En mis visitas al campo puedo comprobar, habitualmente, que los cauces de los ríos están, con frecuencia, llenos de vegetación y sin dragar adecuadamente muchos de ellos.
La causa de esa exuberancia de vegetación es, probablemente, la irregularidad de la circulación del agua, que hace que en periodo de aguas bajas la vegetación ribereña sobreabunde hacia el cauce desde los sotos de ribera.
Esta situación se da, exageradamente en Fraga, donde una muy tupida chopera hace de barrera a las avenidas que se produzcan en el rio Cinca, y... paradoja, acaba de hacerse una tala selectiva al lado del soto de la margen derecha dejando el talud indefenso al empuje, preferente, de las aguas que circulen en el cauce de aguas altas.
Si a ese efecto se añade el tiempo, casi inmemorial, desde el que no se hace el dragado del río aguas arriba de la localidad, tendremos un cauce levantado... cuya única alternativa es la sobreelevación de una minúscula mota protectora.
Me dirán que se ha dragado el río en Fraga, pero es que eso se hizo porque se ve, pero el riesgo está oculto, aguas arriba de la locadidad... con el freno de la vegetación sobreabundante, la tala de las choperas a nivel de talud y la sobreelevación del cauce...
Si además añadimos que para sobreelevar el cauce lo que se ha hecho es extraer gravas de los terrenos colindantes, se ha logrado bajar el nivel del terreno y facilitar la comunicación, por freático, del río con la ribera protegida... empapando con la presión de agua todo el cuerpo de las defensas.
Otro ejemplo similar... el Ebro en Zaragoza y, prácticamente, en todo su recorrido por entornos como Alcalá de Ebro, Cabañas de Ebro... y, aguas abajo de Zaragoza, bien pasado Fuentes de Ebro: aquí el problema no está tanto en la vegetación ribereña... el caudal es más regular en los periodos de aguas altas como para que se mantenga un cauce generoso... aquí nos encontramos con una paulatina subida del lecho del río por acumulación de gravas sin posibilidad de regularizar el nivel... lo que supone que el nuevo azud del Ebro en Zaragoza se presente como elemento singular y crítico para la seguridad frente inundaciones de la ciudad en su margen izquierda.
Problemas y difícil solución salvo que se afronte un plan de limpieza de cauces,compatible con las medidas conservacionistas, que desmonte la bomba de relojería que significa la situación actual: No actuar de ningún modo o hacer medidas de maquillaje en el interior de los núcleos urbanos.
Asunto que exige una reflexión serena sobre los bienes a proteger, la oportunidad de seguir como hasta ahora (elevando más y más las motas de defensa) o bien de redactar -consensuado- un plan de limpieza y mantenimiento de cauces y riberas pensando en proteger bienes, personas compatible, lo más posible, con el mantenimiento y fomento de la riqueza de vida de esos entornos fluviales.
4/26/2006
Mantenimiento sostenible de los cauces y riberas
Publicado por frid en 10:09 p. m.
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