11/04/2008

En busca del oro verde


Biocombustibles.

La volatilidad del precio del petróleo y los temores por el calentamiento global han revitalizado la búsqueda de un combustible líquido. Hoy toda la comunidad científica se hace las mismas preguntas: ¿cómo convertir la hierba en azúcar? ¿Cómo mutar microbios E. coli para convertir el azúcar en combustible? En otras palabras, ¿cómo convertir plantas trituradas en combustible? Es decir, que se ha despertado la fiebre por el oro verde.


Tanto, empresas privadas, como laboratorios financiados por gobiernos están tratando de responder a esas preguntas. Además quieren que estos productos sean limpios, baratos, fácil de producir y que no compitan con los alimentos.


Recordemos que a la naturaleza le costó millones de años convertir microorganismos muertos en gas y petróleo. Ahora, los científicos buscan el camino para recorrer ese largo trayecto en días. Y para ello tratan de diseñar la materia prima perfecta o, hallar el microbio ideal para convertir plantas en combustible.


En Estados Unidos, el gobierno desea que para 2025 la producción de biocombustibles sustituya una cuarta parte de toda la gasolina que consume el país. Actualmente, produce 6.500 millones de galones de etanol de maíz al año; poco más del 2% del combustible que consume.
Científicos de California, apuntan a un moderno hidrocarburo a partir de biomasa. EE.UU. (Estados Unidos) calcula que podría producir 1.300 millones de toneladas de biomasa al año a partir de varias fuentes, desde el pasto a astillas de madera.


Conseguirlo es un gran desafío porque las plantas celulósicas son muy difíciles de descomponer. Se puede hacer con enzimas, pero a un costo enorme. Fermentando los azúcares de la forma tradicional se consigue etanol pero no la gasolina sintética que se busca.


Entonces, ¿cómo engañar a la naturaleza para producir estos combustibles de manera más fácil y asequible? La primera tarea es rediseñar la materia prima orgánica existente, como las hierbas, para hacerla lo suficientemente resistente como para que crezca rápidamente, pero también lo suficientemente débil para procesarla sin mucho esfuerzo.


Una vez obtenida la planta con estas características es necesario convertirlas en azúcar, para lo que hay que encontrar un "súper bicho" que pueda convertir azúcares en combustible. Algunos lo buscan en variaciones mutantes de levadura y E. coli, otros esperan crear un microbio sintético, mientras otros revuelven los sistemas digestivos de las termitas, en busca de organismos capaces de romper la madera que comen. La búsqueda del oro verde acaba de comenzar.


Jesús Domingo

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