Agricultura ecológica
La agricultura ecológica en Aragón, un reto para el desarrollo sostenible
El bajo consumo es la principal causa del estancamiento que ha llevado a muchos agricultores de producción ecológica a vender sus productos a domicilio o a través de asociaciones a un precio más bajo. Tal vez esta sea la causa que lleva a que la agricultura ecológica continúe siendo una asignatura pendiente para Aragón que cuenta con 70.000 hectáreas dedicadas a este sistema de cultivo.
Según Antonio Ruiz, presidente de la Comisión de Agricultura Ecológica y miembro de UAGA-COAG, la Comunidad aragonesa cuenta con 70.000 hectáreas de agricultura ecológica. Una superficie que se queda pequeña si se compara con otras comunidades autónomas si se tiene en cuenta los beneficios ambientales que conlleva.
Sin embargo, y a pesar de la reciente preocupación de la sociedad por cuidar el planeta, la agricultura ecológica continúa siendo una práctica minoritaria. Para cambiar esta realidad, los agricultores coinciden en la necesidad de que la Administración incremente su apoyo con medidas concretas, aunque pienso no sería la solución, puesto que actualmente muchos agricultores practican este sistema de producción por las subvenciones, aunque también hay convencimiento, pero sólo con él no se vive. No obstante, “Como no hay presupuestos no extenderán las ayudas a los nuevos agricultores que decidan cultivar de forma ecológica en la Comunidad”, ha apuntado Ruiz. En la actualidad, en Aragón hay cerca de 800 agricultores ecológicos.
Esta situación ha provocado que 30 o 40 agricultores con un elevado número de hectáreas hayan decidido dejar la agricultura ecológica y cultivar por el sistema convencional para acogerse a otras ayudas económicas más cuantiosas.
Una incoherencia para muchos agricultores que conocen los beneficios que aporta la agricultura ecológica y que pasan por aumentar la fertilidad de las tierras, fortalecer la salud del consumidor y cuidar el medio ambiente.
Entre las principales causas de este estancamiento o retroceso en determinadas zonas de Aragón, se encuentra la dificultad de comercialización de estos productos, derivados del todavía escaso consumo interno; a los retrasos en las ayudas agroambientales y a la ausencia de nuevas convocatorias par las mismas.
Hace unos años, la agricultura ecológica era “una utopía” para muchos agricultores que no concebían cultivar de forma no convencional. “Muchos de ellos llevaban toda la vida utilizando abonos minerales y productos fitosanitarios pero comprobaron que al eliminarlos, la tierra se regeneraba antes y era más productiva y fértil”, ha señalado Ruiz. Estas palabras pueden ponerse en tela de juicio, pues que es más una opinión que un hecho científico.
En cuanto al abastecimiento del mercado, hoy en día el ciudadano puede consumir todo tipo de producto ecológico aragonés, ya que existe una gran variedad de “espárragos, hortalizas, aceites, trigo, avena, piensos, frutos secos, vinos, que han ganado numerosos premios europeos y piensos”. Precisamente, en Teruel se ubica una fábrica que sólo elabora piensos ecológicos y que tiene numerosos pedidos a nivel nacional.
Recordemos que todos estos cultivos pasan exhaustivos controles que lleva a cabo la Inspección de Consumo y ACAE. Por ello, los productos ecológicos deben estar debidamente certificados y marcados con una etiqueta que los distinga del resto de alimentos.
Sin embargo, este esfuerzo que lleva a cabo el agricultor no se ve compensado por el consumo de los aragoneses y españoles que acaban metiendo en sus cestas de la compra los productos más baratos. De hecho, en el supermercado la diferencia de precios es considerable.
Una barrera que, si se pretende ser competitivos y continuar con esta actividad, “hay que romper” y a este objetivo responden las iniciativas que llevan a cabo muchos profesionales que han decidido vender sus productos ecológicos a domicilio o en asociaciones de consumidores, a precios muchos más bajos que los que se encuentran en el supermercado. “Estamos acostumbrados a ir a contracorriente y a llevar a cabo iniciativas para ser cada vez más competitivos”, ha indicado Ruiz.
La mayoría se exporta. De todas formas y aunque el consumo haya aumentado en Aragón, la mayoría de los productos, un 80%, se sigue exportando a países de la Unión Europea, “más comprometidos con la agricultura ecológica”. Los alemanes son los que más gasto realizan en productos ecológicos al año, 38 euros por habitante, seguidos de los británicos, 28 euros, mientras que los españoles no supera los 5 euros.
Estos productos en el mercado cuestan más que los producidos en agricultura convencional. Según datos de la organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), los productos ecológicos siguen suponiendo un porcentaje pequeño de las cuotas de mercado mundial de alimentos, entre 1% y 3%. El consumo de alimentos y bebidas ecológicas en España es todavía bastante escaso, entre el 0,5% y el 1% del consumo alimentario total, situándose por debajo de lo que ocurre en otros mercados europeos como Italia, Reino Unido, Suecia y Dinamarca, donde el porcentaje oscila entre el 2,5% y el 5%.
Ante estos datos, el presidente del Comité de Agricultura Ecológica ha apuntado la necesidad de llevar a cabo campañas que promocionen el consumo de los productos ecológicos “como se hacen en otros países europeos como Dinamarca”. Allí, las residencias, hospitales y colegios, elaboran sus menús con productos ecológicos, según ha explicado el presidente del Comité Aragonés.
Por otro lado, y respecto al impacto de los cultivos transgénicos en la producción ecológica, el presidente del Comité ha considerado que no es posible la coexistencia de cultivos ecológicos con los genéticamente modificados. A mi entender, esta opinión es falsa pues precisamente pueden ser los transgénicos los que permitan mayor rentabilidad a la producción ecológica, pero esto puede ser tema de otro artículo.
JDM
La agricultura ecológica en Aragón, un reto para el desarrollo sostenible
El bajo consumo es la principal causa del estancamiento que ha llevado a muchos agricultores de producción ecológica a vender sus productos a domicilio o a través de asociaciones a un precio más bajo. Tal vez esta sea la causa que lleva a que la agricultura ecológica continúe siendo una asignatura pendiente para Aragón que cuenta con 70.000 hectáreas dedicadas a este sistema de cultivo.
Según Antonio Ruiz, presidente de la Comisión de Agricultura Ecológica y miembro de UAGA-COAG, la Comunidad aragonesa cuenta con 70.000 hectáreas de agricultura ecológica. Una superficie que se queda pequeña si se compara con otras comunidades autónomas si se tiene en cuenta los beneficios ambientales que conlleva.
Sin embargo, y a pesar de la reciente preocupación de la sociedad por cuidar el planeta, la agricultura ecológica continúa siendo una práctica minoritaria. Para cambiar esta realidad, los agricultores coinciden en la necesidad de que la Administración incremente su apoyo con medidas concretas, aunque pienso no sería la solución, puesto que actualmente muchos agricultores practican este sistema de producción por las subvenciones, aunque también hay convencimiento, pero sólo con él no se vive. No obstante, “Como no hay presupuestos no extenderán las ayudas a los nuevos agricultores que decidan cultivar de forma ecológica en la Comunidad”, ha apuntado Ruiz. En la actualidad, en Aragón hay cerca de 800 agricultores ecológicos.
Esta situación ha provocado que 30 o 40 agricultores con un elevado número de hectáreas hayan decidido dejar la agricultura ecológica y cultivar por el sistema convencional para acogerse a otras ayudas económicas más cuantiosas.
Una incoherencia para muchos agricultores que conocen los beneficios que aporta la agricultura ecológica y que pasan por aumentar la fertilidad de las tierras, fortalecer la salud del consumidor y cuidar el medio ambiente.
Entre las principales causas de este estancamiento o retroceso en determinadas zonas de Aragón, se encuentra la dificultad de comercialización de estos productos, derivados del todavía escaso consumo interno; a los retrasos en las ayudas agroambientales y a la ausencia de nuevas convocatorias par las mismas.
Hace unos años, la agricultura ecológica era “una utopía” para muchos agricultores que no concebían cultivar de forma no convencional. “Muchos de ellos llevaban toda la vida utilizando abonos minerales y productos fitosanitarios pero comprobaron que al eliminarlos, la tierra se regeneraba antes y era más productiva y fértil”, ha señalado Ruiz. Estas palabras pueden ponerse en tela de juicio, pues que es más una opinión que un hecho científico.
En cuanto al abastecimiento del mercado, hoy en día el ciudadano puede consumir todo tipo de producto ecológico aragonés, ya que existe una gran variedad de “espárragos, hortalizas, aceites, trigo, avena, piensos, frutos secos, vinos, que han ganado numerosos premios europeos y piensos”. Precisamente, en Teruel se ubica una fábrica que sólo elabora piensos ecológicos y que tiene numerosos pedidos a nivel nacional.
Recordemos que todos estos cultivos pasan exhaustivos controles que lleva a cabo la Inspección de Consumo y ACAE. Por ello, los productos ecológicos deben estar debidamente certificados y marcados con una etiqueta que los distinga del resto de alimentos.
Sin embargo, este esfuerzo que lleva a cabo el agricultor no se ve compensado por el consumo de los aragoneses y españoles que acaban metiendo en sus cestas de la compra los productos más baratos. De hecho, en el supermercado la diferencia de precios es considerable.
Una barrera que, si se pretende ser competitivos y continuar con esta actividad, “hay que romper” y a este objetivo responden las iniciativas que llevan a cabo muchos profesionales que han decidido vender sus productos ecológicos a domicilio o en asociaciones de consumidores, a precios muchos más bajos que los que se encuentran en el supermercado. “Estamos acostumbrados a ir a contracorriente y a llevar a cabo iniciativas para ser cada vez más competitivos”, ha indicado Ruiz.
La mayoría se exporta. De todas formas y aunque el consumo haya aumentado en Aragón, la mayoría de los productos, un 80%, se sigue exportando a países de la Unión Europea, “más comprometidos con la agricultura ecológica”. Los alemanes son los que más gasto realizan en productos ecológicos al año, 38 euros por habitante, seguidos de los británicos, 28 euros, mientras que los españoles no supera los 5 euros.
Estos productos en el mercado cuestan más que los producidos en agricultura convencional. Según datos de la organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), los productos ecológicos siguen suponiendo un porcentaje pequeño de las cuotas de mercado mundial de alimentos, entre 1% y 3%. El consumo de alimentos y bebidas ecológicas en España es todavía bastante escaso, entre el 0,5% y el 1% del consumo alimentario total, situándose por debajo de lo que ocurre en otros mercados europeos como Italia, Reino Unido, Suecia y Dinamarca, donde el porcentaje oscila entre el 2,5% y el 5%.
Ante estos datos, el presidente del Comité de Agricultura Ecológica ha apuntado la necesidad de llevar a cabo campañas que promocionen el consumo de los productos ecológicos “como se hacen en otros países europeos como Dinamarca”. Allí, las residencias, hospitales y colegios, elaboran sus menús con productos ecológicos, según ha explicado el presidente del Comité Aragonés.
Por otro lado, y respecto al impacto de los cultivos transgénicos en la producción ecológica, el presidente del Comité ha considerado que no es posible la coexistencia de cultivos ecológicos con los genéticamente modificados. A mi entender, esta opinión es falsa pues precisamente pueden ser los transgénicos los que permitan mayor rentabilidad a la producción ecológica, pero esto puede ser tema de otro artículo.
JDM
0 comentarios:
Publicar un comentario