Las cotizaciones del pienso suben prácticamente cada mes sin saber los ganaderos cuál será su techo o si las mismas llegarán a las de 2007 y 2008 cuando se encarecieron un 50%. Junto a la subida del pienso, los ganaderos han experimentado así mismo la elevación de los gastos del gas o del gasóleo de aproximadamente un 15% en un mes o del 40% en un año y los de la factura eléctrica de un 10% de media desde principios de año, sin contar la última subida del 1 de enero.
El problema con el que se encuentran los ganaderos es que no pueden trasladar ese incremento de los costes en los precios del producto en origen, lo que demuestra su situación de debilidad frente a la gran distribución que provoca que las diferencias en los márgenes comerciales sean cada vez mayores. Los ganaderos siguen cobrando lo mismo -o menos- por sus productos pero cada vez tiene que hacer frente a mayores costes de producción mientras que los consumidores pagan más, la inflación del 2010 ha sido de 3,3.
El mercado de los cereales, marcado por las fuertes especulaciones y por los vaivenes de los mercados de futuro o las bolsas, condiciona el precio de los piensos y lanza al alza el costé básico más importante de las explotaciones ganaderas, entre el 60 y el 70 % del coste de producción corresponde a la alimentación. El problema es que esta situación de volatilidad tampoco beneficia a los productores de cereales porque no pueden tener una estabilidad y no saben a qué atenerse a la hora de sembrar o invertir.
Por ello reclaman que se establezca un precio mínimo de intervención en el cereal para garantizar una mayor estabilidad en sus cotizaciones y adoptar las medidas necesarias para luchar contra los excesos especulativos como podría ser el de prohibir el comercio por parte de proveedores esporádicos, además de poner a disposición del mercado las reservas públicas de cereal.
Además, ha pedido a las administraciones que introduzcan cláusulas en sus líneas de ayuda para que las industrias den prioridad al uso de materias primas de la zona donde están implantadas. En este sentido, ha señalado que resulta "inexplicable" que una empresa de productos lácteos radicada, por ejemplo en Burgos, pague más cara la leche que compra en Francia, que además hay que transportar desde más distancia, que la que adquiere a productores burgaleses.
Así mismo demandan a las Administraciones que pongan en marcha medidas económicas que ayuden a paliar los efectos negativos del incremento de costes entre los ganaderos, como por ejemplo un sistema de ayudas directas que evite la desaparición de más explotaciones ganaderas a lo largo de los próximos meses.
JDM
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Aragón Liberal
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