7/13/2006

El espacio recibido

La percepción del espacio y la inserción del hombre en la tierra son inherentes a nuestra cultura. La relación a establecerse entre el hombre y el espacio que ocupa y organiza ya sale en la Biblia, y es un buen parámetro.
El concepto actual de medio ambiente es una mezcolanza (un megamix) de lo que es la geografía física, la urbanidad, el civismo y la educación. Nace en Berkeley fundamentalmente, pero en todas las universidades de la costa Californiana sobre mediados los setenta: época de hastío que se refleja en la provocación, en muchos casos con las más variadas excusas y una creatividad generativa que produce los ordenadores y la red, la música de los setenta y ochenta, y como variante derivada el concepto del medio ambiente como victimismo autocomplaciente.
Entra dentro de la lógica el victimismo de los anglosajones, no en vano son luteranos y puritanos; no lo es tanto que se haya asumido forzando los conceptos culturales en el mundo Español; la cultura católica previene de todo eso.
Ahora todo el mundo tiene una opinión “sabia serena sensata y correcta “ sobre el medio ambiente: consistente en : Kioto, calentamiento global, ozono, y la culpa la tiene Bush. Se niegan a saber que son todo falacias políticas ya desmontadas en su propio origen. Pero ha colado profundamente el hacer pasar por científico lo que es tan solo un movimiento político de desgaste e intento de control social
¿De que se habla con el medio ambiente?
En Español, en cristiano: de higiene, de orden , de sensatez. De algo que siempre hemos tenido en España antes de que el alarmismo falaz se asentara con tan buenos réditos.
Entonces ¿toda esta algarada no ha servido para nada?
Si, si ha servido, y debe servir Como punto de reflexión sobre la sensatez al plantear los trabajos, las obras y los conceptos pero sabiendo que el avance generó al medio ambiente y no al revés; no negándose a la modernidad pero tampoco dejándose apabullar, no destruyendo palacios góticos para levantar pisos lamentables; y en todo caso, sabiendo siempre lo que se hace.
Pero cuando conceptos de los estudios humanos, como la geografía, antropología, ecología y demás trascienden a la política, tan solo se convierten en arma arrojadiza, y nada más.
Esa es la trampa.
La serenidad en el trabajo no ha de ser algo que sea por decreto; y el sosiego tampoco.
Porque el objetivo a conseguir no es un medio ambiente mejor, sino una mejor y más adecuada inserción del hombre en el medio, de manera que el hombre pueda vivir con sosiego su propia vida, hay que cuidar al medio en el hombre, en la medida en que forma parte de el, y no al revés; sería ridículo.
Y como un blog si es bueno lo es por sus comentarios, y no por los textos, al iniciarme en éste, dejo abiertos todos los temas para poder entrar a los trapos de los comentarios, y divertirnos todos.

1 comentarios:

frid dijo...

Interesante, pero considero que hay mucho oculto todavía. Sugieres que las falacias impregnan el lenguaje del medio-ambientalista. Considero que ahí aciertas: son dogmas de fe no probados y muchas veces constatado su contrario lo que se defiende (causas del calentamiento de la tierra por ejemplo).
Soy partidario de un enfoque del medio ambiente más prosaico: ver los problemas reales, ver si podemos poner solución y hacer lo que está de nuestra mano.
Para controlar las órbitas de los planetas, la intensidad de las erupciones solares o volcánicas está otro.
Saludos