5/26/2006

Algunas claves para entender las Bases de la Política del Agua de Aragón


Claves para entender el documento de Bases de la política del Agua de Aragón:

1.- Para entender el documento de Bases de la política del agua de Aragón, hay que partir de un principio básico: se reinicia en él el debate del agua en Aragón. Se hace una especie de tabla rasa de lo anterior. El consenso del Pacto del Agua, que derivó en los Planes Hidrológicos de cuenca y en su inclusión en el Plan Hidrológico Nacional se rompe y se busca un nuevo consenso de todas las fuerzas políticas y sociales.

Consecuencia de ese planteamiento se retiró de la mesa el Partido Popular al entender que se negociaba sólo en una dirección, en la exclusión de las obras de regulación; y por sentirse traicionados al votar los socialistas en Madrid en la modificación del Plan Hidrológico nacional la exclusión de los 6.550 hm3 estratégicos de Aragón así como la cesión de la llave del Ebro a Cataluña al pactar que ese caudal se fijaría entre el Gobierno de la nación y el Gobierno catalán de igual a igual. Posteriormente, como medida de fuerza, se fueron los grupos ecologistas al atascarse su posición en la regulación del Gállego y no lograr la autoinmolación de Riegos del Algo Aragón, como sí lograron con los, loados por todos, regantes del Matarraña cuando renunciaron a la regulación de Torre del Compte; si bien todo comenzó cuando el Canal de Aragón y Cataluña renunció a Santaliestra.

2.- Esto implica una búsqueda imposible. Volver a encontrar el modo de regular los 6.550 hm3 de reserva estratégica para Aragón una vez excluidas piezas claves de regulación como las del río Ésera, al rebajar el embalse de Yesa (si bien en este caso, si se fija la cota intermedia, de hecho lo que se ha cercenado es la capacidad de laminar avenidas, ya que es el uso que se cae al reducir el resguardo) y al poder anunciar que las regulaciones irán todas a la baja, a no ser que no vayan en absoluto.

De todos modos, gracias a la inclusión en el Documento de Bases y en el Borrador del Estatuto la reserva estratégica, el Partido Popular anuncia su voluntad de volver a la mesa del agua, pero con condiciones.

Yo les pediría una condición básica: exigir a los socialistas que se comprometan a mantener una sola postura aquí y en Madrid en materia hidráulica.

3.- Se redefinen las aportaciones de los ríos Aragoneses en 7.400 hm3 anuales, incluyendo las cuencas del Tajo y del Júcar. Y son esas aportaciones las que se pretende asegurar que se usan íntegramente en Aragón.

Si tenemos en cuenta que actualmente utilizamos unos 4.500 hm3 anuales, habrá que pensar que será preciso encontrar clientes para el uso de 2000 hm3/año y que el resto, los 1.400 hm3 sobrantes, serían los que se fijarían como caudales ambientales y contributo al eje del Ebro.

4.- Se pretende desarrollar una política sin sobrantes, si bien se entiende que los retornos de los regadíos actuales y futuros podrán dar unos 2.400 hm3/año de sobrantes aragoneses. Agua usada que has de ver correr todos los años al mar.

5.- La “coherencia aragonesa” llevaría a ir renunciando paulatinamente a las regulaciones de cabecera del Ebro a medida que atiende sus demandas con recursos propios; si bien las bases de la Política hidráulica establecen que para fijar los caudales ambientales todas las autonomías deben ponerse de acuerdo.

En esas condiciones el único compromiso a exigir a los embalses cántabros, riojanos, navarros y alaveses sería el que vertiesen la parte proporcional de caudal ambiental.

6.- En esa misma coherencia, se renuncia (no se menciona) la aportación del Duero y del Tajo para paliar los déficits de la margen derecha del Ebro; mientras que se vuelve a insistir en la necesidad de retener recursos en la Margen Izquierda, donde hay agua y no se puede utilizar tanto como se desearía.

7.- Aragón parece anunciar una planificación de inversiones en regulación para estar más activo en la gestión de los recursos hidráulicos, tal como indica en el artículo 7.4 de sus Bases.

8.- La política hidráulica aragonesa se centra casi en exclusiva a las relaciones Gobierno de Aragón y Ayuntamientos para establecer las aspiraciones municipales. Se potencia la veta política, sin embargo hay que entender que para ampliar las demandas en los volúmenes estratégicos que faltan habrá que contar con regantes e industriales.

9.- El documento entra de puntillas en la problemática de las inundaciones, sin acabar de afrontar valientemente los temas de limpieza de cauces y de defensas. O es que se va a regular urbanísticamente el uso del suelo para desubicar parte de los núcleos urbanos como Fraga, Zaragoza, Alcalá de Ebro, Cabañas de Ebro, el Burgo y Pradilla; además de convencer a los regantes del eje del Ebro que admitan en su economía las inundaciones anuales de sus tierras al reducir la altura de sus defensas.

10.- Y como colofón el Plan es ambicioso en los aspectos de competencia del Gobierno Central y pacato en las competencias autonómicas: ¿donde está la red de control de contaminación difusa y las medidas correctoras que nos exige Bruselas?

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Personalmente el `plan hidra´çulico me pilla lejos, pero en líneas generales estoy de acurdo con el artículo que se. Espero se tenga en cuenta las necesidades de todas las Comunidades anteriores )Cantabria, Castilla y León, Pais Vasco, La Rioja y Navarra. El Ebro también es de ellos. ¿O no?