Los áfidos o pulgones del guisante pueden cambiar de color en presencia de la bacteria del género Rickettsiella. La bacteria interviene en la síntesis del pigmento y puede hacer que el insecto pase del rosa al verde. Este cambio de color en el insecto puede ser significativo para su superviviencia, ya que puede condicionar su vulnerabilidad al ataque de los depredadores.
Los pulgones pueden ser de colores rosas o verdes. Pulgones de ambos colores pueden convivir. El que el pulgón sea de un color u otro depende de que tenga o no unos genes que sintetizan los pigmentos para dar el color rosa o verde. Se ha comprobado que las mariquitas consumen más pulgones rosas que verdes, mientras que las avispas parasitoides atacan más a los pulgones verdes.
Una investigación llevada a cabo por científicos del Instituto de investigación agraria de Francia, junto con colegas japoneses, y cuyos resultados se han publicado en Science, ha puesto de manifiesto un nuevo factor que condiciona que los pulgones sean de un color o de otro. Se trata de una bacteria no identificada, que pertenece al género Rickettsiella, cuya presencia hace que larvas rosas se desarrollen en pulgones verdes. Parece ser que Rickettsiella no actúa sobre los carotenoides, causantes del color rosa y sin embargo si favorece la formación del pigmento verde.
Jesús Domingo
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Aragón Liberal
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