El Pacto del agua de la cuenca del Ebro, establecido por el anterior gobierno socialista con las demás fuerzas sociales de Aragón se resquebraja.
Ya con anterioridad se dinamitó el Plan Hidrológico de Borrel, el de los 3.7oo hm3 de trasvase desde el Ebro, moderado y matizado por Aznar hasta 1.100 hm3 y con una tasa por trasvase aplicable a la cuenca del Ebro, en la que primaba el criterio territorial sobre el poblacional para beneficiar a Aragón.
En el caso del PHN la opción asumida supuso, entre otras cosas, denominar inútiles a aquellos técnicos (casi todos puestos por los propios socialistas y mantenidos por los populares) en un Decreto Ley acelerado.
Para dinamitar el Pacto del Agua, el señor Marcelino se ha servido de una mesa de consenso, o mesa de ajedrez con un solo jugador, en el que lo único admisible era ir rebajando las exigencias de parte de los usuarios hasta, por ahora, ir descartando todas las obras emblemáticas de regulación.
Ahora se pasa al ataque en su consecuencia lógica: la reducción de las zonas regables.
Últimamente el Presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro en una reunión del CPIDE (Comisión para el Plan Integral del Delta del Ebro) ha lanzado un mensaje claro: hay que reconsiderar la ampliación de regadíos del Plan Hidrológico de cuenca.
Y no le falta razón: si se replantea Biscarrués, si cae Santa Liestra, si se baja la cota del embalse de Yesa, es razonable que esa reducción de regulación influya necesariamente en la garantía de las demandas de riego suministrables.
Y, como consecuencia, caudales menos regulados en invierno que proporcionarán unos sobrantes en el Delta incluso para el mantenimiento del sistema deltáico.
También la coyuntura de la sequía permite hacer una política no coyuntural: insistir en esa reducción de superficie regable.
Así pues el Pacto del Agua, socialista y sólo socialista, elemento ejemplar de consenso de todas las fuerzas políticas de Aragón, queda muerto. Sin embalses y sin regadíos... ¿qué queda en pié?
Queda una redefinición de lo pactado... ¿y piden que los "minoritarios", que son los más mayoritarios de esos minoritarios (como siempre el PP), se sumen a ese asesinato por la espalda del pacto y del consenso?
De hecho, los que nos sacaron a la calle, a más de cuatrocientos mil aragoneses, porque nos quitaban el agua desde Madrid, hoy nos quitan el agua desde Aragón negandonos la posibilidad de utilizarla.
Nos engañaron al sacarnos a la calle, nos utilizaron como fuerza de presión política... y una vez conseguido su propósito, nos desnudan de nuestras aspiraciones hidráulicas.
Federico R. de Rivera
2/10/2006
Pacto del agua: una gran mentira.
Publicado por frid en 11:57 a. m.
Etiquetas: Pacto del Agua
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2 comentarios:
He leido tu artículo del Pacto del Agua. Lo cierto es que es una verguenza que los socialistas hayan engañado a la gente con el grito "que se nos llevan el agua" cuando el travase de ellos era del triple, y ahora resulta que quieren renunciar a la reserva que permita utilizar el agua. Una auntentica verguenza. Espero que te haya gustado el ejemplar de Ordenanzas dedicado.Un saludo.
F. Salas.
Estimado Francisco:
Gracias por el comentario. Es verdad que todo eso fue una "gran mentira"; y , con constancia, sin desanimarse, creo que la verdad de las cosas flota al final (es como un corcho que no puede hundir el agua...) pero es en el fondo una parte de esa batalla eterna entre la Verdad y el Señor de la Mentira, que curiosamente hace su agosto en el PSOE.
Frid
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