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1/22/2007

El big-bang y ¿juega Dios con los dados?

El artículo de nuestro excelente amigo Fernando Inigo sobre el Big Bang (“Desde mi trinchera liberal: la teoría del Big Bang), me induce a acompañarlo con estas aportaciones,

NO por estar en completo de acuerdo con él (la fe no es apologética para mí) si no por mis lecturas anteriores y recientes.

El recuerdo de la frase de Einstein “Dios no juega a los dados” me ha hecho recordar que el propio Hawking ha dictado una conferencia con ese título pero en interrogativo.

Sí, Stephen Hawking y su vinculación con el misterio del tiempo que Fernando, y no es crítica, ha ignorado, pues el misterio del tiempo, de ser resuelto, nos resolvería multitud de nuestras telarañas.

A los estudiosos del tema os recomiendo http://ciencia.astroseti.org/hawking/dios.php

Personalmente, como lector de Hawking , y creo que medianamente conocedor de sus menajes, no deja de sorprenderme su última frase en su discurso cuando dice:

“…en contra de lo que creía Laplace. Dios todavía se guarda algunos ases en su manga.”

Aunque la traducción es de 20/1/07 no he podido averiguar la fecha de la disertación.

Sí puedo decir que no se corresponde con el clásico Hawking, el escéptico investigador del tiempo que afanosamente intentaba buscar la ausencia de un creador.

Sí. aquél que tras su espectacular libro diese cuenta que el con el big-bang seguía en un origen temporal; de ahí derivó al intento de la muestra de un hiperespacio con un hipervolumen que no tenía ni principio ni fin: nuestro universo; cual un círculo de mobius o un volumen tórico en el nuestro conocido y vivido.

No dejo de agradecer esa evolución del pensamiento en persona tan capacitada y, al mimo tiempo, tan disminuida en el común.

Es decir, la inexistencia del tiempo, en cuanto todo existe como coordenada temporal.

Copio de la traducción de su discurso:

“Muchos científicos son como Einstein en el sentido de que tienen un lazo emocional muy fuerte con el determinismo pero al contrario que Einstein han aceptado la reducción en nuestra capacidad para predecir que nos había traído consigo la teoría cuántica. Pero ya era mucho. A estos no les gustó la consiguiente reducción que los agujeros negros parecían implicar. Pensar que el universo es determinista, como creía Laplace, es simplemente inocente. Presiento que estos científicos no se han aprendido la lección de la historia. El universo no se comporta de acuerdo a nuestras preconcebidas ideas. Continúa sorprendiéndonos “

No deja de sorprenderme esta evolución del pensamiento ateo, agnóstico, gnóstico ¿quién sabe? de este gran personaje quién transmite su sentir a través de un ordenador…

P.E .Agradeceré comentarios


Ángel



Fernando Inigo dijo

Querido Angel, El matemático Laplace es como un paradigma del ateísmo. Fue el que dijo que Dios era una hipótesis prescindible. Es cierto que a Hawkings no le he oido nunca confesarse ateo, más bien al contrario. Los que en se aferran a explicaciones tipo anillo de moebius para explicar el origen del universo, como algo sin principio ni fin, sino por así decir, un circuito cerrado del universo, en realidad tienen que introducir muchos factores adicionales teoría de las cuerdas, de las supercuerdas, superan las 3, las 4 dimensiones. Hablan de 14 dimensiones, de una nueva topología. Al final, y seguro que sin pretenderlo, nos exigen más fe que la que simplemente sería creer en Dios. El ateismo desde un punto de vista científico, cuando es honrado, es trágico. Mira lo que decía el biólogo Jean Rostand: “-¿la cuestion de la fe? Me la planteo todos los días, sin cesar. He dicho no. He dicho no a Dios, expresándome un poco brutalmente, pero la cuestión se me plantea a cada instante. Yo me digo: ¿es esto posible? A propósito del azar, por ejemplo, me repito: no puede ser el azar lo que combina los átomos. Pero entonces ¡qué? Y aparecen una cadena de preguntas, todas siempre las mismas. Las vuelvo a considerar; estoy siempre disparatando. Estoy obseso, digámoslo claramente, obseso, si no por Dios, por el no-Dios ¡Ah!¡Sí!”

Fernando Inigo

frid dijo

Respecto a Dios y el Universo, algunos amigos me dicen que el problema está en que "humanizamos a Dios", también es cierto que humanizamos a los simios y así nos va. El hombre derrocha humanidad para las cosas innanimadas. Las mascotas de peluche de los niños son un ejemplo. También a las animadas y habla de "perritos simpáticos" y de "buenos sentimientos", e "inteligentísimos", porque tienen un instinto pacífico, juguetón y vivo. Ahí gana el perro o el osito de peluche. Pero el hombre también humaniza a Dios, y le hace el responsable de toda la crueldad humana: Dios vengador (no existe tal); o le hace tan bueno y misericordioso que le hace injusto y bobo (no existe tal); o le hace creador de un Universo "inamovible" y "previsible" (y ese Universo no es tan claro que exista, ni que Dios sea "inamovible" y "determinado"). No hay más milagros para que el hombre no vaya por la vida sin orientación. Dios creó el mundo para el hombre, a la medida del hombre. No es el "mundo de Dios", es el "mundo de los seres terrenales". Y a nosotros nos gustan los hábitos, las costumbres fijas, la seguridad de que mañana sale el sol y pasado nevará porque hace frío. Pero la "perfecta monotonía" nos cansa y hay estaciones, cambios climáticos, deshielos y glaciaciones. La tierra se viste con un traje nuevo todos los días por nosotros. Y Dios no es esa creación. Es el creador del espectáculo y del espectador. Decir que creo en Dios porque es la Ley Natural o la Ley Física es una tontería. Él no es la Ley, es su creador. Y pudo ser menos "fija" que lo que pensamos. No es el azar ni el mundo determinado lo que definen a Dios. A veces los "milagros" son como travesuras divinas, suspende el orden natural para mostrarnos que es su dueño y creador. No lo hace todos los días. El Apocalipsis final ¿no será una redefinición también de las leyes de la física? Por eso los clásicos decían que de Dios lo que con más seguridad se sabía es lo que Él no es, y que lo bueno de nosotros se da en el en grado infinito pero "de modo diferente". Pero "imaginamos a un Dios con dimensión humana". Son los panteismos de siempre: "todos formamos parte de ese mundo eterno y en continua recreación". Sal de ese planteamiento porque cada ser individual es independiente y, además de la ley eterna, tiene su ley específica. El hombre tiene la Ley Natural y la Conciencia. Otros divinizaron las fuerzas naturales, porque les imponían; otros a los propios hombres, por su propio poder; otros "a los diablos" y "espítitus malignos", a los que sacrificaban seres humanos. Y sólo la tradición judía dice de Dios una sencilla definición: "Yo soy el que Soy". Pero eso sólo lo entiende de verdad Dios. Nosotros en el Universo creado vemos huellas, las humanizamos y algo sabemos. El creador plasma su poder, su ciencia, su amor, en lo creado ¿pero qué vemos sino vestigios? Es más natural la alabanza que el entenderle. Por eso la paradoja de que "Dios se ha quedado un as en la manga" es buena: no tenemos todos los datos del problema de la creación. Y también "Dios no juega a los dados" es buena paradoja. Él ha creado un Universo ordenado, donde la ley inmutable es "haz el bien", o "da gloria al creador"; pero ¿es posible que, a veces, sí juegue a los dados? ¿los milagros son esas jugadas? Lo que nos tranquiliza es saber que Él ha creado el mundo para nosotros y, por eso, no tenemos que apurarnos y angustiarnos. Y, después de la vida, vendrá el Otro Mundo, que hará de este una mera sombra. Pero ¿si tanto cuesta pensar en este y entenderle? ¿como para iluminar en qué consiste el Paraíso? Basta saber que "ni ojo vió, ni oído oyó, ni pasó por mente alguna, lo que Dios tiene preparado para los que ama".

frid

Desde mi trinchera liberal: la teoría del Big Bang

El mismo Eisntein lo afirmaba: "la ciencia sin la religión es coja, la religión sin la ciencia es ciega". La teoría del Big Bang, de la gran explosión, explica el cómo se originó el universo, pero no alcanza a la causa final, qué o quién lo creó.

En realidad, la teoría del Big Bang allana el camino de la fe. Resulta una impostura intelectual asumir que de la nada, surgió inexplicablemente el Universo.

El precursor de la teoría del Big bang fue el sacerdote belga e investigador llamado George Lemaitre, que habló de forma revolucionaria de conceptos como átomo primigenio, huevo cósmico o singularidad.

Es decir, todo el universo tal y como lo conocemos (aunque habría que decir más bien,desconocemos), condensado en un punto tan infinitesimalmente compacto que no tiene dimensión.

Esto es la singuralidad, el origen del universo. Más que estar hablando de una gran explosión, estamos hablando de una inflación, algo así como una construcción hinchable que se activa súbitamente y va llenando todo el espacio, o más bien creándolo en su expansión. El tiempo y el espacio se van creando a la vez.

La pregunta que algunos científicos ateos se esfuerzan por evitar es qué causó esta súbita expansión

. Algunos de estos científicos no están dispuestos a un debate intelectual honesto que les lleve a aceptar una intervención divina. Prefieren decir que simplemente las cosas pasaron así, y no tiene sentido preguntarse por las causas últimas.

Asumen un origen del universo desde la nada, desde el vacío. Fruto del azar. Pero evidentemente, esto repugna a nuestra lógica. ¿Cómo puede surgir de la nada algo?

Si tuvo un origen, un principio, es de sentido común pensar que algo preexistía al universo. En estos casos, mantener una fe en el no dios (que en el fondo, eso es el ateísmo, una fe negativa, pero fe en definitiva), es más costoso e impuesto que aceptar la existencia de un Dios Creador.

En palabras de Lemeitre, alguien tuvo que poner ese huevo cósmico. También resulta escandolosa dejar en manos de la casualidad o del azar algo tan ordenado y preciso como el Universo.

Tengo un amigo que dice que la casualidad ocurre cuando Dios no quiere firmar. Pero en el caso del Universo la firma de Dios es tan evidente que sólo desde la cerrazón obstinada se puede obviar.

Si cambiásemos, aunque sea mínimamente, las cifras de la creación del universo, jamás se habría formado el universo. Si por ejemplo, la gravedad, hubiese sido un poco más fuerte, o un poco más débil, el universo se habría colapsado, o se habrían dispersado sus elementos, y el universo se habría mantenido eternamente desparramado. Bastaría dar un pellizco insignificante a los números del universo tal como lo conocemos y necesitamos y el universo no existiría.

El Universo tiene la precisión del mejor relojero. El Gran Arquitecto Divino, lo llamaba Einstein. O, en otra afortunada expresión acuñada también por Einstein, Dios no juega a los dados.










frid dijo

No sabía que se te daba tan bien la metafísica. Espero que te lean muchos.

2007-01-20 21:15:02