14.5.2008.
Propuesta para el Premio Andalucía de Medio Ambiente a Don Manuel Aguilar Campos por alertar dos años antes de los riesgos de las balsas de Aznalcóllar.
Por: Redacción
Hace falta tener valor para defender una opinión técnica a pesar de las presiones. Aguilar había sido obligado por la empresa a aceptar la jubilación anticipada en mayo de 1995, seis meses antes de que presentara los informes sobre el estado de la balsa.
Ciberacción: Premio de Andalucía de Medio Ambiente
Ecologistas en Acción de Andalucía
Sr. D. Manuel Aguilar Campos, ingeniero de minas de Boliden Apirsa en las Minas de Aznalcóllar, que alertó sin éxito sobre las deficiencias de la balsa que dos años después reventaría, arriesgando el bienestar de su familia y hasta su propia vida, en pro de la adecuada conservación del Medio Ambiente andaluz, y especialmente en defensa de Doñana.
Justificación de presentación y méritos.
Manuel Aguilar murio de un infarto el 29 de diciembre de 2000, tras escuchar por televisión, en tierras leonesas, el veredicto de la juez de Sanlúcar la Mayor estimando que no existían indicios para la persecución penal de los hechos ocurridos en el vertido de Aznalcóllar del 25 de abril de 1998. Antes, le dio tiempo, en un largo calvario, a advertir de la catástrofe ante las administraciones ambiental y minera, a ser objeto de pintadas e insultos, a ver cómo sus peores presagios se hacían realidad y la pucha inundaba la cuenca del Guadiamar y a observar cómo se archivaba el desastre por la vía penal. Falleció ante tanta impunidad, sin observar un desenlace lógico, sin que se dirimiera ninguna responsabilidad.
Aguilar había sido obligado por la empresa a aceptar la jubilación anticipada en mayo de 1995, seis meses antes de que presentara los informes sobre el estado de la balsa.
En diciembre de 1995, Manuel Aguilar presentó ante la Junta de Andalucía un detallado informe advirtiendo de las graves deficiencias técnicas que tenían las presas de residuos mineros de las minas de Boliden, que ya estaban provocando una importante contaminación en los ríos cercanos. La conclusión de su informe era terriblemente elocuente y demoledora:
"La contaminación que sufren los ríos Agrio y Guadiamar, aparte de ser evidente, si no se clausuran las citadas presas, corren el gran riesgo de provocar un desastre natural de incalculables consecuencias".
En los primeros meses de 1996, Aguilar Campos, harto de la falta de respuesta, decidió trasladar su informe a la Confederación Ecologista Pacifista de Andalucía (CEPA), y de hecho la copia original del informe se conserva actualmente en los archivos de Ecologistas en Acción-Andalucía, organización heredera de la CEPA. Las consecuentes denuncias de la CEPA basadas en el informe de Aguilar Campos, tampoco fueron debidamente atendidas por las administraciones públicas.
Después del vertido, Manuel Aguilar guardó silencio debido a las amenazas que recibió a raíz de sus advertencias. Tenía guardada toda su documentación en una caja fuerte bancaria, a la espera del día que llegara el juicio. De hecho, algunas de las acusaciones contaban con él en el caso de que la Audiencia de Sevilla revocara el auto de archivo de la juez. Algo que tampoco llegó a ocurrir.
Fue declarado persona non grata por el Ayuntamiento de Aznalcóllar, en contraste con el de Sanlúcar la Mayor, donde residía, que le apoyó y respetó. La presentación de su informe le supuso ser víctima, él y su familia, de insultos, coacciones, amenazas, calumnias y difamaciones con pasquines, pintadas y pedradas a su domicilio. Sus hijos tuvieron que estudiar en otra localidad, incapaces de aguantar la presión y él mismo fue amenazado de muerte.
Incluso durante algunas noches el matrimonio tuve que turnarse a la hora de dormir en constante vigía debido a que habían amenazado con incendiarle la casa.
A Aguilar Campos se le concedió, a título póstumo, la Medalla de Oro de la ciudad de Puente Genil, de donde era oriundo. A dicha iniciativa se adhirió el Ayuntamiento de Sanlúcar la Mayor.
"Queda demostrado -expone el expediente de la concesión de la Medalla de Oro- su integridad profesional y personal, su valentía, ejemplo de honradez, manteniendo siempre, por encima de todos los hechos ocurridos y las amenazas que recibió, su posición en defensa de los valores de la Naturaleza y lo hizo, sin atacar a las personas y sólo informando con profesionalidad y veracidad".
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