Primero, fueron los tomates crudos; luego, los pepinos españoles y las lechugas embolsadas. Y ahora, los brotes de soja.
En un esfuerzo contra reloj, las autoridades alemanas intentaban ayer confirmar si la epidemia de la letal bacteria Escherichia coli (E coli), que ya mató a 22 personas, se encuentra en unos brotes de soja procesados y comercializados por una empresa de la Baja Sajonia.
Primero, fueron los tomates crudos; luego, los pepinos españoles y las lechugas embolsadas. Y ahora, los brotes de soja. En los últimos 10 días, científicos y médicos alemanes han analizado varias fuentes posibles del brote infeccioso que, además de afectar a 2.263 personas en Alemania y en algunos países próximos, provocó que durante varios días, en España, estuvieron paralizadas las exportaciones de pepinos y de otras verduras.
Con foco en la ciudad de Hamburgo, sin embargo, la epidemia puede tener su origen en los brotes de soja. Fue el ministro de Agricultura del estado federado de Baja Sajonia, Gert Lindemann (CDU), el que difundió ayer la información. No se excluye, según explicó, que los alimentos contaminados no estén ya procesados y en venta tanto en los supermercados como en los restaurantes del país. ''Se encontró una conexión entre esos alimentos y los principales focos del brote infeccioso'', dijo el funcionario en Hannover.
Los medios alemanes insistieron ayer en recordar que todavía faltan las pruebas de laboratorio que deberían darle fundamento científico a la sospecha, resultados que se conocerán hoy. ''Los indicios son tan claros que, según mi opinión, es necesario desde este momento aconsejar a los consumidores que no coman brotes de soja'', insistió Lindemann.
La empresa que recibe y procesa los brotes que podrían estar contaminados tiene su sede en la zona de la ciudad de Uelzen, a 75 kilómetros de Hamburgo. De manera preventiva, las autoridades alemanas ordenaron suspender sus operaciones hasta que se conozcan los resultados de los análisis.
El hecho de que dos de las empleadas de planta contrajeran la infección fue considerado un elemento decisivo para profundizar la investigación y paralizar la producción.
Especialmente en el verano, los brotes de soja crudos se utilizan en Alemania como acompañamiento de las ensaladas. Lindemann hasta ahora no ha ofrecido una explicación científica de las causas por las que los brotes serían el reservorio de la bacteria de la Escherichia coli.
A la espera de la confirmación científica, la ministra de Protección del Consumidor, Ilse Aigner, no quiso comentar las últimas informaciones, así como tampoco el Robert Koch-Institut (RKI), que se ocupa del seguimiento de la efermedad y de las investigaciones, y que hace días aconsejó a la población no comer verduras crudas.
Los funcionarios también debatirán las indemnizaciones reclamadas por España tras los daños causados a su producción de pepinos, cuando se los señaló como posible causa del brote infeccioso y varios países bloquearon sus importaciones.
La senadora por Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks, responsable de la sospecha contra la agricultura española, había insistido anteayer en que ''no hay lugar para las indemnizaciones''.
Los alemanes hasta ahora han reaccionado con orden, cumpliendo las indicaciones del gobierno y siguiendo los informes de los noticieros.
Los pepinos desaparecieron de muchos supermercados del barrio de Mitte, en Berlín, mientras que la prensa publica fotos de carteles publicitarios de Hamburgo donde se ofrecen bocadillos sin verduras.
Desde la aparición del foco infeccioso, la semana pasada, en Alemania murieron 21 personas mientras que el único deceso fuera del país tuvo lugar en Suecia.
Jesús Domingo
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