8/30/2006

Las tasas ecológicas. Nos cobrarán por existir.

El dislate de las tasas ecológicas sin ningún fin.

Me decía un amigo reflexionando sobre la política medio ambiental que acabarán cobrándote por todo, que lo acabarán haciendo por vivir. De hecho las cosas parece que van por ahí, desde que el ecologismo progresista está empeñado en convencernos que el hombre es un depredador del medio ambiente.

El último pulso con la opinión pública ha sido la propuesta socialista de cobrarte un impuesto o tasa por circular por el centro de las ciudades, para obligarnos a ir andando a todas partes o, a lo sumo, para que usemos el transporte público colectivo. La justificación del asunto era una genérica contaminación ambiental, razón por la que ya nos piden que vayamos a trabajar acompañados del vecino en el mismo barco: amistad forzada se podría llamar ese programa.

Entiendo que nos cobren impuestos ecológicos directamente encaminados a paliar los problemas que generamos. Son las antiguas, y nunca denostadas, tasas de recogida y tratamiento de basuras; tasas de traída de aguas, vertido y depuración. Pero que nos cobren tasas genéricas encaminadas a cuidar la salud del planeta me parece que es fruto de una mala gestión de otras políticas y que se corrige con impuestos ambientales.

Entiendo que se limiten las emisiones a la atmósfera para no exceder los límites de calidad del aire fijados en el entorno de las ciudades, que es donde se notan realmente los efectos. Entiendo que nos cobren los servicios necesarios para controlar que se cumpla esa normativa. Pero que se invente un mercado de emisiones de CO2 para salvar la tierra es una patochada, por lo falso de la causa (analicen si no las emisiones producidas por causas naturales; y analicen las razones del calentamiento global) como por lo imposible de lograr sus objetivos (ya que más del 80 % de la población mundial está fuera del compromiso de Kyoto).

Igualmente entiendo que se limite la fiebre urbanística en las costas; pero no entiendo cómo se quiere corregir una desordenación urbanística a través de una tasa ecológica. Será porque el mercado inmobiliario sí puede pagar esos costes y grabar la vivienda un poco más; pero no es posible controlar al urbanista ya que el dinero es más fuerte que las leyes incluso en un mundo progresista.

En definitiva, las tasas ecológicas se justifican normalmente por un problema en el que no hay nada que remediar, o porque no se es capaz de ejercer adecuadamente la política sectorial correspondiente. No tienen contraprestación de servicios alguna. Sólo tienen gastos de policía ambiental. Estamos alimentando con ella sólo los elementos de control del Estado, no los de generación de riqueza. Y, además, nos exponemos, en esa cadena de vaguedades, a que alguien se le ocurra que, desde que nacemos, no hacemos mas que contaminar el planeta.

Nos cobrarán por nacer. ¿No deberíamos reaccionar?

frid

8/29/2006

Clave de la agricultura del futuro

Clave de la agricultura del futuro

No hace mucho leía el siguiente titular “La biotecnología es uno de los elementos clave de la agricultura del futuro”, me pareció realmente interesante, pues considero que las nuevas tecnologías y en especial la biotecnología serán fuerzas claves en la agricultura mundial en los próximos años. A esta conclusión han llegado en un estudio de la Universidad de Datota del Norte (EEUU) en el que se analizan las necesidades y tendencias de la agricultura y la alimentación a nivel mundial.

La cuestión principal de los próximos años es la necesidad de incrementar los rendimientos, dada la mayor demanda y la poca o nula disponibilidad de más tierras para la explotación agraria. Estoy convencido que este aumento de productividad deberá ser impulsado por la investigación, especialmente por la investigación pública, que deben desarrollar mejoras en tecnologías de gestión del suelo, agua, nutrientes, plagas y enfermedades, agricultura de precisión y biotecnología agraria.

El informe que comento señala de forma especial que la emergencia de la biotecnología agraria puede tener un impacto significativo en la productividad de la agricultura. Desgraciadamente en Europa tendremos más dificultades ya que la biotecnología agraria no se puede practicar y la investigación en esta materia está perseguida por luditas y neoluditas.

Xus

El ecologismo: una secta, no una religión

Entremos en discusión.
El ecologismo es una secta, no es una religión.


Ignacio ha aportado un largo documento que ha extractado en el post anterior. Realmente el artículo de 11 páginas no tiene desperdicio alguno. Es un clamor a la seriedad científica de aquellos que se definen ecologistas. E incluye una defensa del “Ecologista escéptico” de Björn Lomborg. Sus efectos sobre mí han sido inmediatos: me ha convertido en un hereje medio ambiental.

Y es que el ecologismo, que no la ecología, es una secta y no una religión.

Una religión se basa en algo incuestionable: la posibilidad de que Dios exista en muy grande, si bien su demostración se hace desde la “metafisica”, a través de los efectos. Y, si Dios existe, lo que es razonable creer, es posible que haya que relacionarse con Él o que Él se relacione con los hombres.

El ecologismo se basa en presupuestos no fundamentados en la ciencia, en presupuestos que se ha ido demostrando su falsedad según va pasando el tiempo y que sólo son razonables en el mundo de los sueños. Se desvaneció el riesgo de invierno nuclear; los pozos de Irak ardieron y no se escondió el sol; la humanidad produce más y mejores alimentos; brilla el sol, hay agua y hay vida, siendo mejor en muchos parámetros la calidad del agua actual y del aire que en los años sesenta. Su creencia es en la catástrofe. Ciertamente sabemos que el mundo es finito, que se acabará algún día... pero podría ser que el hombre desapareciese antes y no lo vea con sus ojos carnales.

Una religión busca hacer mejores a las personas que la practican; tiene normalmente una ética de conducta; procura hacer también a los hombres más felices. Es la respuesta de la búsqueda de felicidad del ser humano. Una respuesta que tanto judíos como cristianos, tienen argumentos serios de que ha sido el mismo Dios quien se la ha dado. Son los signos de credibilidad de esas religiones las intervenciones portentosas o milagrosas de Dios en la vida de los hombres. Pero, se crea o no en esas religiones, el hecho es que han hecho felices a muchas gentes y, sobre todo mejores.

El ecologismo busca salvar la tierra, no al hombre. El hombre es considerado un depredador y ¿cómo va a ser feliz así, con la mala conciencia de ser un depredador? Curiosa semejanza con el gobierno socialista español que no hace más que acusar a sus gobernados de todos los males que les ocurren. Y es que el socialismo también es otra secta, “una variante de la secta ecologista”. Ya no se salva a la humanidad, sino una tierra que, en puridad, no depende de nosotros.

El ecologista tiene que organizar toda nuestra vida no vaya a ser que saltemos todos a la vez y alteremos la trayectoria de la tierra. Adora a un dios tirano que exige todo tipo de sacrificios de la libertad. Por eso, los de la variante socialista están encantados de organizar qué coches deben circular por el centro de una ciudad para descongestionar el tráfico amparados en falsas excusas ambientales, y en la más falsa aún influencia humana en las emisiones de CO2 a la atmósfera. De hecho he leído en una revista de propaganda de empresa que determinado proyecto ambiental llevado a cabo en Zaragoza estaba encaminado a ¡luchar contra el cambio climático!, como si esta acción estuviese en manos de los humanos.

En definitiva: el ecologismo es ciertamente una creencia, pero una creencia irracional, contra toda evidencia; el ecologismo no busca la felicidad de sus seguidores sino la extinción de los humanos por agresores; el ecologismo está más cerca de las sectas comandadas por un loco de esas en las que su liberación está en la auto-inmolación.

Siendo esto así, hay que concluir que el ecologismo y su variante “socialismo ecológico” están más cercanos a las sectas que a las religiones. Y que las religiones, sin entrar en el ámbito científico, son más acordes con la ciencia.

frid

8/28/2006

Los extraterrestres causan el calentamiento global [Michael Crichton]

Conferencia ofrecida el 17 de enero de 2003 en el Caltech Michelin Lecture. Traducida por Eduardo Ferreyra y corregida por Daniel Rodríguez Herrera.

Mi asunto de hoy suena humorístico, pero desgraciadamente hablo en serio. Voy a argumentar que los extraterrestres están detrás del calentamiento global. O, para hablar con mayor precisión, argumentaré que la creencia en los extraterrestres ha pavimentado el camino, en pasos progresivos, a la creencia en el calentamiento global. Mi tarea de hoy será hacer un diagrama de esta progresión de la creencia.

Déjenme decirles que no tengo deseo alguno de hacer que nadie deje de creer, ya sea en los extraterrestres o en el calentamiento global. Eso es casi imposible de conseguir. En su lugar, quiero discutir la historia de muchas creencias ampliamente publicitadas y hacer notar lo que yo considero como una crisis emergente en todo el campo de la ciencia - precisamente la incrementada e incómoda relación entre ciencia pura y políticas públicas.

Tengo un interés especial en esto a causa de la forma en que crecí. Nací en medio de la Segunda Guerra Mundial, y pasé mis años de formación en el punto más álgido de la Guerra Fría. En los simulacros del colegio, me agazapaba obedientemente debajo de mi escritorio esperando un ataque nuclear.

Era un tiempo de extendido temor e incertidumbre, pero aún como niño, yo creía que la ciencia representaba la mejor y más grande esperanza para la humanidad. Hasta para un niño, el contraste era claro entre el mundo de la política - un mundo de odio y peligro, de creencias irracionales y temores, de manipulaciones en masa y desgraciados borrones en la historia humana. En contraste, la ciencia tenía valores diferentes - con una visión internacional, forjando amistades y creando relaciones a través de fronteras internacionales y sistemas políticos, alentando un desapasionado hábito de pensamiento, y en última instancia, conduciendo a nuevo conocimiento y tecnologías que beneficiarían a toda la humanidad.

El mundo podría no ser un lugar muy bueno, pero la ciencia lo haría mejor. Y lo hizo. Durante mi vida, la ciencia ha cumplido largamente con su promesa. La ciencia ha sido la gran aventura intelectual de nuestra era, y una gran esperanza para nuestro problemático e inquieto mundo.

Pero yo no esperaba que la ciencia simplemente extendiese nuestra expectativa de vida, alimentase a los hambrientos, curase las enfermedades y encogiese al mundo con jets y teléfonos celulares. También esperaba que la ciencia hiciera desaparecer la maldad del pensamiento humano - prejuicios y superstición, creencias irracionales y falsos temores. Esperaba que la ciencia sería, como en la memorable frase de Carl Sagan, "una vela en un mundo obsesionado por demonios".Y en esto no estoy muy contento con el impacto de la ciencia. Más que servir como una fuerza limpiadora, en algunas ocasiones la ciencia ha sido seducida por las más antiguas tentaciones de la política y la publicidad. Algunos de los demonios que pueblan nuestro mundo en los años recientes, han sido inventados por los científicos. El mundo no se ha beneficiado al permitir que estos demonios hayan sido liberados.

Pero veamos cómo esto llegó a suceder

Proyecte sus recuerdos hacia atrás a 1960. John Kennedy es presidente, los aviones a reacción comerciales comienzan a aparecer, las computadoras más grandes de las universidades tenían 12K de memoria y en Green Bank, West Virgina, en el nuevo Observatorio Nacional de Radio Astronomía, un joven astrofísico llamado Frank Drake lleva adelante un proyecto de dos semanas conocido como Ozma, para buscar señales extraterrestres. Con gran excitación, se recibe una señal. Resulta ser falsa, pero la excitación se mantiene. En 1960, Drake organiza la primera conferencia SET, y presenta su ahora famosa ecuación Drake:

N=n*fp ne fl fi fc fL

En donde n es el número de estrellas en la Vía Láctea; fp es la fracción de las mismas con planetas; ne es el número de planetas por estrella capaz de mantener vida; fl es la fracción de planetas donde la vida se desarrolla, fi es la fracción de los mismos donde evoluciona vida inteligente; fc es la fracción de las especies inteligentes que se comunica; y fL es la fracción de la vida del planeta durante la que vive la civilización que en él vive se comunica.

Esta ecuación que parece muy seria permitió al SETI afianzarse como una legítima inquietud científica. El problema, por supuesto, es que ninguno de los términos de la ecuación puede ser conocido, y la mayoría ni siquiera pueden ser estimados. La única manera de hacer funcionar a la ecuación es llenarla con suposiciones y las suposiciones - sólo para dejarlo en claro - son meramente expresiones de prejuicios. Tampoco puede haber "suposiciones informadas". Si usted necesita declarar cuántos planetas con vida eligen comunicarse, simplemente no hay manera de hacer una suposición informada. Es simple prejuicio.

Como resultado, la ecuación de Drake puede tener cualquier valor, desde "millones de trillones" hasta cero. Una expresión que puede significar cualquier cosa, no significa nada. Hablando con precisión, la ecuación de Drake literalmente no tiene sentido, y no tiene nada que ver con la ciencia. Yo mantengo la visión dura de que la ciencia involucra la creación de hipótesis demostrables. La ecuación de Drake no puede ser ensayada ni probada, por lo tanto SETI no es ciencia. SETI es, sin duda alguna, una religión. La Fe es definida como la firme creencia en algo para lo cual no hay pruebas. La creencia de que el Corán es la palabra de Dios es un asunto de Fe. La creencia de que Dios hizo al universo en seis días laborables es materia de Fe. La creencia de que hay otras formas de vida en el universo es materia de Fe. No hay ni la más mínima traza de evidencia de alguna otra forma de vida y, en 40 años de investigación, no se ha descubierto nada. No hay absolutamente ninguna razón ni evidencia para mantener esta creencia. SETI es una religión.

Una manera de hacerse una idea del enfriamiento del entusiasmo inicial es revisar los trabajos populares sobre el tema. En 1964, en la cúspide del delirio del SETI, Walter Sullivan, del New York Times, escribió un excitante libro acerca de la vida en el universo titulado NO ESTAMOS SOLOS. En 1995, cuando Paul Davis escribió un libro sobre el mismo tema, lo tituló ¿ESTAMOS SOLOS? (Desde 1981 ha habido, de hecho, cuatro libros con el título "ESTAMOS SOLOS"). Más recientemente, hemos visto el ascenso de la llamada teoría de la "Tierra Rara" que sugiere que, en verdad, podríamos estar solos. Una vez más, no hay evidencia de ninguna de las dos cosas.

En los años 60, SETI tuvo sus críticos, aunque no entre los astrofísicos y los astrónomos. Los biólogos y los paleontólogos fueron los más duros. George Gaylord Simpson de Harvard, se mofó que SETI era "un estudio sin objeto que estudiar", y así permanece hasta nuestros días.

Pero los científicos en general han sido indulgentes con SETI, viéndolo con una tolerancia estupefacta, o con indiferencia. Después de todo, ¿cuál es el problema? Es algo divertido. Si la gente lo quiere mirar, allá ella. Solo un cascarrabias podría hablar mal de SETI. No valía la pena.

Por supuesto, es verdad que las teorías indemostrables pueden tener un valor heurístico. Por supuesto que los extraterrestres son una buena manera de enseñarles ciencia a los niños. Pero eso no nos libera de la obligación de ver a la ecuación de Drake como lo que realmente es: especulación pura en vestiduras cuasi-científicas.

El hecho de que la ecuación de Drake no fuera recibida con gritos de ultraje - similares a los gritos que recibe cada nueva afirmación de los Creacionistas, por ejemplo - significa que ahora hay una rendija en la puerta, un aflojamiento en la definición de lo que constituyen los legítimos procedimientos científicos. Y muy pronto, la basura perniciosa comenzó a colarse a través de la rendija.


Saltemos ahora a la década de los 70, y el Invierno Nuclear

En 1975, la Academia Nacional de Ciencias informó sobre "Los Efectos a Largo Plazo de Múltiples Detonaciones de Armas Nucleares", pero el estudio estimaba que el efecto del polvo de las explosiones atómicas sería relativamente pequeño. En 1978, la Oficina de Evaluación Tecnológica, emitió un informe sobre "Los Efectos de la Guerra Nuclear" y declaró que la guerra nuclear podría quizás tener consecuencias adversas irreversibles en el ambiente. Sin embargo, a causa de que los procesos científicos involucrados eran muy pobremente comprendidos, el informe declaraba que no era posible estimar la probable magnitud de tales daños.

Tres años más tarde, la Academia Nacional de Ciencias de Suecia comisionó un informe titulado "La Atmósfera Después de una Guerra Nuclear: Oscuridad a Mediodía", que intentaba cuantificar el efecto del humo de los bosques y ciudades ardiendo. Los autores especularon que habría tanto humo que una enorme nube sobre el hemisferio norte reduciría la luz del Sol por debajo de los niveles requeridos por la fotosíntesis, y que esto duraría durante semanas, o quizás más.

Al año siguiente, cinco científicos, incluyendo a Richard Turco y Carl Sagan, publicaron un estudio en Science llamado "El Invierno Nuclear: Consecuencias Globales de Múltiples Explosiones Atómicas". Fue el llamado informe TTAPS, que intentó cuantificar más rigurosamente los efectos atmosféricos, con la añadida credibilidad que ganaría por un modelo computerizado del clima.

En el corazón del trabajo del TTAPS estaba otra ecuación, jamás expresada específicamente, pero que podía ser parafraseada como sigue:

Ds = Wn Ws Wh Tf Tb Pt Pr Pe… etc

(La cantidad de polvo troposférico = número de cabezas nucleares x tamaño de las cabezas x altura de la detonación x inflamabilidad de los blancos x duración del incendio del blanco x partículas ingresadas a la atmósfera x reflectividad de las partículas x duración de las partículas... y así hasta el infinito.)

La similitud con la ecuación de Drake es impactante. Lo mismo que con la ecuación de Drake, ninguna de las variables puede ser determinada. Ni una sola de ellas. El estudio TTAPS enfrentó en parte este problema mapeando diferentes escenarios de guerra y asignando números a algunas de las variables pero, aún así, las variables restantes eran - y siguen siendo - simplemente desconocidas. Nadie sabe cuánto humo se generaría cuando las ciudades se quemaran, creando partículas de qué clase y durante cuánto tiempo. Nadie sabe durante cuánto tiempo las partículas permanecerían en la tropósfera. Y así con todo lo demás.

Y recuerde, esto sucedía sólo cuatro años después de que el estudio de la OET concluyese con que los procesos científicos subyacentes eran tan poco comprendidos que no se podría hacer ninguna estimación confiable. A pesar de ello, el estudio TTAPS no sólo hizo esas estimaciones, sino que llegó a la conclusión de que serían catastróficas.

De acuerdo a Sagan y sus colegas, aún un limitado intercambio nuclear de 5.000 megatones haría que la temperatura global disminuyese 35º C, y que este cambio duraría durante tres meses. Las erupciones volcánicas más grandes que conocemos cambiaron las temperaturas del mundo entre 0,5 y 2º C. Las edades de hielo cambiaron las temperaturas globales en 10º C. Y aquí tenemos un cambio estimado tres veces más grande que una edad de hielo. Uno esperaría que esto estuviera sujeto a alguna clase de disputa.

Pero Sagan y sus colegas estaban preparados, porque el invierno nuclear fue desde el principio el objeto de una muy bien orquestada campaña mediática. El primer anuncio apareció en un artículo de Sagan en el suplemento dominical de Parade. Al día siguiente, se realizó en Washington una conferencia altamente publicitada y de elevado perfil, sobre las consecuencias a largo plazo de una guerra nuclear, presidida por Carl Sagan y Paul Ehrlich, los científicos más famosos y experimentados en medios de difusión de su generación.

Sagan apareció 40 veces en el Show de Johnny Carson. Ehrlich apareció 25 veces. Después de la conferencia se realizaron varias conferencias de prensa, encuentros con congresistas, y mucho más. El estudio formal en Science se publicó meses después.
Esta no es la manera en que se hace ciencia, esta es la manera en que se vende un producto.

La naturaleza real de la conferencia está indicada por la descripción de estos artistas de los efectos del inverno nuclear. No puedo menos que citar el epígrafe de la Figura 5: "Se muestra aquí una tranquila escena en los bosques del norte. Un castor acaba de terminar su dique, dos osos buscan su comida, una mariposa cola de golondrina aletea en el frente, una garza nada tranquilamente, y un martín pescador busca un sabroso pez." Ciencia pura, si alguna vez la hubo.

En la conferencia de Washington, durante el período de preguntas, se le recordó a Ehrlich que después de Nagasaki e Hiroshima, los científicos dijeron que nada volvería a crecer allí por 75 años pero, de hecho, los melones estaban creciendo al año siguiente. Entonces, se le preguntó, ¿cuán acertadas eran sus predicciones ahora?

Ehrlich respondió asegurando que pensaba que eran " extremadamente robustas. Los científicos pueden haber hecho tales predicciones entonces, aunque no puedo imaginar cuáles eran las bases para hacerlas, aún con el estado de la ciencia entonces, pero los científicos están siempre haciendo declaraciones absurdas, individualmente, en diversos lugares. Lo que estamos haciendo aquí, sin embargo, es presentar un consenso de una gran cantidad de científicos..."


El Mito del Consenso

Quiero hacer una pausa aquí, y hablar de esta noción del "consenso", y del surgimiento de lo que ha sido llamado "ciencia de consenso". La considero como un desarrollo extremadamente pernicioso que tendría que ser detenido de inmediato. Históricamente, el reclamo de consenso ha sido el primer refugio de los granujas; es una manera de evitar el debate aduciendo que el asunto ya ha sido establecido. Cada vez que usted escuche que los científicos están de acuerdo en alguna cosa u otra, ponga a resguardo su monedero porque está siendo atracado.

Dejemos algo bien claro: el trabajo en la ciencia no tiene nada que ver con el consenso. El consenso es asunto de políticos. La ciencia, por el contrario, requiere de sólo un investigador que esté acertado, lo que significa que él o ella tienen resultados que son verificables por referencias al mundo real. En ciencia, el consenso es irrelevante. Lo que es relevante son los resultados reproducibles. Los grandes científicos de la historia son grandes precisamente porque rompieron el consenso.

No existe el consenso en la ciencia. Si es consenso, no es ciencia. Si es ciencia, no es consenso. Punto.

Además, permítanme recordarles que un examen histórico del consenso no es algo de lo que debamos sentirnos orgullosos. Recordemos algunos casos.

En los siglos pasados, el mayor asesino de mujeres era la fiebre puerperal, la que sobreviene después del parto. Una de cada seis mujeres moría a causa de ella. En 1795, Alexander Gordon, de Aberdeen, sugirió que las fiebres eran procesos infecciosos, y que él podía curarlas. El consenso dijo no. En 1843, Oliver Wendell Holmes afirmó que la fiebre puerperal era contagiosa, y presentó pruebas convincentes. El consenso dijo no. En 1849, Semmelweiss demostró que las técnicas sanitarias habían eliminado virtualmente a la fiebre puerperal en los hospitales bajo su gerencia. El consenso dijo que era un judío, lo ignoró, y lo echaron de su puesto. En verdad, no hubo un acuerdo general sobre la fiebre puerperal hasta comienzos del siglo XX. Así, el consenso tardó ciento veinticinco años para llegar a la conclusión correcta a pesar de los esfuerzos de prominentes "escépticos" de todas partes del mundo, escépticos que fueron despreciados e ignorados. Y esto, a pesar de la constante y permanente muerte de miles de mujeres.

No hay escasez de otros ejemplos. En los años 20, en los Estados Unidos, decenas de miles de personas, en su mayoría pobres, estaban muriendo de una enfermedad llamada pelagra. El consenso científico decía que era infecciosa, y que lo que había que hacer era hallar al "germen de la pelagra". El gobierno de los EEUU encomendó a un brillante investigador joven, el Dr. Joseph Goldberger, que hallara la causa. Golberger llegó a la conclusión de que el factor crucial era la dieta. El consenso científico permaneció casado con la teoría del germen. Goldberger demostró que podía inducir la enfermedad a través de la dieta. Demostró que la enfermedad no era infecciosa inyectándose él mismo y su asistente la sangre de un paciente con pelagra. Tanto ellos como otros voluntarios refregaron sus narices con gasas de los pacientes con pelagra, e ingirieron cápsulas que contenían costras de las heridas de quienes eran llamados "la pandilla inmunda de Goldberger". Nadie contrajo pelagra. El consenso siguió en desacuerdo con él. Había, además, un factor social: a los estados del Sur les desagradaba la idea de que la mala dieta era la causa, porque significaba que se requería de una reforma social. Continuaron negando la realidad hasta los años 30. A pesar de ser una epidemia del siglo XX, al consenso le llevó años ver la luz.

Probablemente cualquier alumno de primaria se da cuenta de que los contornos de las costas de América del Sur y África parecen ajustarse muy bien, y Alfred Wegener propuso en 1912 que los continentes, en efecto, se habían apartado. El consenso se mofó de la deriva continental durante 50 años. La teoría fue muy vigorosamente negada por los grandes nombres de la geología hasta 1961, cuando empezó a parecer que los suelos marinos se estaban extendiendo. Resultado: le llevó al consenso más de 50 años reconocer lo que cualquier niño de segundo grado estaba viendo.

¿Debemos seguir? Los ejemplos pueden multiplicarse sin fin. Jeener y la viruela, Pasteur y la teoría de los gérmenes. Sacarina, margarina, la memoria reprimida, la fibra y el cáncer de colon, la terapia de reemplazo de hormonas,… la lista de los errores del consenso sigue y sigue.

Finalmente, quiero pedirles que se den cuenta de cuando se invoca al consenso, porque el consenso es invocado únicamente en situaciones donde la ciencia no es lo suficientemente sólida. Nadie dice que consenso es que los científicos estén de acuerdo con que E=mc2. Nadie dice que consenso es que el Sol esté a 93 millones de millas. A nadie se le ocurriría hablar así.


Pero volvamos a nuestro tema principal

Lo que he estado sugiriendo es que el invierno nuclear era una fórmula sin sentido, construida con mala ciencia, con fines políticos. Era política desde el principio, promovida por una muy orquestada campaña en los medios que tuvo que planearse con semanas y meses de antelación.

Más evidencia de la naturaleza política del asunto se encuentra en la respuesta a las críticas. Aunque Richard Feynman era característicamente rudo y contundente, diciendo "realmente no creo que estos tipos sepan algo de lo que están hablando", otros prominentes científicos fueron notablemente más reticentes. Freeman Dyson fue citado diciendo que "es una pieza de ciencia absolutamente atroz, pero... ¿quién quiere ser acusado de estar a favor de la guerra nuclear?" Y Victor Weisskopf dijo: "La ciencia es horrible, pero quizás la psicología sea buena." El equipo del invierno nuclear siguió la publicación de tales comentarios con cartas a los editores negando que esas declaraciones hubiesen sido hechas, aunque los científicos han confirmado subsecuentemente sus puntos de vista.

En ese momento, existía un concertado deseo de parte de mucha gente de evitar una guerra nuclear. Si el invierno nuclear se veía horrible, ¿por qué investigarlo tan estrechamente? ¿Quién querría dieentir? Sólo gente como Edward Teller, el "padre de la Bomba-H".

Teller dijo: "Mientras que está generalmente reconocido que los detalles siguen siendo inciertos y merecen mucho más estudio, el Dr. Sagan ha tomado de todos modos la posición de que todo el escenario es tan robusto que puede haber muy pocas dudas sobre sus conclusiones principales". Y, sin embargo, para la mayoría de la gente, el hecho de que el escenario del invierno nuclear estuviese sembrado de dudas no parecía ser relevante.

Yo digo que es inmensamente relevante. Una vez que se abandona la estricta adherencia a lo que la ciencia nos dice, una vez que se comienza a arreglar la verdad en conferencias de prensa, entonces cualquier cosa es posible. En un contexto, quizás se consiga alguna movilización contra la guerra nuclear. Pero en otro contexto, se obtiene lyssenkismo. En otro, se consigue la eutanasia nazi. El peligro está siempre allí, si se subvierte la ciencia con fines políticos.

Por eso es que es tan importante para el futuro de la ciencia que la línea entre lo que la ciencia puede decir con certeza y lo que no puede, sea definida con toda claridad y defendida.

¿Qué pasó con el Invierno Nuclear? A medida que el fulgor de los medios se desvanecía, su robusto escenario parecía cada vez menos persuasivo; John Maddox, el editor de Nature, criticó sus afirmaciones repetidamente; en el plazo de un año, Stephen Schneider, una de las figuras que lideraban el modelado climático, comenzó a hablar de un "otoño nuclear". Ya no sonaba igual.

El bochorno final vino en 1991, cuando Carl Sagan predijo en Nightline que los fuegos de los pozos petrolíferos de Kuwait producirían un efecto de invierno nuclear, causando "un año sin verano", poniendo en peligro las cosechas de todo el mundo. Sagan enfatizó que el resultado era tan probable que "debería afectar los planes de guerra". Nada de eso sucedió.

¿Cuáles fueron, entonces, las lecciones del Invierno Nuclear? Yo creo que la lección fue que, con un nombre atractivo, una fuerte posición política, y una agresiva campaña en los medios, nadie se atreverá a criticar a la ciencia, y en breve, una hipótesis de debilidad terminal será establecida como un hecho. Después de eso, cualquier crítica es desechada. La guerra acaba sin haber disparado un tiro. Esa fue la lección, y poco tiempo después tuvimos una aplicación de libro de texto, con el asunto del fumador pasivo.

En 1993 la EPA anunció que el consumo pasivo de tabaco era "responsable de aproximadamente 300.000 cánceres anuales en adultos no fumadores", y que "perjudica la salud respiratoria de cientos de miles de personas". En un panfleto de 1994, la EPA dijo que los once estudios en los que había basado su decisión no eran en sí mismos concluyentes, y que colectivamente entre ellos le habían asignado al consumo pasivo de tabaco un factor de riesgo de 1,19 (como referencia, un factor de riesgo inferior a 3.0 es demasiado pequeño para que la EPA tome alguna acción, o para ser publicado en el New England Journal of Medicine, por ejemplo). Más todavía, dado que no había ninguna asociación estadística en los límites del 95% de confianza, la EPA redujo los límites al 90%. Entonces, gracias a esta maniobra burocrática, clasificaron al consumo pasivo de tabaco como un cancerígeno Grupo A.

Esto era abiertamente un fraude científico, pero formó las bases para las prohibiciones de fumar en restaurantes, oficinas y aeropuertos. California prohibió fumar en público en 1995. Muy pronto, ningún reclamo fue demasiado extremo. Para 1998, el Christian Science Monitor estaba diciendo que "el consumo pasivo de tabaco es la tercera causa de muerte prevenible en la nación". La American Cancer Society anunció que 53.000 fumadores pasivos morían cada año por ello. La evidencia para estas afirmaciones es inexistente.

En 1998, un juez federal sostuvo que la EPA había actuado de manera impropia, que había "llegado a una conclusión antes de que la investigación hubiese comenzado" y que había "desechado información y realizado descubrimientos sobre información selectiva". La reacción de Carol Browner, jefa de la EPA, fue: "Apoyamos nuestra ciencia... existe un amplio acuerdo. El pueblo Americano ciertamente reconoce que la exposición al humo de segunda mano trae... un completa serie de problemas de salud". Nuevamente, nótese la manera en que el reclamo del consenso trampea a la ciencia. En este caso, ¡ni siquiera es un consenso de científicos el que invoca Browner! Es el consenso del pueblo de Estados Unidos.

Mientras tanto, estudios cada vez más grandes fracasaban en confirmar cualquier asociación. Un gran estudio de la Organización Mundial de la Salud, hecho en siete países en 1998, no encontró asociación ninguna. Como tampoco lo han hecho subsecuentes estudios bien controlados, según mi conocimiento. Y sin embargo leemos ahora, por ejemplo, que la inhalación pasiva de humo de tabaco causa cáncer de mama. Llegado a este punto, usted puede decir lo que se le ocurra sobre el fumador pasivo.

Como con el invierno nuclear, la mala ciencia es usada para promover lo que la mayor parte de la gente consideraría buena política. Ciertamente yo pienso que lo es. No quiero gente fumando a mi alrededor. De manera que, ¿quién hablará en contra de la prohibición del cigarrillo? Nadie. Y si lo hace, será catalogado como un fan de RJ Reynolds. Un sirviente de las grandes tabaqueras. Pero la verdad es que ahora tenemos una política social apoyada sobre la más grosera de las supersticiones. Y le hemos dado a la EPA una mala lección sobre cómo portarse mal en el futuro. Le hemos dicho que hacer trampa es la manera de tener éxito.

A medida de que el siglo XX llegaba a su fin, la conexión entre hechos científicos y políticas públicas se tornó cada vez más elástica. En parte, esto fue posible por la complacencia de la profesión científica; en parte a causa de la falta de buena educación científica del público; en parte por el surgimiento de grupos de reivindicación especializados que han tenido enorme éxito en obtener publicidad y dar forma a las políticas; y en gran parte por el declive de los medios como agente independiente de evaluación de los hechos.

El deterioro de los medios americanos es una terrible pérdida para nuestro país. Cuando instituciones distinguidas como el New York Times ya no pueden diferenciar entre contexto fáctico y opinión editorial, sino que los mezclan libremente en su primera plana, ¿quién seguirá normas más elevadas?

Y así, en este elástico mundo de todo-vale, donde la ciencia -o la no-ciencia- es la sirvienta de cuestionables políticas públicas, llegamos finalmente al calentamiento global. No es mi propósito aquí reflotar los detalles de éste, el más magnífico demonio que asola al mundo. Les recordaré solamente el ahora familiar patrón con el que se establecen estas cosas. Se da brillo a evidencias inciertas en un indecoroso apuro por lograr políticas que salten por encima de las evidencias y por obtener subsidios para apoyar las políticas, entregando las conclusiones deseadas por el patrocinador. Luego, el aislamiento de aquellos científicos que no se pliegan al programa y la caracterización de esos científicos como extraños o "escépticos" entre comillas; individuos sospechosos con motivos sospechosos, lacayos de la industria, reaccionarios, o simples chiflados anti-ecologistas. En breve, el debate se termina, aún cuando prominentes científicos están incómodos con la manera en que se están haciendo las cosas.

¿Cuándo se convirtió "escéptico" en una mala palabra en ciencia? ¿Cuándo requirió escéptico el entrecomillado a su alrededor?

Para alguien de fuera, la innovación más significativa en la controversia del calentamiento global es la clara confianza que se le da a los modelos computerizados. En la época del invierno nuclear, se invocaba a los modelos computerizados para añadirle peso a una conclusión: "estos resultados se han logrado con la ayuda de un modelo computado". Pero ahora se ven modelos de gran tamaño como generadores de datos por sí mismos. Ya no se juzga más a los modelos por la manera correcta en que reproducen la información del mundo real; cada vez más, son los modelos los que generan esos datos como si ellos mismos fuesen una realidad. Y en verdad lo son, cuando nos proyectamos hacia adelante. No pueden existir datos observados del año 2100. Sólo existen "ejecuciones de modelos".

Esta fascinación con los modelos computarizados es algo que comprendo muy bien. Richard Feynman lo llamó "una enfermedad". Me temo que está en lo cierto. Porque solamente si usted se pasa una enorme cantidad de tiempo mirando la pantalla de una computadora, puede llegar al complejo punto a donde ha llegado ahora el debate sobre el calentamiento global.

Nadie cree en una predicción del tiempo con doce horas de antelación. ¿Y se nos pide que creamos en una predicción que se interna 100 años en el futuro? ¿Y que hagamos inversiones financieras basadas en esas predicciones? ¿Es que todo el mundo se ha vuelto loco?

Volviendo atrás, tengo que decir que la arrogancia de los modeladores me quita el aliento. En todos los siglos han existido científicos que decían saberlo todo. Dado que el clima puede ser un sistema caótico -nadie está seguro- estas predicciones son inherentemente dudosas, por decirlo amablemente. Pero, centrándonos en el quid de la cuestión, aún si los modelos fuesen correctos científicamente, jamás podrán incluir la sociología. Predecir cualquier cosa a cien años vista es simplemente absurdo.

Mire: si yo estuviese vendiendo acciones de una compañía y le afirmo que será rentable en el 2100, ¿las compraría usted? ¿O pensaría que la idea es tan loca que seguramente es una estafa?

Pensemos en la gente de Nueva York en 1900, por ejemplo. Si ellos se hubieran preocupado acerca de la gente del año 2000, ¿de qué podrían haberse preocupado? Probablemente, lo que se preguntaría es de dónde conseguiríamos caballos suficientes. Y lo que haríamos con tanto guano de caballo. Si la polución equina era mala en 1900, piense en lo malo que sería cien años después, con tanta gente usando caballos.[1]

Pero por supuesto, a los pocos años, nadie más usaba caballos, excepto como deporte. Y en el 2000, Francia estaba obteniendo el 80% de su electricidad de una forma de energía que era desconocida en 1900. Alemania, Suiza, Bélgica, y Japón obtenían más del 30% de esta fuente de energía desconocida en 1900. Recuerde: la gente de 1900 ni siquiera sabía lo que era el átomo. No conocían su estructura.

Tampoco sabían lo que era una radio, o un aeropuerto, o una película de cine, o la televisión, o una computadora, o un teléfono celular, o un avión a chorro, una filmadora de video, un antobiótico, un cohete, un satélite, una CPU, IBM, MRI, ICU, DIU, IRA, ERA, EEG, EPA, DGI, UPS, POP3, HTML, JPG, internet, interferon, "replay" instantáneo, "fast forward", "rewind", sensor remoto, control remoto, discado directo internacional, terapia de genes, división de genes, ni siquiera genes, soldadura de arco y de punto, buscadores de calor, bipolar, prozac, leotardos, pañales descartables, email, grabador de cinta, CD, bolsas de aire, frenos ABS, explosivo plástico, plásticos, robots, automóviles, liposucción, transfusión de sangre, superconductores, antenas parabólicas, TV por satélite, aerobic, ultrasonido, nylon, rayon, teflon, fibra óptica, túnel carpiano, cirugía láser, laparoscopía, transplantes de córnea, de riñón, de hígado, de corazón, SIDA, ... nada de esto habría tenido el menor significado para una persona en el año 1900. No sabría de qué demonios estamos hablando.

Bien, y ahora usted me dice que puede predecir el mundo de 2100. Dígame si realmente vale la pena pensar en ello. Nuestros modelos simplemente transportan nuestro presente al futuro. Están destinados a equivocarse. Cualquiera que lo piense un poco se da cuenta de eso.

Les recuerdo que en el tiempo de vida de la mayoría de los científicos que viven hoy, ya hemos tenido ejemplos de espantosas predicciones contradichas por las nuevas tecnologías. Me refiero a la Revolución Verde. En 1960, Paul Ehrlich dijo: "La batalla para alimentar a la humanidad ha terminado. En los años 70, el mundo sufrirá hambrunas - cientos de millones de personas morirán de hambre". Diez años más tarde, predijo que cuatro mil millones de personas morirían de hambre en los años 80, incluyendo a 65 millones de norteamericanos. Las hambrunas masivas predichas jamás ocurrieron, y ahora parece que jamás ocurrirán. Como tampoco se alcanzarán los números predichos hace diez años para la explosión poblacional. En 1990, los modelos climáticos anticiparon una población mundial de 11.000 millones para el 2100. Hoy, mucha gente piensa que la cifra correcta será de 7.000 millones, y decreciendo. Pero nadie lo sabe con certeza.

Pero es imposible ignorar lo estrechamente que se ajusta la historia del calentamiento global al patrón usado para el invierno nuclear. Lo mismo que los primeros estudios del invierno nuclear declararon que las incertidumbres e ignorancias eran tan grandes que las probabilidades jamás se podrían conocer, también los primeros pronunciamientos sobre el calentamiento global argumentaron fuertes límites para lo que se podría establecer con certeza sobre el cambio de clima.

El borrador del Informe 1995 del IPCC (preparado por los científicos) decía, "Toda afirmación sobre la posible detección de un cambio significativo del clima permanecerá siendo controvertida hasta que las incertidumbres en la total variabilidad natural del sistema climático se hayan reducido". También decía: "Ningún estudio a la fecha ha establecido positivamente y atribuido todo, o parte del cambio de clima observado, a causas antropogénicas". Esas declaraciones de los científicos autores del borrador fueron quitadas del texto final y, en su lugar, los miembros políticos del IPCC introdujeron lo siguiente. "El balance de las evidencias sugiere una discernible influencia humana sobre el clima".

Sin embargo, lo que está claro en este asunto es que la ciencia y la política se han mezclado de manera inextricable, hasta el punto en que será difícil, si no imposible, separarlas otra vez. Es posible para un observador imparcial hacer serias preguntas sobre la conducción de las investigaciones en el calentamiento global, tales como si estamos dando los pasos apropiados para mejorar la calidad de nuestros registros de datos observados, si estamos obteniendo sistemáticamente la información que clarificará las incertidumbres existentes o si tenemos un buen y desinteresado mecanismo para dirigir la investigación en esta área tan discutida.

La respuesta a estas preguntas es no. No lo tenemos.

Tratando de pensar sobre la manera en que estas cuestiones pueden resolverse, se me ocurre que en la progresión desde SET al invierno nuclear, al fumador pasivo, al calentamiento global, tenemos un mensaje muy claro, y es que podemos esperar en el futuro más y más problemas de políticas públicas que manejan asuntos técnicos; problemas de seriedad creciente, en donde la gente se preocupará apasionadamente en ambos lados.

Y en este momento no tenemos un mecanismo para obtener buenas respuestas. De modo que voy a proponer uno.

Del mismo modo en que hemos establecido una tradición de investigación de "doble ciego" para determinar la eficacia de las medicinas, también tenemos que instaurar la investigación de doble ciego en otras áreas políticas. De manera muy cierta, el exagerado uso de los modelos computerizados, tales como los MCG del clima, pide a gritos la separación de aquellos que diseñan los modelos de quienes los verifican. El hecho es que la actual estructura de la ciencia es empresarial, con equipos individuales de investigación compitiendo entre ellos por los fondos de organizaciones que, demasiado a menudo, tienen un claro interés en los resultados de la investigación (o tiene la apariencia de serlo, lo que puede llegar a ser peor). Esto no es saludable para la ciencia.

Tarde o temprano, tenemos que formar un instituto de investigación independiente. Tiene que estar financiado por la industria, por el gobierno y por la filantropía privada, tanto individuos como fundaciones y trusts. El dinero tiene que ir a un fondo común, de manera que los investigadores no sabrán quién les está pagando. El instituto deberá financiar a más de un equipo para hacer investigación sobre un área en particular, y la verificación de los resultados tendrá que ser un requisito predeterminado: los equipos sabrán que sus resultados serán verificados por otros grupos.

En muchos casos, quienes decidan la manera en que los datos serán recogidos no serán quienes los recojan, y quienes los recogen no los analizarán. Si tenemos que enfrentar a los registros de temperaturas con un rigor similar, estaríamos en el buen camino de comprender exactamente cuánta fe podemos poner en el calentamiento global, y en consecuencia, con cuánta seriedad debemos enfrentar esto.

Yo creo que, a medida que nos acercamos al final de esta letanía, algunos de ustedes pueden estar diciendo: "Bien, ¿y cuál es el problema, realmente? Cometimos algunos errores. Y algunos científicos han exagerado sus casos y están avergonzados. ¿Y qué pasa con eso?"

Le diré lo que pasa.

En años recientes, mucho se dijo sobre las afirmaciones posmodernistas sobre la ciencia, al efecto que la ciencia es sólo una forma más de poder básico, engañosamente entregada como reclamos especiales de búsqueda de la verdad y objetividad que realmente no tiene su base en los hechos. Se nos dice que la ciencia no es mejor que otra actividad. Estas ideas enfurecen a muchos científicos, y me enojan a mí. Pero eventos recientes me han hecho preguntarme si son correctas. Podemos tomar como ejemplo la recepción científica dada al estadístico danés Björn Lomborg, quien recientemente escribió un libro llamado El Ecologista Escéptico.

La comunidad científica respondió de una manera que sólo podemos describir como "desgraciada". En la literatura profesional hubo quejas de que Lomborg no tenía estatura a causa de que no es un científico especializado en ciencias de la tierra. Su editor, Cambridge University Press, fue atacado con gritos de que el editor debería ser echado de su puesto, y que todos los buenos científicos deberían evitar la editorial. El ex presidente de la AAAS[2] se preguntó sobre cómo Cambridge University Press pudo "haber publicado un libro que tan claramente no podría haber pasado la revisión de pares".

Pero por supuesto que el libro pasó la revisión de tres científicos de la tierra en ambos lados del Atlántico, y todos recomendaron su publicación. Pero, ¿qué hacen los científicos atacando una imprenta? ¿Es este un nuevo macartismo proveniente de los científicos?

Lo peor de todo fue el comportamiento del Scientific American, que pareció con intenciones de probar el punto posmodernista de que todo era sobre poder y no sobre hechos. El Scientific American atacó a Lomborg usando once páginas, y sólo descubrió nueve errores fácticos, a pesar de su afirmación de que el libro "estaba repleto de errores descuidados". Fue una pobre demostración caracterizada por viciosos ataques ad-hominem, incluyendo una comparación de Lomborg con un negador del Holocausto. El asunto fue descrito como "La ciencia se defiende a si misma del Ecologista Escéptico".¿Realmente tiene que defenderse la ciencia a si misma? ¿Es esto a lo hemos llegado?

Cuando Lomborg pidió espacio para rebatir a sus críticos, se le concedió únicamente una página y media. Lomborg dijo que no era suficiente, puso los ensayos de sus críticos en su página web y los respondió detalladamente. El Scientific American amenazó con infracción al "copyright", y le obligó a quitar esas páginas de Internet.

Posteriores ataques desde entonces han demostrado con claridad qué es lo que está sucediendo. Lomborg ha sido acusado de herejía. Por eso ninguno de sus críticos tiene que sustanciar sus ataques en detalle. Por eso los hechos no tienen importancia. Por eso pueden atacarlo de la manera más viciosa en términos personales. Es un hereje.

Por supuesto, cualquier científico puede ser acusado en la forma en que lo fue Galileo. Pero jamás me imaginé que vería al Scientific American vestido con el ropaje de la Madre Iglesia.

¿Es esto en lo se ha convertido la ciencia? Espero que no. Pero es en lo que se convertirá, a menos de que haya un esfuerzo concertado por los más importantes científicos para separar agresivamente la ciencia de la política. Philip Handler, ex presidente de la Academia Nacional de Ciencias, dijo que "los científicos sirven de la mejor manera a los intereses públicos viviendo dentro de la ética de la ciencia, y no en la de los políticos. Si la comunidad científica no desenmascara a los charlatanes, el público no podrá discernir la diferencia - la ciencia y la nación sufrirán". Personalmente, no me preocupa la nación. Pero me preocupa la ciencia.

Muchas gracias


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[1] Nota de Eduardo Ferreyra: En 1880, Elbert James, un "ecologista" de entonces, en un informe titulado Global 1900 -precursor del famoso Global 2000 de James Carter en 1980- profetizaba todo tipo de catástrofes debidas a la actividad perniciosa de la humanidad. Calculó que para 1900 la cantidad de guano de caballo producida por el aumento de la población equina de los EEUU - necesaria para mover tantos carruajes y transportar al aumento de población y actividad - llenaría un volumen tres veces el del Gran Cañón del Colorado!

También predecía que las inundaciones asolarían al país porque se había puesto de moda el uso de gorros de pieles de castor entre los elegantes de Nueva York, para cubrir sus calvas en los fríos inviernos del norte. Según el afilado lápiz de Elbert James, esto provocaría la desaparición del castor y sus diques de contención en los bosques. Lanzó con todo éxito una campaña "Salven al Castor", apoyada por el sempiterno antiprogresista New York Times.

Entre sus muchos desatinos - copiados uno por uno en el Global 200 de cien años después - Elbert James predecía que a consecuencia del aumento de la población humana se avecinaba una crisis de energía, y con ello la cera para velas comenzaría a escasear gravemente. Para remediar esto propuso la promulgación de "leyes ambientales" que creasen un cuerpo de inspectores que revisaran diariamente las orejas de los habitantes del país y recolectasen la cera que había en ellas para dedicarla a la fabricación de velas. Junto a esto, se burlaba públicamente de las noticias sobre los experimentos de un ignoto inventor llamado Thomas Alva Edison y su lamparilla eléctrica. "Especulaciones improbables", decía - y el New York Times publicaba y apoyaba todas las sandeces y campañas de este pequeño gran imbécil. Tal como lo hace ahora con las sandeces y campañas de otros pequeños grandes imbéciles de hoy.
[2] Nota de Eduardo Ferreyra: American Association for the Advancement of Science, una rama de la Academia Nacional de Ciencias


Éste artículo es ya un clásico en los estudios no sólo del entorno sino también de la ciencia como falacia. He utilizado la traducción de Daniel Rodríguez Herrera en Liberalismo; no le he pedido autorización ni le he informado de tan descarada copia porque no hay manera en ése blog de ponerse en contacto con el.

8/26/2006

Desagüe de fondo. Una tentación de los ecologistas.

Estupendas imágenes del vaciado de un embalse, el de Morticello. Gentileza de microsiervos:



¿Qué sucede cuando se quita el tapón gigante de un embalse?


Curiosas y espectaculares fotografías del agua cayendo por el agujero de un desagüe gigantesco, un colosal vórtice artificial que se forma al quitar el gigantesco tapón del embalse de la presa de Monticello. También se puede ver ir oir en un vídeo [YouTube, 30 seg.] aunque las fotos son más bonitas e impresionan más. Esta otra imagen muestra el desagüe en seco para entender cómo funciona.

(Vía The Doc Searls Weblog.)



Vídeo del desagüe. Interés para un ingeniero, pero también para un matemático.






Foto del vaciado del embalse:




Y unas observaciones maliciosas:

Estas imágenes son el sueño de todo ecologista plañidero, de esos que van por ahí metiéndose con los americanos y al tiempo vendiendo tanto el modelo California (donde la dotación de agua para riego es el doble que en España con el mismo clima); como que ahí han desmantelado presas. Y lo que se ha desmantelado son algun que otro azud hidroeléctico porque les sale más rentables otros usos del río en esos tramos.

Tambíen pueden pensar que ha llegado el momento de que "otros" vengan con pico y pala y abran un agujero a Mequinenza o a alguno de sus denostados grandes embalses.

Y, mientras tanto dice hoy el Heraldo de Aragón que tenemos problemas de calidad de aguas en las tomas del Ebro en Zaragoza, Pina y Ribarroja; del Jiloca en Daroca; del Manubles en Moros; del Jalón en Terrer, Saviñán, Grisén; Huerva en María; martín en Oliete; Guadalope en Alcañiz y Matarraña en Fabara.

Lo que no dice la prensa es que al menos hay agua en el Ebro por la presa del Ebro (en Cantabria), en el Jalón por la Tranquera. Que las tomas de Zaragoza y María son sólo complementarias y que, si estuviese en explotación el Embalse de La Loteta (de 100 hm3 y en derivación, como les gusta a los ecologistas) podrían ser esas tomas sólo complementarias de la complementaria.

Pero nadie da prisa al Gobierno para que se beba agua de calidad en el eje del Ebro, ya estamos inmunizados.

En definitiva: Desagües de fondo, vaciense pero sólo lo necesario. Que en esta tierra reseca no podemos permitirnos el lujo de desaprovechar una gota de agua.

Un anuncio que criminaliza a los agricultores y ganaderos

Anuncios del Nodo oficial:

Un anuncio que criminaliza a los agricultores.


Durante el verano que acaba, el Ministerio de Medio Ambiente ha puesto en marcha una campaña publicitaria que trataba de concienciar de la necesidad, entre todos, de frenar esa lacra que suponen los incendios forestales y que un año más, a tenor de los incendios sufridos, parece que no ha servido para nada, rectifico, para algo sí.
Esta medida, que en principio merece mi apoyo, no debía suponer, es mi humilde opinión, un ajusticiamiento público de los agricultores y ganaderos como se hace en uno de los spots publicitarios, en los que se criminaliza de forma burda a este colectivo como uno de los principales causantes de este tipo de desgracias medioambientales. Es evidente que en todos los colectivos existen desalmados y en el de los agricultores y ganaderos no iba a ser menos, pero no es menos cierto que una parte mayoritaria de ellos ha tomado conciencia de los problemas que generan este tipo de labores agrícolas y bien las han eliminado de su calendario o bien las realizan con todos los controles necesarios.

Por otra parte, supongo, es mucho suponer, que el Ministerio y especialmente quien lo dirige, Cristina Narbona, saben que la quema de rastrojos está prohibida desde hace al menos dos años y es una de las medidas de ecocondicionalidad para acceder a las ayudas PAC. Considero una irresponsabilidad el comentado anuncio por dañar fuertemente la imagen que la sociedad en general tiene de los agricultores y ganaderos, entre otras cosas como mantenedores y garantes del Medio Ambiente.

Domingo Martínez

Traigo imágenes y noticias del año pasado:

(22-07-05) La prevención del Gobierno contra los incendios se centra en prohibir hasta fumar en el campo

El Consejo de Ministros ha aprobado medidas para prevenir los incendios forestales que pasar por limitaciones severas en las zonas de alto riesgo. La ministra de Medio Ambiente ha anunciado que hasta el 1 de noviembre que prohibido "todo uso de fuego en zonas abiertas". Tampoco se podrá fumar en los terrenos forestales y el acceso a los lugares de alto riesgo de incendio quedará limitado. Hasta dentro de una semana el Ministerio de Economía no informará del coste de las medidas aprobadas.

Perdona que te incorpore este comentario en el post, pero es la respuesta de "donde hay que buscar las culpas" de lo que pasa en Galicia.

Agua, literatura y Medio ambiente. Una reflexión de Kapuscinski

El agua potable una necesidad ambiental.

Esperaba llegar a este momento en el relato de la guerra de Angola por Ricardo Kapuscinski, y ha llegado inexorablemente. En Luanda (1975) falta de todo, ya se dieron cuenta de que no había basureros porque... se murieron de golpe todos los gatos. Pero ahora la ciudad, en poder del MPLA, está sitiada por el FNLA y UNITA. Sus dos cordones umbilicales: una avioneta que surte de suministros y municiones y un ingeniero, Alberto Ribeiro, del que depende el pozo del que se abastece la ciudad:

“El frente norte, próximo a Luanda, se extiende a lo largo del Bengo. En una margen de este río se levanta la estación de bombeo que abastece Luanda de agua. Cuando la estación esta fuera de servicio, la ciudad no recibe ni una gota. Como el enemigo lo sabe, no para de bombardear el neurálgico lugar. A veces hace blanco y la estación deja de funcionar. Luanda puede resistir sin agua cinco días, ni uno más. En el trópico, la gente no puede aguantar más tiempo sin agua, a lo que se añade el peligro inminente de las epidemias. El único hombre capaz de arreglar estas bombas no es otro que Alberto. Gracias a él, de vez en cuando la ciudad tiene agua, puede existir y defenderse. Si Alberto, al dirigirse a la estación de bombeo muriese en un accidente de coche o fuese alcanzado por un proyectil allí mismo, Luanda tendría que rendirse al cabo de pocos días”.

Una ciudad, Luanda, depende de un ingeniero ingenuo. También hubo otro ingeniero ingenuo que, en Moscú, se libró de las purgas de Stalin porque era la pieza clave para que funcionase el sistema de calefacción por agua caliente de Moscú. De vez en cuando, a pesar de la construcción de los paraísos marxistas surge una necesidad imperiosa que hace que los hombres tomen un valor especial.

Siguiendo con el agua; la ciudad de Jerusalén era inexpugnable, pero también tenía un tesoro: sus minas de agua que le proporcionaban seguridad y estaban lejos del posible sabotaje del enemigo.

Madrid también, con sus minas de agua pudo crecer hasta que los mismos madrileños, con sus “pozos ciegos” contaminaron el agua que bebían. Entonces hicieron la traída de Lozoya. Y al encofrar la obra con la madera de los bosques que había aguas arriba del vaso, oh paradoja, enturbiaron las aguas que iban a beber. Fue precisa la corrección del terreno por medio de plantaciones de pinos antes de que Franco hiciese las suyas. Problemas de contaminación de aguas causados por los mismos que las usaban, paraíso dorado para Narbona si hubiese vivido en esa época: la culpa de los que sufren el daño.

Guerra de África, nuestras tropas están cercadas. No hay agua. Se impone una tinaja para los orines. Los que bebieron no murieron de sed. Los que meaban fuera de tiesto fueron arrestados por jugar con la vida de los demás soldados.

Galicia se quema. Los depósitos con agua, para el acceso de los hidroaviones, están inaccesibles por la maleza. Se ha ahorrado mantenimiento porque no se sabe para qué todo ese gasto. Quizá ahora los subsaharianos que vengan vean en Galicia la misma desolación de la que huían y se encuentren en casa.

Murcia necesita agua. No sabe cuanto puede subsistir, para esa Comunidad Autónoma es prioritario echar a los socialistas, porque los socialistas de Madrid les han declarado la guerra. Por una parte les prohíben gestionar las aguas de los ríos intracomunitarios, por otra lo que a ellos cobran gratis se lo dan al Pocero. Ciertamente aunque sean pocos los recursos que puedan gestionar autónomamente, piensan que lo harán mejor que los de Madrid que gobiernan contra ellos. Ni agua, ni ingeniero, ni embalses, ni orines ni trasvases.

Lección del agua; su escasez, más de cinco días en el trópico, hace rendirse a un ejército; su mala gestión hace sufrir a una ciudad. El negar el agua a un pueblo es condenarlo a morir.

Curso sobre el Agua en Santander, el Director General del Agua, en un acto de humildad, porque lo dicen los ecologistas, reconoce que en España se gestiona mal el agua. Se queda tan tranquilo como si eso no fuese con él. ¿Quién modificó la ley de aguas? ¿Quién creó las Confederaciones Hidrográficas como están actualmente? ¿Quién ha gobernado más España con esos instrumentos por ellos creados? ¿Quién está al mando del agua en España?¿Quien comenzó y quitó sanciones a los extractores ilegales de agua subterránea, con destitución de Presidente y Comisario de Aguas incluidas? Siendo obvia la respuesta, es bueno que alguien reconozca su incompetencia, y también sería bueno que, siendo congruente, deje el cargo que ostenta y busque que los temas del agua los gestione la oposición, que es la que no tiene la culpa: le dieron la ley, le prepararon un plan hidrológico y, creyendo lo que la técnica decía, lo intentó ejecutar.

frid

8/25/2006

El reciclado de los cepillos de dientes. Apuntes del "Ecologista escéptico"

El reciclado de los cepillos de dientes:

Cuenta B. Lomborg que la revista Environment publicó en mayo de 2000 un artículo en el que sugería que podríamos comprar cepillos de dientes reciclables para combatir la deforestación.

Un empresario vendía un paquete de cuatro cepillos reciclables de plástico a 17,5 dólares el paquete, incluyendo un sobre para su reenvío a la fábrica para que se reutilizara en tablones de plástico para el mobiliario urbano.

El propietario de la empresa comentaba que “no tiene sentido tirar el plástico a la basura, la culpabilidad me congela las manos... La imagen de todo ese plástico apilado en el campo expulsando gases tóxicos se pasaba de la raya”. La paradoja del reclamo: los plásticos no se descomponen ni expulsan gases.

Pero veamos los efectos que produce esa medida: Si todos los habitantes de Estados Unidos cambiaran de cepillo de dientes cuatro veces al año (cuando la media es de 1,7 cepillos/año) y los remitiesen a esa empresa de reciclaje, se regenerarían 45.000 toneladas, frente a los 220 millones de toneladas anuales generadas en Estados Unidos, lo que es una reducción del 0,02 por 100 a cambio de un gasto anual de más de 4.000 millones de dólares. En la basura diaria generada por un habitante de Estados Unidos, el cepillo famoso es una reducción diaria de 0,001 libras frente a las 4,44 libras por habitante y día. (p. 46 del Ecologista Escéptico)

Como puede verse la solución al problema de los cepillos de dientes es una solución desenfocada, si bien podría producir un negocio particular rentable para un solo empresario que viviría a costa de toda la población americana.

La solución de los plásticos, como de otros productos desechables se da con el reciclaje diferenciado cuando hay masa crítica y proporción adecuada: selección de envases, papeles y vidrios con los que sí se logra reducir en un porcentaje significativo los elementos enviados a vertedero.

Yo, aún siendo un ingeniero ingenuo, pienso que hay ecologistas inteligentes que saben ver donde hay negocio... y donde hay bobos. Iré corriendo a enviarle mis cepillos usados.

frid

8/24/2006

El candor del ingeniero frid

“Está en esa edad en que las chicas sólo piensan en una cosa”
¿en chicos? Interroga la cursi
No, en el homicidio.
-La Familia Addams.


Porque ése es el único problema.
Ha llevado una carrera laboral, más o menos impresentable, como todos, y llegado un momento de su vida ha salido a relucir su frikismo: no sólo le sigue instigando su oficio, sino que además lo sigue estudiando día a día, como un bachiller asombrado. Por eso no entiende nada, por eso no es ministro: si fuera un imbécil de éstos de barra de bar reunión y stress, que ni saben hablar ni de lo que hablan, seria uno de los que salen en el telediario. Pero no es así.
Sigue estudiando todo lo referido al medio ambiente con fervor científico, y no se da cuenta de que no es así. Lo que nos enseñaron del método científico ya no vale y eso es nuestro error: ya no vale porque nunca ha valido. La culpa es nuestra, y nos lo creímos, y estudiamos como locos hasta que entendimos los procesos, sabemos como y porqué se contamina el suelo, sabemos como cursan los acuíferos, sabemos los problemas del mar y sus virtudes, sabemos el aire hasta en sus moléculas. Y no era eso, no nos pedían eso, no lo entendimos bien.
Hicimos otra cosa peor: en el camino nos desprendimos de nuestra leyenda personal y así seguimos estudiando y conociendo, aprendiendo cada día.
Lo que querían de nosotros no era eso. Tan solo querían la cosmética, el traje con corbatas y la palabrería necesaria para parecer; el don de gentes de un presentador de cabaret y nada mas, tan solo eso. El conocimiento es superfluo, solo quieren su apariencia.
Porque eso es esta sociedad, y nada mas: siglo XXI cambalache, problemático y febril.
Y explicaré porqué esto es así.
Después del enorme palo social que supone en Europa el tener que expulsar a los moros, después del lío de Trento con el afán de protagonismo de Lutero, después del Proceso de Carranza, las guerras de Flandes, el timorato traidor de Felipe II, con una sociedad que quiere seguir adelante a pesar de todo, en Europa no podía faltar el afán desmedido de protagonismo de los franceses: montaron una algarabía en la que aprovecharon para decapitar a unos Maurinos y otros Bollandistas y lo llamaron revolución francesa. Con su inefable tendencia a la humildad, por supuesto decidieron que era el más fasto acontecimiento que vieron los siglos, faltaría plus, y el resto de la Europa que sí es culta y sabia, hundida en su complejo de inferioridad les dejó hacer; en dos generaciones, la gente lo dio como una verdad; muchos lo creyeron y muchos se convencieron de que la violencia era el camino; así se derrotaba al antiguo régimen.
El antiguo régimen no necesitaba que se le derrotara mas que sobre el papel, sobre la realidad ya estaba hundido y sólo era una rémora: gracias a esa insistencia seguimos aguantando reyes, mandan huevos.
Pero sí fue la excusa para que cualquier idiota que quisiera ser califa en lugar del califa se hiciera llamar revolucionario; y por supuesto, el cientifismo se constituyó en un nuevo orden intelectual, en el orden social que destronaría a Dios.
Pero no destronó a Dios, el cientifismo sólo destronó la evolución de la ciencia, y nada más. Y sólo dio un corpus cosmético de palabrería para justificar cualquier animalada, la que fuera. Lysenko hizo muy buenos planes de educación para la urss. Tan buenos, que la urss se hundió.
En Europa hay dudas. Los rusos no las tienen, esos si son liberales y capitalistas, esos si saben los límites de la ciencia.
Y además hay un rasgo antropológico o dos que son de la especie: mézclese y agítese, y servido cualquier problema, ninguna solución. El complejo de culpa, producto de una mala educación, y la envidia, el mal.
En Europa el cientifismo se hizo como si fuera una extensión natural del izquierdismo, de tal manera que justifican todo lo que hacen por su rigor científico: de éste modo se inventa la psicología europea: dada una clasificación de las personas, si no entran en ninguna de las categorías que yo establezco (yo soy lo máximo en categorías, por supuesto) está loco. La Psicología no es nada para el individuo, busca solo la inserción en la sociedad para que la maquinaria funcione con sus piezas bien definidas.
Y claro, llegaron los años setenta. Llegó la electrónica y la música buena, llegó la tibieza como exaltación de lo máximo, llegó la estupidez mezclada con todo lo bueno para intentar apropiárselo, y en California empezaron a tener problemas de basura.
Y como cualquier excusa es buena para montar follón, desde la tibieza se cogió ese lío y empezó todo el tema del Medio ambiente.
Y así se resume la historia . ¿no?
Al menos así doto de los elementos esenciales a mi análisis:
-Complejo de inferioridad.
-Complejo de culpa.
-cientifismo.
-Afán de protagonismo.
Y con todo eso, se elabora , debidamente pagada, todas las teorías que quieras, sobre la historia, el medio ambiente o los ovnis.
Cualquier mema que hayas conocido habrá destacado por la tibieza; eso es una estrategia de ligue que por lo visto aun funciona; y el cientifismo intelectualmente progre tiene una explicación muy lineal y muy simple:
-Algo le pasa a la tierra, y tu tienes la culpa (todo, o parte)
-Para salvarla tienes que hacer lo que yo diga como yo diga y cuando yo diga.
-La tierra es dios , y yo voy a salvar a la tierra (luego yo soy mas que dios)
Y con esta simple ecuación, la gente se acomoda en la realidad e incluso se encuentran inteligentes y cultos, cuando no se cuestionan ni tan siquiera que todos los días leen su horóscopo.
Porque con el medio ambiente, y todas las ciencias inventadas a su alrededor solo se habla de una cosa: la capacidad de adaptación del hombre al medio y la manera de hacerlo con el mejor resultado posible, buscando el mejor bien: el sosiego para la persona, para el mayor numero de personas posibles.

Es decir: se habla de residuos para decir basura. Y cualquier análisis realmente de lo que es (si es algo, claro) es un estudio de higiene, clásica y antigua, del XIX, y nada más. Pero claro, si invento una nueva ciencia y algo nuevo, yo soy la leche, soy mas que Cristo. De eso hablamos.
Sólo hay un problema en la tierra: el desprecio absoluto y el maltrato abusivo que los progres y todas estas ecuaciones progres hacen a una especie: la humana.
Porque se manipula el lenguaje creyendo que cambiando las palabras se elaboran conceptos nuevos desde la mas absoluta ignorancia, y en vez de avanzar en nuestra cultura hacia una adecuada vida en el mundo de las personas, nos enlodazamos en el culpabilismo bajo cualquier perspectiva, y no se avanza nada.
No hay ningún problema ambiental : la tierra sobrevive, nosotros no. Pero no es culpa de la Revolución industrial; es culpa de la estupidez; no hay ningún problema de residuos: hay serios problemas de higiene, física y mental, en esta sociedad, y nosotros nos estamos convirtiendo en la conciencia higienista de éste siglo. No hay problemas reales de agua ni de energía: hay problemas de codicia y de organización del hombre sobre el espacio, y nada más; nunca estuvo el hombre mejor que ahora: nunca vivió tanto ni tan bien ni se divirtió tanto; nunca vivió el hombre peor que ahora: nunca hubo tanta destrucción, tanta maldad, tanta perversión tanta degeneración y tanta bajeza.
Y para eso hemos venido, a certificar esta ruina.

8/23/2006

La gestión de la basura en tiempo de guerra. Ryszard Kapuscinski

Una gestión medioambiental de primer orden: la gestión de los residuos urbanos, la gestión de la basura.

No está lejano el tiempo en el que las epidemias del tifus, la malaria, el cólera y la peste eran habituales en la “civilizada Europa”. Prácticamente todos estos problemas están relacionados con el agua, con la mala calidad del agua. Pero la peste también era hermana de la basura. Y es que la porquería siempre ha sido una fuente de enfermedades, salvo que al puerco se le cuide... y se le enjamone. Pero ese es el único puerco limpio que conozco.

En todos esos casos el equilibrio ecológico se rompe por la línea más importante, la de los humanos, que tienden a vivir apelmazados en eso que se llaman ciudades. Para que eso sea posible hay una serie de servicios básicos, sanitarios, pero claramente medioambientales. Hay que procurar que esos “locos animales” que se han empeñado en vivir entre el hormigón, el asfalto, el humo y los atascos, al menos –aunque sufran de estrés- no se nos mueran todos de golpe, que nos saturen incluso las moradas últimas, cada vez más pequeñas... tamaño cajita de perrito de compañía, para guardar junto al jarro de cerámica china, o tamaño “diamante artificial”, que eso del ahorro de espacio hasta los cementerios ha llegado.

No sé si vosotros os habréis enfrentado a una huelga del servicio de basuras. Es algo terrible. Yo he tenido ese riesgo en Zaragoza. Momento ideal para la huelga: la negociación del convenio colectivo; instigadores habituales: la leal y constructiva oposición, como si ellos no generasen “siempre” más basura. Peor momento: la renovación de la contrata del servicio. Tuve la suerte de tener ambas fechas relativamente juntas con lo que pude capear el temporal más bien que mal... pero en otra época, hubo una huelga en la que el ejército se tuvo que entrenar como ONG al servicio de la “limpieza ciudadana”, y es que una huelga continuada justifica declarar la “emergencia sanitaria”.

Hay teóricos que hablan de residuos cero, como de vertido cero en las industrias... lo normal es que se tienda a reducir los residuos cargando con una tasa a los productores de envases, creando sistemas de reciclaje y recuperación y “concienciando al ciudadano”, esto último desde que gobiernan los socialistas no se estila porque, objetivamente, “hay más basura”. Pero, para haceros pasar un rato agradable, y que veáis la importancia ambiental del servicio de basuras, traigo un texto de un cronista de guerra polaco, Ryszard Kapuscinski, en “Un día más con vida”.

Año 1975: Se está desalojando Luanda (Angola), los portugueses abandonan el país con sus enseres, la guerrilla se acerca a la capital. Y un día ¡se ha ido la policía!... suposiciones, pero no pasa nada. ¡Se han ido los bomberos!... alarma pero sigue la vida de la ciudad. Pero, ojo... ¡se han ido todos los basureros!..

“Al principio nadie prestó atención a la cosa. Como la ciudad estaba sucia y abandonada, sus habitantes se imaginaban que los basureros se habían marchado hacía ya tiempo. Y, sin embargo –se confirmó la noticia-, no sé de donde venía la avalancha, la basura empezó a amontonarse. Y eso que en Luanda no quedaba más que un puñado de personas, las cuales, por añadidura, vivían en tal estado de parálisis y apatía que no se las podía considerar sospechosas de levantar montaña alguna de basura. Y, sin embargo, montañas así empezaron a adueñarse de las calles de la ciudad abandonada. Aparecían en aceras, calzadas y plazas. En los portales de las casas y en los mercados desiertos. Por algunas calles se caminaba con gran dificultad y no menos asco. En aquel clima, el exceso de sol y de humedad aceleraba y aumentaba el proceso de descomposición. Toda la ciudad empezó a heder; volviendo de la calle, el que entraba en el hotel también apestaba, y durante un rato muy largo: quienes hablaban con él lo hacían guardando una prudencial distancia (...) Empezaron a morirse los gatos. Seguramente se habrían intoxicado en masa con alguna carroña emponzoñada, porque una buena mañana por todas partes había gatos muertos. Al cabo de dos días se hincharon, volviéndose redondos como cebones. Atraían inmensas nubes de moscas negras...”

Y no sigo... los perros no se murieron ninguno, simplemente se fueron de Luanda, y el corresponsal aprovechó para buscar aires más sanos, los del frente de batalla.

Conclusión: ahí hay un problema ambiental real, que todos los días se soluciona gracias a unas personas que cumplen, calladamente su trabajo... y, nosotros, ni nos enteramos. Sin embargo todos miramos ansiosos y con mal café al sol porque nos calienta la tierra. ¿Mira si no nos la calentase?

frid

8/22/2006

Arde Galicia: Dimisiones en Galicia y dimisiones en cadena

Hoy pedimos una dimisión en cadena.

El Confidencial Digital aporta una serie de fallos y errores del Gobierno de la Xunta de Galicia que son de dominio público y que circulan por la red.

Parece ser que la política de cómo gestiona la lucha contra el fuego un gobierno socialista es la siguiente:

  • Se habla a las llamas en gallego o en el idioma del lugar donde se produce el fuego. Así se las convence con el poder de las palabras.
  • No se exige a las grandes empresas el cumplimiento de las cláusulas concesionales. Ese ahorro ¿se hace de gratis?
  • Se reduce personal y presupuesto porque ahora que gobernamos, decretamos que lo que ha pasado siempre “nunca mais” va a pasar.
  • Se desmilitariza Galicia para que el Bloque vaya creando sus propias milicias ciudadanas.
  • No se pide ayuda a nadie.
  • El presidente autonómico se marcha de vacaciones y avisa: mirad que si no lo apagáis, el incendio, pues os castigo y no vuelvo.

Por esas razones hoy mi blog debería decir sólo una palabra: ¡Dimisiones!

Un solo error de ese calibre debería hacer dimitir al Jefe del Área correspondiente; tres supondrían que dimitiese el Jefe del Departamento: el Consejero de Medio Ambiente, porque no acertó en ningún consejo. Pero todos ellos exigen la dimisión del Presidente Autonómico. Nunca mais un inepto de presidente.

Ah, y también deberían dimitir los que pasaron un infinitesimal del tiempo en Galicia provenientes de lugares lejanos, la Ministra del ramo (ya no quedan ramas) y su Presidente... que no sabía si eso era una gran queimada y por eso aún ahí sonreía... talante...

Porque tan manifiesta mala gestión, tanta actuación trapacera y sectaria como eliminar convenios por militaristas (como si no supiesemos todos que al Ejército lo han convertido los socialistas en una ONG de ayuda humanitaria), como echar a los trabajadores de la Xunta no afines al partido (violentando la Constitución y discriminando a las personas por "pseudomotivos políticos", como si la protección contra incendios se hiciese de un modo u otro según la ideología).

Que dimitan todos, que se vayan de una vez. Que a los que nos dedicamos al medioambiente no nos pueden hacer eso, que gobiernen ese área los que se lo cargan.

Eso sí, Narbona ha intensificado las campañas de educación ciudadana en materia medioambiental en las cadenas oficiales y sale con asiduidad en el Nodo de sus televisiones para decirnos que está en peligro la tierra y que la cuidemos.

Menos mal que estamos nosotros, porque si fuese por ella...

frid

8/16/2006

La inocencia del ingeniero

Se asombra Frid de la no ejecución de los proyectos de desaladoras en España. Su capacidad para la inocencia es ya asombrosa. Y continúa en su fe en la humanidad.

Ni la Narbona tiene ningún proyecto de desaladoras, ni a los progres les molesta el plan hidrológico, ni hay más mano oculta tras los incendios que la misma de siempre, ni los campos de golf son una expresión del mal.

La campaña de propaganda, aun ignorantes de a que empresa de publicidad ha sido adjudicada se basa en tres puntos de insistencia y persistencia para adoctrinar así a los ígnaros:

-Campos de Golf.

-Cambio climático.

-Calentamiento global.

Y la estrategia es la culpabilidad. El mensaje, a falta de un tio Sam, y excretando una foto de la Narbona es: "el mundo se muere y TU tienes la culpa" de éste modo, la volátil conciencia progre tiene algo con lo que mortificarse (y luego hablan de los cilicios ¿es un deseo secreto el llevarlos?)y además tiene un buen cauce para dar pábulo a la maledicencia de la envidia: mi vecino tiene piscina porque es un fascista y maltrata el mundo, al cual yo (que soy un superheroe) voy a salvar; no envidio su dinero ni su posicion ni su inteligencia, es que yo soy un superhéroe humilde que se cambia en las cabinas de los sex-shops y salva al mundo todos los dias después del café.

Todo lo demas es accesorio, o es "evolución intelectual" o está encaminado a un orden superior: "los últimos avances científicos"



Nada importa que fuera la Narbona la huelebragas de Borrell que tanto impulsaron un plan hidrológico delirante, que al perder las elecciones el pp sosegó racionalizó e impulsó: ahora lo importante son las desaladoras, proyectos bien pagados e inexistentes para justificar conciencias (y cuentas corrientes)

Nada más, sólo hablamos de codicia.

Porque las desaladoras, explicadas como quieras no son sino molinos de Escher imaginados a partir de imágenes y cuentos de hadas, pero molinos de Escher.

Y España no tiene ningún problema de agua.






Publicado en paralelo a Ëste lado de la galaxia

8/15/2006

Desaladoras en España. Una tarea pendiente.

Sobre la desalación en España:

He leído en la Revista de Obras Públicas de julio-agosto de 2006 un artículo sobre las principales desaladoras construidas últimamente en España. Se deja bien claro en el citado artículo que todas ellas inician su construcción antes de que exista el Programa Agua, programa estrella del Gobierno Socialista.

En concreto se cita la Desaladora de Carboneras (Almería) que entra en servicio en el 2004, y con una capacidad de 125.000 m3/día; la de San Pedro de Pinatar (Cartagena) del mismo año y con 65.000 m3/día; y la del Canal de Alicante, de 2003 y con 65.000 m3/día según la información suministrada por las empresas desaladoras en su página web.

Y ha sido preciso acudir a la web: http:// www.aedyr.com/desaladoras para encontrarme con datos fiables de precio de desalación, así como de las desaladoras actualmente en ejecución.

Según dicha fuente, están en ejecución cinco desaladores, de las que sólo tres son de iniciativa ministerial:

Valdelantisco (Aguas de la Cuenca del Segura) con 140.000 m3/día
Rincón de León de Alicante (Generalidad Valenciana) con 25.000 m3/día
Alcudia (Baleares) del Ministerio de Medioambiente (MIMAM) con 14.000 m3/día
Melilla (MIMAM) con 25.000 m3/día
Tenerife (Gran Hotel Bahía del Norte) con 12.000 m3/día.

Con estas actuaciones prioritarias se incrementa la producción de agua desalada en algo menos del 14%; siendo en la actualidad el 1,84% del agua disponible en España (460 hm3/año frente a 25.000 hm3/año totales). El agua reutilizada tiene unos índices inferiores, es sólo el 1,24% (320 hm3/año).

Recuérdese que la política medioambiental exigiría primero la reutilización, luego la desalación y, finalmente, nuevos recursos de regulación.

Con respecto al precio de desalación todos los autores coinciden con los datos aportados por la Asociación Española de Desalación y Reutilización. En 1990 el precio medio era 1 €/m3 bajando en 2000 a 0,50 €/m3. Y la tendencia es a mantenerse: la bajada del consumo energético ha sido compensada con la subida del coste de la energía.

Sin embargo para la desalación de aguas salobres, no marinas, el precio está entre 0,25 a 0,35 €/m3.

Todavía resuenan en mis oídos las discusiones encendidas debidas a que un representante ministerial bajó el precio de desalación a 0,05 €/m3 como coste estimable. Era una jornada técnica del Colegio de Caminos de Madrid. Se debió de levantar un técnico especialista en desalación, preguntó si no había oído mal, el ministerial se reiteró en la posición y se armó una buena trifulca mental. Pero es que el papel lo aguanta todo.

Visto lo poco avanzado que va el programa Agua, entiendo que la Ministra Narbona no tenga tiempo de visitar Galicia, hable ahí con precipitación ¿y alevosía? Y dedique el tiempo a impulsar los proyectos y contrataciones de su estrella, por ahora virtual, la del Programa Agua, para que pueda en un próximo post, dentro de unos meses, cambiar mis cifras.

frid

8/14/2006

Algunos datos sobre el cambio climático: La España seca.

Parece ser que, desde antiguo, las lluvias en España han seguido el mismo proceso espasmódico. Grandes aguaceros seguidos, sin solución de continuidad, con largos periodos secos:

El profesor Témez, en la Revista de Obras Públicas de junio de 2006, aporta unos datos para nuestra reflexión; por una parte narra la sequía que padeció Castilla y Andalucía en los años 1535 a 1549, con los que se culmina una sequía de 33 años con una “seca casi ininterrumpida”, sequía que depara prácticamente la muerte por falta de pasto de los animales así como la desaparición de bosques, praderas, riachuelos, fuentes y regajos andaluces. Esa escasez de precipitaciones quizá fuese más fuerte que la que se padeció en los años 1867 a 1879 y en el periodo reciente de 1980 a 1995.

En lo referente a las crecidas, el profesor Témez aporta los datos de las fuertes lluvias incluidos en los mismos periodos secos. Cita las lluvias torrenciales del Jucar que ocasionaron la rotura de la presa de Tous (19 y 20 de octubre de 1982); las de los días 3 y 4 de noviembre de 1864 en Albaida que sobrepasaron aquellas lluvias en Albaida en unos 35 cm. Cita precipitaciones también extremas en el río Segura (4 y 5 de septiembre de 1989 y 14 y 15 de ese mismo mes pero en 1879); de similares características se encuentran precipitaciones históricas registradas en el Guadiana y en el Tajo.

Sigue analizando las situaciones extremas de sequía y avenida en España y concluye que “Esa acumulación de sucesos hidrológicos extremos es por tanto explicable por la evolución natural del clima, y en modo alguno supone una prueba de la existencia de un cambio climático”.

Qué podemos concluir: Que el escenario más esperable para nuestros ríos, para todos nuestros ríos (incluso los atlánticos, aunque en estos más raramente), es que se alternen periodos de abundancia y de escasez de agua, siendo la escasez bastante persistente y segura.

¿Qué hizo José en Egipto para esperar los años secos?: almacenó el trigo de los años húmedos, no sólo gestionó la escasez. Porque la escasez se estira pero no indefinidamente. Al final nos quedan unas gotas de aceite y un poco de trigo para hacer la última torta y morir, y no suele aparecer entonces Elías para que esa medida no se agote.

¿Qué hace el gobernante sabio y prudente en un país como el nuestro? Regula el agua de la abundancia para los periodos de escasez. Pero ¿regula sin embalses?, y si hace embalses ¿reduce la cota hasta el extremo de hacerlos inoperativos?. Más bien todo lo contrario, y considera que la política hidráulica es una pieza básica para el desarrollo de este país mediterráneo y no hace de ella un arma arrojadiza de desencuentro; porque el bien común exige gobernar según es la realidad del territorio, proporcionándole las infraestructuras básicas para paliar las dificultades naturales para su desarrollo. Y uno de nuestros lastres es la irregularidad de nuestros ríos, consecuencia natural de su carácter mediterráneo.

frid

8/13/2006

La erupción del Krakatoa, contada por Hella S. Haase.


La erupción del Krakatoa, contada por Hella S. Haasse.
Diario de Rudolf Kerkhoven en “Los señores del té”, páginas 232-234:

Carta de Rudolf a sus padres el 27 de agosto de 1883:

“... Ayer por la tarde, mientras se preparaba una ligera tormenta de lluvia fina, a ratos creímos oír y sentir unos temblores. Primero pensamos que se trataría de truenos en la lejanía, pero la tormenta cesó, mientras que los ruidos se hacían cada vez más intensos, alternándose con golpes secos. A eso de las siete de la tarde oímos una serie interminable de fuertes estallidos: era evidente que se trataba de la erupción de un volcán y de repente nos acordamos del Krakatoa, que está a 270 kilómetros de aquí y que hace tres meses entró en erupción.

Los niños tenían miedo, pero aún así consiguieron dormirse; también nosotros nos fuimos a la cama a eso de las diez, diez y media, y nos dormimos. Hacia medianoche me despertó el rumor creciente. Las puertas, las ventanas, los armarios, todo retumbaba. También Jenny y los niños se despertaron. Luego siguió una sacudida que superó en intensidad a todas las anteriores. Toda la casa tembló. Era como si hubiesen disparado un cañón justo al pie de nuestra ventana. Y en realidad no hubo ningún terremoto, sólo constantes temblores y un gran estrépito. Cuando todo volvió a la normalidad, mi reloj marcaba unos minutos antes de la una.

Fuera hacía noche oscura, el aire era tibio, no corría una gota de viento. Los estallidos continuaron durante toda la noche, a ratos más fuertes, a ratos más débiles. Por la mañana oímos que los nativos habían pasado la noche en vela, dentro o en las inmediaciones de la casa del escribiente. Algunos pensaron que el Gunnung Tilu se desplomaba, otros que se trataba de nuestra casa o de la fábrica. Todos se habían preparado para salir corriendo. Las madres llevaban a los pequeños colgados de los slenglang y los hombres iban cargados con las pertenencias más valiosas. Pero nadie sabía a donde ir.

Esta mañana las erupciones se alternaban con períodos de calma. A eso de las diez y media, el cielo se cubrió de un banco de nubes plomizo procedente de poniente. El sol, velado todo el tiempo por una especie de neblina, desapareció por completo y se hizo una oscuridad aterradora. Hacia el mediodía, me era ya imposible leer bien en el despacho. Los peones abandonaron los plantíos y retornaron a sus casas, las gallinas volvieron a sus gallineros y los grillos se pusieron a cantar. Tras fuertes ráfagas de viento del sur, se reinstauró una calma total, no se movía una hoja. La temperatura descendió rápidamente varios grados y comenzó a hacer un frío desagradable. Hacia las doce y media, surgió por el este una franja de luz, como ocurre al alba. Los gallos se pusieron a cantar, y también los pájaros. Toda la naturaleza parecía desorientada.

Poco a poco, la masa gris se fue diluyendo y entre las tres y las cuatro pudimos volver a distinguir el lugar donde debía encontrarse el sol. Estoy totalmente convencido de que esa niebla grisácea era una nube de ceniza, suspendida en el aire. Pero aquí no cayó nada de ceniza, ni hubo humo, ni tampoco olimos el azufre”

Cuenta que a la noche siguiente “pudimos ver claramente las llamaradas que escupía el Krakatoa. ¡Qué terrible desgracia para Bantam!

Cuenta el 11 de septiembre los efectos desoladores de la erupción: “ La costa de Bantam se ha visto afectada sobre todo por un maremoto. El agua penetró varios kilómetros tierra adentro, destrozando todo a su paso, barriendo casas y personas hacia el mar. Luego se produjo la lluvia de ceniza. Telok Betung ha sido destruida y la bahía es ahora inaccesible por las masas ingentes de piedra pómez que impiden el paso a toda embarcación. Decenas de miles de cuerpos flotan a la entrada del estrecho de Sunda”.

Alguien me dirá ¿cuál es la razón de este post en un blog de medioambiente? La respuesta es sencilla. Conozcamos la fuerza de la naturaleza y pongamos al hombre en su lugar. Ahora podemos prevenir mejor esos desastres y reducir la pérdida de vidas humanas, aunque no siempre. Lo que no podremos nunca es impedir que la tierra cumpla, inexorable, sus leyes y muestre que encierra en ella fuerzas imposibles de parar por el hombre. Toda una lección de humildad ante una naturaleza imponente, y una doble llamada: a reconocer a Dios como creador de todo ese poder y a reconocerse criatura que, si no fuese por su ser espiritual, podría compararse a una minúscula hormiga ante la mirada sonriente de los titanes.

Frid.