me sancionó y nombran a otro Presidente al que le revisten ¿de qué autoridad?

Sólo queda pensar cómo vamos así a racionalizar la gestión del agua.

Federico R. de Rivera

1/16/2006

Donde está la clave del caudal del delta del Ebro

Actualmente, dentro de las concesiones que el gobierno de todos los españoles ha realizado a Cataluña, les ha dado a ellos la competencia de fijar el caudal del Ebro en desembocadura.

Esta opción debe analizarse con la suficiente profundidad, porque ¿cómo se puede conseguir que ese caudal fluya de modo estable?

El primer requisito está en la racionalidad del caudal que se fije. Si se plantea asegurar un vertido estacional de 7.000 hm3/año con sus puntas correspondientes de avenida, se está ante una figura tan sencilla como comprometer la explotación actual y futura del Ebro para servir ese caudal aguas abajo de Tortosa, sin otro beneficio que asegurar la geometría del delta ya que sus aportes sólidos no pueden venir mientras la trampa de sólidos que son Mequinenza y Ribarroja sigan existiendo. No quiero ni pensar lo que pasaría si esa cifra se llevase a los 9.000 hm3 que puede haber algunos años que ni se den como vertido final del Ebro.

De todos modos lo de la geometría del delta tampoco estaría asegurada sin lo que algunos llaman la "polderización" del Ebro.

Sin embargo estas líneas tienen como finalidad buscar una actitud racional ante los usos del agua que respeten los derechos y aspiraciones de todos los territorios que son bañados por el Ebro. Y un presupuesto básico es el no desembalsar las reservas cántabras, riojanas, navarras y aragonesas para servir ese caudal siempre que sea limitante, tanto de la gestión actual del agua como de la futura, en esas comunidades autónomas.

De ahí entendemos que sólo podran darse esos caudales desde los sobrantes que es imposible regular, desde los caudales que por motivos ambientales se sueltan en la actualidad, como pueden ser los 30 m3/s del Ebro en su paso por Zaragoza (con condiciones restrictivas en caso de sequía), los que puedan verterse teniendo en cuenta las limitaciones aragonesas por motivos ambientales en los embalses de Mequinenza y Ribarroja, y los que desde los afluentes del Segre que sólo pasen por Cataluña que sean reordenados para cumplir la aspiración prioritaria de esa Comunidad autónoma que es verter el agua al mar.

Con esas condiciones se minimizan los efectos para los demás socios del club del Ebro y se respeta que los catalanes aspiren a ver el Ebro continuamente crecido a su paso por Tortosa.

Federico R. de Rivera

1/13/2006

Medio Ambiente y uso racional de los recursos naturales (II)

13/01/2006

El agua como recurso y como elemento del medio natural.

Uno de los elementos básicos necesarios para la vida es el agua, que puede entenderse como un componente más del medio natural, o como un recurso necesario para el desarrollo humano, si bien ambas concepciones se complementan.De hecho, gracias a la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficientes se ha logrado atender las necesidades básicas de gran parte de la población mundial y potenciar un desarrollo en tiempos insospechado.

El agua está en el origen de la primera fuerza motriz utilizada por el hombre en molinos y fraguas, antes del uso de ese mismo recurso como generadora de la electricidad. Pero también ha sido la base de la implantación de las primeras civilizaciones sedentarias en la Mesopotamia y en el bajo Nilo, cunas de la cultura occidental.

Primeramente el agua era utilizada donde fluía, y ahí donde estaba garantizada en cantidad suficiente, era normal que se ubicasen los principales núcleos urbanos. Sin embargo ya de antiguo, al crecer las urbanizaciones se ha buscado trasladar el recurso de donde se generaba ahí donde se necesitaba, quedan vestigios en los acueductos romanos, en las acequias de riego tanto romanas como árabes, el las minas de agua como las existentes en Jerusalén como en el mismo Madrid hasta la traída de agua del Canal de Lozoya, etc.

En definitiva, somos lo que somos, entre otras razones, gracias a que hemos aplicado nuestro ingenio y nuestra técnica a conseguir la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente para atender nuestras necesidades.A día de hoy Madrid consume anualmente más de 500 hm3 de agua; Zaragoza más de 85 hm3.

La necesidad de garantizar este recurso, sea el año seco o húmedo hace impensable una sociedad sin obras de regulación.Es gracias a las obras de regulación y principalmente a los embalses, por lo que se puede disponer del agua en cantidad, calidad y garantía suficiente. Nuestro desarrollo es posible gracias a aprovechar el recurso almacenándolo para cuando no se genera. Hoy en día no podríamos atender la demanda básica de abastecimiento sin esas obras de regulación.

En Zaragoza, sin el embalse del Ebro (ubicado en Reinosa) y el embalse de Yesa (entre Navarra y Aragón), no tendríamos garantizado el abastecimiento de agua en verano, ni podríamos obligar al río Ebro a tener un caudal de 30 m3/s a su paso por Zaragoza (caudal recomendable por motivos de calidad del agua).

Del mismo modo, solamente gracias a la capacidad de regulación de nuestros embalses se puede asegurar el agua en las zonas regables, únicas zonas rurales donde todavía se fija la población en Aragón. Hay que tener en cuenta que gran parte del territorio de Zaragoza y Huesca depende para su viabilidad de esa disponibilidad del agua; sistemas de riego como Bardenas, Riegos del Alto Aragón y Canal de Aragón y Cataluña configuran nuestra cultura y paisaje desde las Cinco Villas, los Monegros, y las zonas del Cinca y del Ésera. Pero esa vida sólo es posible por los embalses de Yesa, La Sotonera, Mediano y El Grado y Barasona que retienen las aguas de invierno.

Como puede comprobarse, gracias a la intervención humana con el agua y a la previsión de futuros con los embalses, se consiguen generar las condiciones para un adecuado desarrollo humano.

Sin embargo esas actuaciones han modificado de modo sensible nuestro entorno vital. Los ríos hoy en día, gracias a las aportaciones suministradas directamente desde su cabecera por las obras de regulación, o gracias a los retornos de las zonas regables, llevan caudales en verano antes impensables. Incluso en algunos casos se ha invertido el régimen fluvial, siendo más el caudal de verano que de otoño.Junto a esas alteraciones del régimen fluvial se ha generado unas condiciones ambientalmente óptimas para determinadas especies naturales, produciendo alteraciones que, en determinados casos, han fomentado la biodiversidad y su riqueza, en otros han supuesto un sacrificio de determinados entornos de valor medioambiental para fomentar el desarrollo.

Pero esas repercusiones, que podrían considerarse positivas, han traído también efectos negativos asociados:La mayor seguridad motivada por la regulación y las motas de defensa, percibida por los ribereños ha llevado a la ocupación de las llanuras de inundación, como por ejemplo en la urbanización del ACTUR de Zaragoza.

En algunos casos esa invasión de cauces ha provocado una peligrosa rigidez en la explotación de las obras de regulación, como en el caso de los embalses que están aguas arriba de Tortosa en el río Segre. Y, en todos ellos cabe la posibilidad de una avenida no regulable por el actual sistema de obras hidráulicas que genere serios problemas.

Por otra parte el uso concentrado del recurso agua ha motivado vertidos de aguas contaminadas que han dañado gravemente la calidad del agua en los cauces, obligando en algunos casos a soltar desde embalses agua de dilución de la contaminación.

Este efecto de pérdida de calidad del agua se está paliando con una red de depuradoras, entre las que están la estación depuradora de La Almozara o de la Cartuja, y, últimamente, la del río Huerva, lo que ha llevado a la recuperación de la calidad del agua en el río Huerva y de las condiciones tróficas del embalse de Mequinenza.

Este panorama de actuaciones en el entorno en el que vivimos no nos puede hacer olvidar que una parte importante de la población del mundo vive sin agua potable, con los problemas sanitarios que genera.

De hecho se dan unas condiciones distintas a considerar en nuestro primer mundo y en el denominado tercer mundo. Unos creemos que ya gestionamos nuestro recurso agua fuera de los límites de la sostenibilidad y otros no llegan al nivel de subsistencia.Uno de los compromisos de la cumbre de Johannesburgo fue reducir a la mitad la población mundial que no tiene acceso al agua potable en cantidad y calidad suficiente.

Eso se consigue, entre otras medidas, incorporando obras de regulación y redes de distribución de agua y de potabilización en esos territorios cuando es posible.De hecho actualmente, en nuestro mundo se comienza con fuerza a valorar la acción sobre el recurso agua teniendo en cuenta su escasez y la fragilidad de su calidad. Técnicas de reutilización, ahorro y desalación del agua parecen hoy fundamentales para no hipotecar el desarrollo futuro por carencia del recurso agua.

Por otra parte, la consideración del agua como parte integrante del espacio natural en el que vivimos le da un valor lúdico, paisajístico, de confrontación del paisaje y de la vida de todo tipo que debe potenciarse y fomentarse.La sociedad actual demanda espacios no alterados por mano humana, denominados santuarios de la naturaleza. Y curiosamente esa misma demanda es una contradicción salvo en lugares inaccesibles. Ese planteamiento imposible no oculta un deseo natural: disponer de espacios apenas alterados por el hombre que sean referentes de una calidad prístina, originaria del medio ambiente. En el fondo se buscan entornos de especial belleza natural que valga la pena preservar.

He de hacer dos consideraciones: Un espacio natural sin intervención humana también se puede degradar, como por ejemplo por medio del incremento potencial del riesgo de incendios, por el envejecimiento de la población arbustiva. La intervención humana está tan presente en los espacios protegidos que si bien se limitan las actividades que se denominan productivas en ese entorno, al tiempo se hacen planes de uso y gestión de esos espacios.

Por otra parte, si definiésemos todos los espacios con esas medidas de protección antes definidas, llevaríamos a la insostenibilidad de la vida humana.

Es necesaria una armonía entre uso de un bien y cuidado del medio natural. Es preciso definir bien lo que significa un uso insostenible según nuestra ciencia actual.En el caso que nos ocupa, es preciso compaginar protección y desarrollo.

No se puede contraponer obra de regulación con la conservación del medio natural. Todo cabe, aunque no en el mismo espacio.

Caben las regulaciones que nos garanticen el recurso del agua según las necesidades de nuestra sociedad, la reducción de los males derivados de las sequías y de las inundaciones, la gestión racional del agua, y la atención cada vez mayor al medio natural.

Esa atención al medio natural ha tenido como primer frente de actuación la mejora en las técnicas de depuración del agua utilizada por los abastecimientos e industrias, pero ha de proseguir para reducir el despilfarro, fomentar el ahorro y la reutilización del agua, para gestionar el recurso según las necesidades económicas, sociales y ambientales, para dar más valor a otros usos que la sociedad demanda del agua como pueden ser los lúdicos y recreativos, para introducir la consideración de la riqueza de vida que surge en los cauces de agua o depende de ellos.

Federico R. de Rivera

Medio Ambiente y uso racional de los recursos naturales (I)

13/01/2006

La persona y el medio ambiente.

Cuando se trata sobre el Medio Ambiente, siempre suelo apuntar una premisa básica y, sin embargo, no pacíficamente poseída: al hablar del medio ambiente nos referimos tanto a la naturaleza material, con especial énfasis en los seres vivos, como al ser humano como miembro de pleno derecho de ese conjunto. Más aún, consideramos al hombre como la razón de ser de toda consideración medio-ambientalista.

Es para el hombre, en concreto para las generaciones futuras, para quien adquirimos el compromiso de preservar el medio natural como herencia recibida, una herencia que admite tanto la posibilidad de dilapidarla como de potenciarla.

Hay que tener en cuenta que el hombre, por su propia naturaleza, debe interferir en el medio natural para conseguir las condiciones adecuadas de vida, lo que siempre ha desarrollado desde las técnicas más rudimentarias como puede ser la lanza y la flecha, hasta los actuales avances tecnológicos.

Es innegable que esa necesidad de interaccionar con el medio ha dado un salto de calidad con la revolución industrial, en la que ha ido sustituyendo el trabajo físico para la transformación del medio por el trabajo de las máquinas. Esas nuevas técnicas se han convertido en herramientas potentísimas para manipular los recursos de la tierra y transformar su faz, no siempre del modo más deseable.

Es un hecho que el hombre tiene hoy la mayor capacidad de producción, pero también de destrucción que en otra época conocida y se enfrenta con el reto de gestionar esos recursos sin producir daños irreparables.Y es que el hombre siempre tiene delante dos posibilidades, para el bien o el mal. Puede manipular el medio natural de tal modo que, en su sobreexplotación, rompa el equilibrio de regeneración del medio, extinguiendo los recursos. O bien, puede hacer un uso racional de los bienes de la tierra acordes con su posibilidad de regeneración.

En todo caso, estas actuaciones humanas están ligadas a dos mandatos naturales, recogidos en el Génesis: “creced y multiplicaros y llenad la tierra”, y “Dios le entregó al hombre la tierra para que la trabajara”. Es en esa dirección donde se debe trabajar para una adecuada gestión de los medios naturales. Debe proporcionarse unas condiciones de vida dignas a todo hombre que viva o vivirá en el planeta Tierra y, al tiempo, deben gestionarse los recursos con criterios de sostenibilidad.Entiendo que la solución de esa ecuación debe pasar por un profundo respeto a cada vida humana que se genera.

Es muy cómoda la postura de los que, simplificando la ecuación, eliminan al ser humano propugnando todo tipo de políticas de control de natalidad. El reto humano es un reto inteligente, debe optimizar la ecuación completa, con la que atienda a una humanidad creciente con una gestión de los recursos más eficiente.

No puedo terminar esta introducción sin incorporar un matiz a todo lo dicho, la naturaleza es más que un recurso, tiene un valor intrínseco como voz de su creador, en la armonía de formas y colores, en el silencio de la soledad de los parajes de alta montaña y murmullo de las aguas, pero también en la voz cantarina de los juegos de los niños. La capacidad de contemplación que presenta la naturaleza, es la más clara manifestación de la complementariedad del mundo natural y el hombre. Somos el ser que se admira ante la belleza de lo creado, el que la canta en sus poesías, el que la llena de contenido en sus novelas. Somos el ser que proporciona “el alma” al mundo material al plasmar en él tanto nuestros sentimientos como el reflejo de las respuestas más profundas que el hombre necesita: la armonía del universo y su fragilidad siempre han llevado a las mentes más sanas a admirar al creador del mismo. Bastan dos ejemplos: la poesía de San Francisco de Asís y la luz intelectual que se desprende del Libro de la Sabiduría.

Federico R. de Rivera

1/12/2006

Algunas claves para una nueva ordenación del territorio.

Este breve artículo propone que se medite sobre los límites de la ordenación del territorio, buscando poner un cierto freno a una exagerada tendencia ordenacionista que podría suponer una reducción inadvertida de la libertad de la actividad humana.

He de puntualizar que estoy convencido de la necesidad de una ley de Ordenación del territorio y de que se fijen límites a determinadas actividades en cuanto pueden entrar en colisión unas con otras o bien producir daños irreparables al entorno natural o al equilibrio de la propia actividad humana.

Con esa premisa, sostengo que el mundo funciona mejor cuando se liberaliza lo más posible la actividad que cuando se hace lo contrario. Que es preciso tener una razón suficiente e importante para establecer un límite a la actividad humana, sea del tipo que sea, incluso la de ocupación y uso del suelo.

Hay, ciertamente, razones paisajísticas y de protección del entorno para poner límites a determinadas ocupaciones del territorio. Pero, al mismo tiempo, hay razones de sostenibilidad que piden tambien una mayor liberalización del suelo, en concreto del suelo destinado al uso urbano.

Si queremos abaratar el precio de la vivienda o, por lo menos, corregir el alza exagerada de ese precio, una actuación es incidir en la disponibilidad del suelo, para que no sea el factor limitante. Una protección sin más de todo el suelo salvo el poco que los urbanistas hayan definido como urbanizable, nunca abaratará el coste de la vivienda sino todo lo contrario. Esa actitud supone poner una llave a la aportación de suelo edificable y dejar el control del mercado del suelo a unos pocos, potenciándose oligopolios locales.

En otro orden de cosas, a la limitación del uso del suelo establecida por la Ley de Ordenación del Territorio de Aragón (LOTA), hay que añadir las protecciones por materia de medio ambiente que se han establecido en grandes espacios de nuestro territorio, amparadas muchas de ellas no en datos objetivos de vulnerabilidad sino en supuestos preventivos.

Es importante pensar que toda limitación debe ser motivada, bien pensada y convincente. No creo que se deba limitar la actividad a partir de principios generales como pueden ser los bien bendecidos principios de protección de la naturaleza, sino de aplicaciones prácticas de esos principios: la protección de una especie realmente frágil, la protección de un entorno concreto especialmente emblemático, u otra razón de ese estilo.

Cuando se enuncian principios generales, aceptados por todos, y después, sin razonar se aplica esos principios a un intervencionismo y dirigismo absoluto, se está olvidando otro principio general: la vida en sociedad debe ser una vida en libertad y responsabilidad, no sólo libertad de pensar sino también de actividad. Y, cuando se limita la libertad, el motivo debería ser muy, pero que muy importante.

Federico R. de Rivera

1/05/2006

Apuntes sobre la movilidad urbana en Zaragoza.

¿Metro versus tranvía?

Para mejorar la movilidad urbana de una gran ciudad parece indiscutible que es preciso dotarla de medios de transporte rápidos, seguros y eficientes que sean compatibles con un tráfico de superficie moderado del vehículo privado, que de seguridad a los medios de locomoción de mayor fragilidad como la bicicleta y las motos, y permita el disfrute de la ciudad por el peatón, entendido no sólo como alguien que resuelve sus problemas de movilidad a pié sino que utiliza parte de su ocio a caminar y disfrutar de su ciudad.

La estrategia de la UE para las ciudades sostenibles indica como un objetivo : la resolución de los“problemas generados por el transporte, incluidos los atascos, mayor peligro para ciclistas y peatones, barreras arquitectónicas y una mayor ocupación del terreno urbano por parte de las actividades relacionadas con el transporte”.

De ahí que, para dar solución a esos problemas se planteen vías de transporte exclusivamente orientadas al vehículo de servicio público: tranvías, autobuses y taxis; sino que se precisen vías alternativas que no incrementen la ocupación de las calzadas como pueden ser las de metro subterráneo.

Se entiende que una correcta solución al transporte está ligada también a una reducción de la congestión viaria, ofreciendo mayor espacio en superficie al peatón, en especial en su faceta de ocio. Esto está unido no sólo a la reserva del espacio urbano sino a la oferta de esparcimiento en ese pasear por la vía pública por medio de comercios, locales de ocio, parques, fuentes ornamentales, cuidado y limpieza de fachadas, cuidado de la seguridad ciudadana, etc.

Por otra parte la solución del transporte no puede hacerse contra nadie, sino para paliar y corregir abusos o un sobredimensionamiento de la ciudad para un solo tipo de transporte, que es el menos eficiente, que es el del vehículo privado.
Sin embargo, la accesibilidad con el vehículo privado debe ser posible para todos los inmuebles, lo que implica una política de zonificación de permisos de acceso, así como de los adecuados lugares de aparcamiento, en especial subterráneos.

La técnica permite hoy en día actuar reduciendo la congestión y trasladando a los pasos subterráneos parte del flujo crítico en confluencias importantes.

Zaragoza presenta vocación para convertirse en una gran ciudad, superando el millón de habitantes. La Exposición Internacional del 2008 será un hito importante para su definición y presenta múltiples retos que se han de debatir ampliamente por la ciudadanía, como pueden ser los nuevos puntos de centralidad urbana como el meandro de Ranillas y la Estación multimodal, y también la solución del transporte colectivo abierta al desarrollo de una metrópoli que enlace la misma ciudad con los municipios que hoy ya giran en su órbita económica.

Una solución meramente sentimental, de restauración del tranvía urbano, tiene un gran atractivo también cultural y turístico. Sin embargo plantea una serie de problemas de difícil solución: las ya importantes distancias que exigiran un medio de de transporte sin solución de continuidad que desde el eje de Villanueva de Gállego llegue al espacio Goya y, ya dentro de la ciudad, lleve a las nuevas urbanizaciones de Valdespartera, para salir de Zaragoza y cubrir el eje del Huerva. Y, además, otro eje que requerirá esa misma atención será el que siguiendo el Ebro por su margen derecha conecte Utebo y Casetas con la ciudad para salir por Santa Isabel hacia la Cartuja y El Burgo de Ebro.

Estas consideraciones muestran que hemos de encontrar una solución para el transporte de calidad y velocidad que podría ser en gran parte tipo metro ligero, con un transporte de calidad y turístico (incluso romántico) que puede ser el tranvía. Este último resolviendo los difíciles problemas de ocupación de la calzada por superficie para evitar que el peatón se encuentre con una nueva maraña de obstáculos en su diario caminar.

Federico R. de Rivera

1/03/2006

Hola. Soy Federico.
Con este blog, abierto en Zaragoza (Aragón), pretendemos iniciar un lugar para el debate de los temas más variados que puedan afectar al sentir independiente de los aragoneses, para que podamos manifestar, en muchos temas, una opinión valiente, expuesta con educación y de modo constructivo que pueda proponer ideas positivas para la mejora de nuestra tierra y nuestra gente, sin excluir a nadie, en la búsqueda de un lugar de convivencia cómodo y seguro sea cual sea nuestra creencia, nuestra manera de pensar en política y en nuestra manera de entender la vida.