2/27/2006

Más dudas sobre al eficacia de "este Kioto" para reducir el efecto hibernadero

El 20 de febrero pude asistir a una jornada que organizó el Colegio de Caminos, Canales y Puertos, en Madrid, para tratar sobre el cambio climático. El título: "Desarrollo y contaminación atmosférica. Protocolo de Kyoto y sus repercusiones".

En el acto intervinieron, entre otros, el Secretario del Ministerio de Medio Ambiente para la prevención de la Contaminación y del Cambio Climático, además del consultor D. Antonio Carbajal, así como altos directivos de las empresas directamente relacionadas con el programa de emisiones del reino de España: REPSOL YPF, ENDESA, OFICEMEN y UNESID. Para más datos, el Colegio Profesional ha colgado en la web el resumen de esas jornadas.

Se habló mucho y bien por parte de todos los ponentes, cada uno defendiendo posiciones legítimas pero no coincidentes, sin embargo en toda la jornada planeaba inisitentemente un cierto escepticismo sobre la eficacia de este Kyoto.Si bien se veía como bueno un compromiso de reducción de emisiones, no parecía que este compromiso fuese eficaz y cumpliese los fines pretendidos: no frenar el desarrollo limitando las emisiones corrigiendo el efecto hibernadero al que, parece, está avocado el planeta tierra.

Se partía de un hecho importante: la emisión de gases de efecto hibernadero en España ha pasado a ser el 56 % superior a la del año 1990, si bien el reino de España se comprometió a subir sólo hasta el 15% de esa cifra, entendiendo su menor industrialización con respecto a los demás países de la Unión Europea (UE).

También se partía de un precio medio de los derechos de emisión de 27 euros la tonelada equivalente de CO2 emitido, si bien el Secretario de Estado afirmó que, en el mercado de emisiones de los países no integrantes de la UE, podrían obtenerse valores inferiores (7 €), lo que está ligado no sólo a la compra de las emisiones sino a la implantación de proyectos de desarrollo sostenible en esos terceros países.

Estos condicionantes puestos encima de la mesa llevaron a algunos de los ponentes a preguntarse sobre las incertidumbres que el Protocolo trae consigo, proponiendo algunos la revisión de ese protocolo para que la política de emisiones se adecuase a las posibilidades reales de efectividad.

Entre otras cuestiones, se preguntaban:

¿Puede la UE, que es sólo el 10% de la población mundial, reducir la emisión de gases de efecto hibernadero, mientras países como USA; China, el sudeste asiático menos Japón, La India, Australia y otros no hayan suscrito ese convenio?

¿Puede funcionar un mercado de emisiones que no sea global, como el que nos hemos fijado unilateralmente en la UE?

¿El precio que nos hemos fijado por la limitación de emisiones, de la tonelada de CO2 emitido, no facilitará la deslocalización de las empresas cementeras o del sector del acero? ... y de otras empresas a las que les traiga más cuenta producir en terceros países en los que no haya sobrecarga por emisión?

¿Cómo ha influido el aumento de la población por la emigración en el incremento del CO2 emitido por las fuentes difusas?

¿Cómo controlar la emisión de CO2 de esas fuentes difusas para no cargar sólamente sobre el sector industrial la reducción de gases de efectos hibernadero?

¿Seran lo suficientemente eficaces las modificaciones en la normativa de edificación y de la tecnología de los vehículos?

¿Siendo España un país que depende en un 80% de su energía de los combustibles fósiles, no es este el momento de reabrir el debate de la energía nuclear? ¿Al menos de considerar la ampliación con nuevos grupos las centrales existentes?

Lo que parece cierto es que a la UE, falta de recursos naturales, el protocolo de Kyoto le introduce una competitividad que no existiría sin él... pero a condición de que todos lo suscriban, y eso no parece razonable.

Otras cuestiones a analizar son la relación de emisiones naturales de gases de efecto hibernadero con respecto a las de producción antrópica; la eficiencia de los bosques al envejecer para la fijación de CO2; cuales serán los efectos esperables de ese calentamiento y cuales serían los límites del mismo; si la causa principal de ese efecto es natural o artificial; etcétera.

Con todas estas incógnitas abiertas, considerando un bien la reducción de emisiones en la medida que la tecnología lo permita, el debate se cerraría en falso si no se plantea corregir Kyoto con algo más realista y global, como ya sostuve con anterioridad.

2/10/2006

Pacto del agua: una gran mentira.

El Pacto del agua de la cuenca del Ebro, establecido por el anterior gobierno socialista con las demás fuerzas sociales de Aragón se resquebraja.

Ya con anterioridad se dinamitó el Plan Hidrológico de Borrel, el de los 3.7oo hm3 de trasvase desde el Ebro, moderado y matizado por Aznar hasta 1.100 hm3 y con una tasa por trasvase aplicable a la cuenca del Ebro, en la que primaba el criterio territorial sobre el poblacional para beneficiar a Aragón.

En el caso del PHN la opción asumida supuso, entre otras cosas, denominar inútiles a aquellos técnicos (casi todos puestos por los propios socialistas y mantenidos por los populares) en un Decreto Ley acelerado.

Para dinamitar el Pacto del Agua, el señor Marcelino se ha servido de una mesa de consenso, o mesa de ajedrez con un solo jugador, en el que lo único admisible era ir rebajando las exigencias de parte de los usuarios hasta, por ahora, ir descartando todas las obras emblemáticas de regulación.

Ahora se pasa al ataque en su consecuencia lógica: la reducción de las zonas regables.

Últimamente el Presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro en una reunión del CPIDE (Comisión para el Plan Integral del Delta del Ebro) ha lanzado un mensaje claro: hay que reconsiderar la ampliación de regadíos del Plan Hidrológico de cuenca.

Y no le falta razón: si se replantea Biscarrués, si cae Santa Liestra, si se baja la cota del embalse de Yesa, es razonable que esa reducción de regulación influya necesariamente en la garantía de las demandas de riego suministrables.

Y, como consecuencia, caudales menos regulados en invierno que proporcionarán unos sobrantes en el Delta incluso para el mantenimiento del sistema deltáico.

También la coyuntura de la sequía permite hacer una política no coyuntural: insistir en esa reducción de superficie regable.

Así pues el Pacto del Agua, socialista y sólo socialista, elemento ejemplar de consenso de todas las fuerzas políticas de Aragón, queda muerto. Sin embalses y sin regadíos... ¿qué queda en pié?
Queda una redefinición de lo pactado... ¿y piden que los "minoritarios", que son los más mayoritarios de esos minoritarios (como siempre el PP), se sumen a ese asesinato por la espalda del pacto y del consenso?

De hecho, los que nos sacaron a la calle, a más de cuatrocientos mil aragoneses, porque nos quitaban el agua desde Madrid, hoy nos quitan el agua desde Aragón negandonos la posibilidad de utilizarla.

Nos engañaron al sacarnos a la calle, nos utilizaron como fuerza de presión política... y una vez conseguido su propósito, nos desnudan de nuestras aspiraciones hidráulicas.

Federico R. de Rivera

2/09/2006

¿Es sostenible Kioto? ¿Zapatero prometió lo que no pudo?

Ayer se publicó un artículo en la prensa española en el que los ecologistas le ponen un suspenso a Zapatero. Le achacan que desde 1990, España ha crecido en emisiones e CO2 el 45%, y que el consumo de energía no renovable sigue aumentando año tras año.

De todos modos, si el gobierno del señor Zapatero, que cree en la bondad de la planificación estatal, es incapaz de resolver estos problemas, ¿será que esa asignatura es la de las buenas palabras de un Ministerio florero?

Pero seamos serios. Estados Unidos se resiste a firmar el protocolo de Kioto por verlo inviable para su economía. No disponemos de la tecnología suficientemente desarrollada para hacer competitivo en el mercado global el asumir al 100% los compromisos de Kioto.

Además el crecimiento del gigante asiático, de India y de todo el sudeste asiático es un imput tremendo en el sistema, que con el americano pueden sostener otra economía que aparque las buenas intenciones europeas.

¿No estaremos los europeos en una burbuja de buenas intenciones?

Parece que somos apóstoles de la sostenibilidad, pero incapaces de hacerla efectiva en nuestro propio territorio. ¿Serán necesarias metas más humildes, más accesibles y exigibles a todos, establecidas para determinados procesos industriales en los que se haya visto la viabilidad técnica y económica? ¿Será preciso invertir más y más en otro nuevo Instituto de Investigación, Innovación y Desarrollo a través de una agencia europea exclusiva? En ese camino no logramos todavía avanzar en Europa en la aplicación tecnológica de esas innovaciones.

Ciertamente los ecologistas reconocen que hemos ganado en trasparencia, pero ¿en responsabilidad?... y porqué nó, ¿deberíamos ser sinceros, más objetivos, más humildes? y aceptar que Kioto es insostenible en su estado puro?

2/06/2006

Narbona da la razón, con los hechos, al Comisario de Aguas que dimitió al proponer la modificación de la Ley de Aguas.

El ABC del 6/02/2006 profundiza en la crisis creada en el Guadiana al querer aplicar el ex-Comisario de Aguas y el ex-Presidente de esa Confederación la ley de aguas, por lo que deberían sancionar a más de 2.000 propietarios de pozos ilegales.

El señor Gallego Gil cae por decir que debe cumplir la ley. Y es que no se trata de eso. Hay que obedecer a su señor. Que mire lo que pasó con Fungairiño por eso mismo ¿Y cuantos más serán los ingenuos que piensan que para este gobierno sirven las leyes?

De todos modos la Ministra ya ha propuesto cambiar la ley para dar cabida a "más de 500.000 pozos ilegales" dentro de la legislación. Y es que esa ley antigua, redactada por un gobierno socialista, se ha demostrado ineficaz para controlar la extracción ilegal de aguas.

Tiene razón aquel catedrático de Zaragoza que propuso a los regantes no legalizar sus pozos en 1986, que no pasaría nada... ha sido cuestión de esperar. Pero para ello ya han caído varias cabezas... la de los agoreros que han ido con la ley por delante. ¿Y qué es la ley sino un papel que no obliga a los que hoy gobiernan? ¿Acaso obliga a Zapatero la ley del tabaco?.

De todos modos ¿habrá una vuelta hacia atrás ante el clamor de los ecologistas?... De hecho el diario oficial del gobierno (el País) dice hoy: "El ministerio que dirige Cristina Narbona afirmó que elaborará un documento sobre la solución a los pozos "buscando el más amplio consenso y respetando la legislación vigente". El ministerio niega que se esté planteando la amnistía pese a que presentó a los ecologistas un documento titulado Borrador de reforma de la ley de aguas que incluía esa medida. "Una política de gestión del agua basada en una amnistía o legalización indiscriminada ni garantizaría el agua" y produciría "fuerte tensión social"

Estoy seguro de que habrá amnistía, pero no para los pozos valencianos y murcianos, que esos sí que son los malos... el tiempo me dará la razón.

Eso sí, los acuíferos de Castilla-La Mancha no levantarán cabeza ya más.

Y se demostrará una vez mas que todos somos iguales ante la ley pero unos más iguales que otros.

2/03/2006

Algunos mitos del urbanismo progresista y el falso proteccionismo ambiental

Algunos progresistas tienen tan buen concepto de la izquierda que todo lo ven de color de rosa. Todo lo malo lo asignan a lo que llaman derecha retrógrada, sin considerar que en gran parte, los males del urbanismo derivan de la irrupción del pensamiento de izquierdas en la planificación urbanística.

De hecho la progresía urbanística tiene una tradición indiscutida de planificadora, de estructuradora de la realidad y, para ello, de la redefinición del espacio de convivencia: de planificación de grandes ciudades dormitorio, de implantación de importantes polígonos industriales, de división del espacio según su utilidad práctica en estamentos estancos. Y, sólo tardíamente, se han convertido a modelos más humanos como puede ser la adorada "ciudad mediterránea", si bien desde los planteamientos medioambientalistas; al tiempo que se quejan de que no peuden frenar la especulación urbanística.

En lo que sí consiguieron concentrar actividades fue en la exaltación de las "corralas", viviendas dormitorio, donde las actividades importantes se desarrollan ante la comunidad: WC´s colectivos, cocinas públicas, falta de salas de estar, paredes de papel, y un portero perteneciente al partido... aunque no hacía falta porque en ese ambiente, sin intimidad, el espionaje estaba servido.

Que la izquierda progresista añora ese modelo está claro: la Ministra de la vivienda con sus minipisos tendría, seguramente, ese modelo idealizado... pero siempre para otros, porque bien que los del "Partido" tienen y tendrán prevendas, chalets sencillicos, viviendas con amplios salones, etcétera.

El urbanismo de ideología de izquierdas ha llenado occidente de "plazas duras", de espacios racionalistas tan poco atractivos que lo mejor era ir de paso por ellos, no detenerse ahí (más aún si pega el zierzo zaragozano), salvo para las grandes exaltaciones colectivas.

La progresía urbanística es la que ha dominado la opinión en la planificación urbana occidental, aliada con promotores de viviendas que han visto que esa planificación ha supuesto la subida sin freno del precio del suelo y grandes plusvalías a repartir proporcionalmente entre ellos y los ayuntamientos, que han visto así solucionados todos sus problemas de financiación.

La progresía ambientalista es la que ha protegido "contra la vivienda" grandes superficies de nuestro territorio, dejando reducida la oferta de suelo a lo que los Promotores puedan vender, generando una escasez artifical de suelo que ha contribuido a relanzar esas plusvalías.

Es lógico que se añore un modelo de ciudad distinto, pero, como dice un gran amigo (JM), si no hay negocio no hay solución... ¿la añorada ciudad mediterránea, es posible?, es rentable?

Personalmente opino que sí es posible, pero requiere pensar e iniciativas. En la línea del pensamiento: ese modelo debería tener los servicios de proximidad, los parques y plazas acogedores en proporción suficiente (que sea agradable vivir ahí), que tenga solucionado el problema del transporte, colegios, comercios, etcétera... pero que también pueda vivir ahí una familia sin ser el espacio limitante para que pueda crecer, pueda tener con ella a los abuelos mayores o al familiar soltero...

Todo lo bueno cuesta, y -normalmente- la progresía y la vida no facilitan la tarea.

Aconsejo ampliar conocimientos con el lúcido artículo de Juan Freire:
http://nomada.blogs.com/jfreire/2006/01/los_culpables_d.html

Y no me importaría profundizar sobre las condiciones que harían posible esa ciudad ideal.

Federico R. de Rivera