26.5.2008.
Por: Jesús Domingo
Hace unos días la Plataforma Tecnológica Española del Agua y Riego ha hecho pública una nota de prensa que creo puede ser de gran interés para los lectores de Aragón liberal, por lo cual comentamos.
El Informe de Desarrollo Humano 2006 de la UNESCO, entre muchas otras cosas, decía: "La escasez de agua puede ser física, económica o institucional y, como el agua misma, puede fluctuar en el tiempo y en el espacio. La escasez es, en última instancia, una función de la oferta y la demanda. Pero ambos lados de la ecuación oferta-demanda vienen determinados por opciones políticas y por políticas públicas".
España, dice la nota de la Plataforma, por sus características intrínsecas, padece una tradicional y acusada irregularidad "temporal" y "espacial" de la oferta y de la demanda de recursos hídricos. Éste hecho, motivó que, desde los años 50, el sistema de abastecimientos de agua para "uso urbano" o para el "medio rural", tuviese que aumentar, por obligación, su capacidad de almacenamiento y regulación, a la vez, que se fomentó la solidaridad territorial, con interconexiones puntuales "intra" e "inter" cuencas. En pocas décadas, el sistema de abastecimientos español se convirtió en uno de los más complejos y evolucionados en el Mundo, gracias también a unas estructuras de gestión apropiadas y utilizadas como modelo en otros países, caso de las Confederaciones Hidrográficas y de las Comunidades de Regantes, y al desarrollo de un tejido industrial nacional especializado y competitivo internacionalmente.
En los últimos años, sin embargo, la problemática del agua en nuestro país, se ha agravado por el incremento sostenido de la demanda (vinculado directamente al incremento de la población, un 13,6% en los últimos diez años), la cada vez mayor competencia entre diferentes usos y territorios ("guerra del agua" entre diferentes sectores y comunidades autónomas) y a las consecuencias del cambio climático (que provoca más irregularidad en las precipitaciones con periodos de sequía más prolongados). Las situaciones de "crisis" en los abastecimientos de agua se hacen frecuentes, así como, la toma de medidas drásticas que no conducen más que al debilitamiento de la actividad económica, en especial, del sector agroalimentario, en el que España tiene clara vocación de liderazgo. Incluso existen amenazas de restricciones al uso primero y prioritario de agua para uso doméstico. Como aspectos positivos de las experiencias de los últimos años, una sociedad más concienciada sobre la escasez del agua, la implementación de políticas de ahorro y la utilización de aguas regeneradas procedentes de tratamiento.
En un futuro, continúa diciendo la Plataforma, los factores clave o motores del ahorro de agua necesaria y que nos permitirán garantizar el sistema en "condiciones normales", serán la inversión pública en infraestructuras hidráulicas, la gestión integrada de usos con un adecuado control y vigilancia de caudales y consumos de agua y energía, junto con el empleo de las últimas tecnologías, así como, medidas e incentivos que promocionen las buenas prácticas de ahorro de agua entre todos los usuarios, especialmente, en aquellos sectores que más agua consumen y más agua pueden ahorrar, caso de la agricultura. En "condiciones de crisis" y también de aplicación en usos de "lujo" (por ejemplo, riego de áreas verdes) el sistema debería recurrir a las nuevas fuentes vinculadas al tratamiento de aguas residuales o de desalinización y a la transmisión o trasvase puntual de caudales "intra" o "inter" cuencas, decidiendo en cada caso con criterios técnicos la opción más adecuada.
El "Reto del Agua", de cualquier modo, debe ser afrontado desde la unidad, el conocimiento, la sostenibilidad y la innovación. La nueva Plataforma Tecnológica Española del Agua y Riego, creada para fomentar la I+D+i, deberá contribuir a la mejora permanente de la gestión sostenible de los recursos hídricos en España y a la competitividad e internacionalización de nuestras empresas. Los españoles podemos seguir peleándonos por el agua o ponernos de acuerdo para resolver el problema y liderar, a su vez, junto a otros países una "Revolución Azul" (o del agua) que calme la sed y el hambre en el Mundo.
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