8/07/2007

Mi experiencia con los topillos y la responsabilidad de la política "ecolo-jeta" de la Unión Europea.

Mi experiencia con los topillos y la responsabilidad de la política "ecolo-jeta" de la Unión Europea.

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Es creencia popular entre los agricultores de Castilla y León, lo he constatado en conversaciones privadas, que la plaga de topillos que sufre el campo y algunas poblaciones de esta comunidad es provocada por los grupos ecologistas.

Ante la plaga de topillos


 Últimamente está creencia ha sido denunciada por las organizaciones agrarias UPA y ASAJA "Con la autorización de medio ambiente los han soltado por los campos" dicen.


En el mismo sentido pueden entenderse las declaraciones del delegado de la Junta de Castilla y León en Salamanca al responsabilizar a los colectivos ecologistas de la situación generada por la plaga de topillos en Castilla y León.


Que hayan soltado los topillos o no, lo que si es cierto es que llevan dos campañas en las que los grupos ecologistas se oponen a ciertas medidas, acertadas o no, empleadas por la Junta y por los agricultores. Pienso que en estas circunstancias es justa la indignación por parte de estos últimos.


Por su parte, Ecologistas en Acción considera que la "verdadera plaga para el campo castellano es la política agraria de la Junta de Castilla y León", al enjuiciar la plaga de topillos que afecta a diversas provincias de la comunidad.


El colectivo ecologista manifiesta que "huyendo de miopías y analizando la situación del campo en su totalidad", culpa de la plaga de topillos a la existencia desde hace años "de cultivos industriales poco adecuados a nuestro espacio físico y agrícola", pero no especifican cuáles son estos cultivos ni los sitúan en espacio físico alguno. Podemos afirman que son afirmaciones gratuitas.


Finalmente, Ecologistas en Acción considera que "sólo podemos resolver estos problemas, como la plaga continua de topillos y las que están por venir de otras especies, mediante políticas de prevención, replanteando el modelo económico actual, y las formas de gestionar el territorio que se mantienen en las últimas décadas". Sin duda se trata de medidas muy concretas.


Paseando personalmente por los campos, a primera hora de la mañana, se ve como los topillos atraviesan los caminos de continuo, se aprecian a simple vista las galerías a la vera del camino, estas ya son habituales, también se aprecia, de cuando en cuando, a animales, rapaces nocturnas y algunos zorros. Durante el día, por el cielo surcan al acecho rapaces diurnas. Por lo tanto, no creo que la plaga sea debida a falta de depredadores naturales, tal vez lo sea más a las prácticas agrarias impuestas por la medidas medioambientales emanadas de la PAC (ecocondicionalidad): no se pueden mover los campos desde marzo a octubre, no se pueden quemar los rastrojos, no hay animales pastando; a la prohibición de que haya perros sueltos -antes a cada agricultor le acompañaba su perro que no siempre yacía guardando la ropa sino cazando todo tipo de animales-; en cada casa había gatos que se alimentaban de todo lo que sobraba pero especialmente de lo que cazaban, hoy comen pienso y comida específica y no pueden salir sueltos; etc.


Seguramente que los ecologistas tengan razón cuando afirman que "la causa es que se modifican negativamente el hábitat de muchos animales y crean condiciones favorables para la extensión de plagas". Pero estas modificaciones vienen impuestas precisamente como medidas medioambientales emanadas de las autoridades europeas –Parlamento y CE-, que suelen actuar presionados por partidos y grupos ecologistas.

 

Y es que ante la plaga de topillos tengo la impresión que estamos poniendo puertas al campo (buitres sin comida, plaga de topillos,...)


Jesús Domingo Martínez

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