En los últimos días era complicado hablar de calentamiento global en Washington cuando más de medio metro de nieve cubría la Casa Blanca, pero los temporales son en realidad una señal paradójica del cambio climático, según los expertos.
Los científicos han dicho que el cambio de temperatura ocasionará incidentes meteorológicos anormales, como sequías más largas, olas de calor de mayor intensidad, huracanes más potentes e inundaciones.
Los estudios también pronostican temporales de nieve más frecuentes y poderosos, como los que han cubierto de blanco partes del noreste de EE.UU. este invierno, pues el calentamiento de la superficie del planeta aumenta la evaporación de agua y, por tanto, la humedad en el ambiente, que es la munición de las tormentas.
"Estas nevadas han sido realmente extraordinarias", dijo Jeff Masters, director de meteorología de Weather Underground, una página de internet. Los sistemas se forman cuando el aire caliente cargado de humedad captada en el Golfo de México sube hacia las grandes planicies del interior de Estados Unidos y choca con una masa de aire gélido venida de Canadá.
Pero como comentamos al inicio, en Washington han caído este invierno más de 1,4 metros de nieve, lo que ha superado el récord de 1898-99. Al mismo tiempo, no ha sido un invierno especialmente frío en la zona, destacó Masters.
Los que rechazan la idea del cambio climático tienen una explicación más simple para las nevadas: el planeta no se calienta. "El nivel récord de nieve es evidente, y que el fraude sobre el calentamiento global no tiene precedentes en la historia de la ciencia moderna", afirmó el diario conservador Washington Times.
El ex vicepresidente demócrata de Estados Unidos es una de las voces más enérgicas en favor de limitar la emisión de gases que provocan el efecto invernadero, ex vicepresidente que recibió el Premio Nóbel por no demostrar nada. No obstante, en los últimos años los conservadores que niegan el calentamiento global también se han deleitado con las nevadas, y hasta en apuntar que una audiencia sobre el impacto climático que debía haberse realizado en el Senado tuvo que posponerse por la nieve.
Joseph Romm, un experto del Centro para el Progreso Estadounidense, no puede ocultar su irritación con los que ponen en duda los estudios científicos que prueban que la contaminación humana está cambiando el clima del planeta. "Ese experto destacó que la última década fue la más caliente en el globo de la que se tienen registros, tras batir el récord en la década de los noventa, que a su vez batió el récord de los ochenta.
Contra el ejemplo de la nieve en Washington y el noreste, Romm coloca la situación en la ciudad canadiense de Vancouver, que tuvo el enero más cálido desde que se tienen datos y a donde se ha tenido que llevar nieve en helicóptero para las Olimpiadas de Invierno.
Al mismo tiempo, reconoció que no se puede adscribir al cambio climático la explicación por un acontecimiento meteorológico en solitario, el problema está en que no es en solitario y que además demuestran no se cumplen las predicciones de los agoreros. No se trata de negar un cierto calentamiento producido por un ciclo, sino de no creer a pie juntillas que somos los humanos los que lo estamos produciendo. Lo que si muestran estos hechos es que "el calentamiento global se enfría".
Sobre la estafa del calentamiento global, por Steve Mosher del Population Research Institute
¡Qué frío! ¿Y el calentamiento?
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