9/01/2009

No debemos confundir valor y precio de la lecha

13.8.2009. En Aragón Liberal

 

Por: Jesús Domingo

El precio es algo que debe acordar individualmente cada ganadero o suministrador con cada industria o comprador, para que el precio final quede conformado de "abajo hacia arriba" y no, como ahora, desde la distribución al productor.

Casi el mismo día que el MARM y representantes de la cadena de valor de la producción, transformación y comercialización de la leche y productos lácteos alcanzaban un acuerdo sobre los contratos homologados de suministro en el sector lácteo, la Audiencia Nacional ratificaba una multa de 3.7 M €, impuesta en junio de 2007 por el entonces Tribunal de Defensa de la Competencia contra la empresa SOS Cuétara y siete grandes cadenas de distribución minorista (Carrefour, Caprabo, Alcampo, Erosmer-Eroski, Día, El Árbol y el Corte Inglés) por acordar un precio mínimo de venta al público de las marcas de aceite "Koipesol" y "Carbonell".

 

El acuerdo lácteo firmado, tras más de cuatro horas de discusión y muchas reticencias por parte de algunos de los asistentes, está hecho con encaje de bolillos y cosido con hilo muy fino.

 

Si servirá o no para algo, es decir, para lo único que debe servir: mayor transparencia y estabilidad en las relaciones contractuales de toda la cadena de valor de este alimento base de nuestra dieta, habrá que verlo en los próximos meses.

 

El documento dista mucho de ser el "papel mojado" que han descrito algunas organizaciones agrarias por no garantizar un precio mínimo de 0,31 €/litro de leche a los ganaderos o porque no contempla un precio mínimo a partir de unos costes de producción de entre 0,33-0,37 €/Kg.

 

Pero es que esto no puede ser. El precio es algo que debe acordar individualmente cada ganadero o suministrador con cada industria o comprador, teniendo en cuenta, si se quiere, un sistema de indexación, que puede estar referenciado a los precios a los precios practicados en otros estados que suministran leche a España, o tomando referencias, como algunos defienden, de costes de producción para que el precio final quede conformado de "abajo hacia arriba" y no, como ahora, desde la distribución al productor.

 

Aún así y todo, hay que tener mucho cuidado, porque, como en la novela de Delibes, la sombra de la Comisión Nacional de la Competencia es muy alargada.

 

La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, que sigue sin proponer, no adoptar medidas extraordinarias para un sector lácteo de la UE que las necesita ya, como agua de mayo, dijo que el consumidor debe ser consciente de que no puede pagar más por un litro de coca-cola, que por un litro de leche.

 

Lamentablemente, le faltó decir también que el productor tampoco puede cobrar, como cobra, muchísimo menos por un litro de leche, que por un litro de agua y que, dejando al margen lo del libre mercado, ésto cae bajo su responsabilidad. Es evidente que el valor de la leche, hoy día, no tiene nada que ver con lo que cobra por ella el ganadero, por ello no debemos confundir valor con precio.

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