7/01/2009

Garoña




Por Alberto Virto


Ando estos días entretenido con el libro del profesor Manuel Lozano, catedrático de Física Atómica de la Universidad de Sevilla, titulado "Nucleares ¿por qué no?". Completo mis lecturas con los email, y dosieres que me envía, como miembro que soy, la Sociedad Nuclear Española y el Foro Nuclear. Y a esto hay que añadirle las oportunas referencias de los medios de comunicación sobre el tema del posible cierre de la central nuclear de Garoña.


Está claro que el tema nuclear es espinoso. La perspectiva técnica, creo, no va a tener mucho peso en este particular debate de Garoña y si la componente política. Cientos de puestos de trabajo, la prosperidad de una zona, y una peculiar visión de lo que debe de ser la política energética de una nación desde la Presidencia del Gobierno, se mezclan en el sistema.


Entre las citas del libro del Prof. Lozano, me he subrayado ésta "…la energía nuclear no será la panacea de nada, pero perder la gran conquista científico-técnica que supone y el desarrollo futuro de la misma que se prevé con todo rigor, seguramente es un disparate".


La última central nuclear que se ha construido en nuestro país, la central de Trillo en Guadalajara de 1043 MWe, se conectó a la red eléctrica en 1987. Su reactor pertenece a la denominada tercera generación de centrales nucleares españolas y aunque su diseño es de la firma alemana Siemens-KWU, el 85% de la inversión realizada, que superó los 280.000 millones de pesetas, fue de origen español. Además la ingeniería y los equipos nacionales superaron el 80%, siendo totalmente nacionales apartados tan importantes como la obra civil y el montaje.


Y esto se refleja actualmente en las buenas perspectivas que tienen empresas españolas del ámbito nuclear para su participación en la construcción de nuevas centrales (nucleares) en China, India, etc.


En una muy reciente entrevista el Prof. Lozano declaraba, "Nucleares si, por soberanía y para evitar el cambio climático" y añadía "Basta que el presidente Obama diga si a las nucleares, que lo va a decir, para que todo el mundo de el paso". Y esta línea la está trazando el Secretario de Energía de EEUU Steven Chu, que por cierto fue Premio Nobel de Física en 1997. De hecho las plantas Vogtle 1 y Vogtle2 ubicadas en el estado de Georgia han visto renovada en 20 años su permiso de operación. Ambas plantas acaban de cumplir 40 años de vida (la edad a la que se acerca Garoña es de 38). También la central Oyster Creek en Nueva Jersey, muy similar a Garoña del tipo BWR, podrá operar hasta el 2029 al haberse ampliado en 20 años su permiso. Hay que tener en cuenta que el plazo de 40 años tiene mucho que ver los criterios puramente económicos impuestos por los bancos que financiaron la construcción para asegurarse la amortización de lo invertido.


Pero…¿y nosotros? Ahora recuerdo la cita del Prof. Alejo Vidal-Quadras, catedrático de Física Atómica en la Universidad Autónoma de Barcelona y diputado del Parlamento Europeo, cuando en un ciclo organizado por IberCaja en abril de 2007 sobre "Bienestar, demanda energética y energía nuclear" sentenció "La realidad es que la energía nuclear no es la solución, pero sin ella no hay solución".


Quizás le vendría muy bien a algún político dedicar (también) algunas tardes a ver cómo otros países afrontan su debate energético y no ahondar en el tópico de "Spain is different".


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