MÁS QUE GASTRONOMÍA
Un estudio del Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM) define "La Dieta Mediterránea como un elemento de identidad cultural y de salud pública". El estudio subraya la importancia de la alimentación propia de la cultura de los pueblos mediterráneos.
Y es que la dieta Mediterránea, que nació a caballo entre tres continentes (Europa, África y Asia) se ha ido consolidando durante siglos y que hoy cuenta con el beneplácito de cocineros y expertos de todo el mundo, que recomiendan el consumo, entre otros, de aceite de oliva, aceitunas, vino, miel, carnes, pescados, pasta, pan, huevos o legumbres, muy ligadas a la historia y dieta de los pueblos bañados por el Mare Nostrum.
Pero más allá de las razones culinarias y gastronómicas, la Dieta Mediterránea forma parte de nuestra tradición y cultura y supone en sí misma una forma de vida propia de las zonas que llevan siglos cultivándolas.
El informe supone un nuevo respaldo a la solicitud formal hecha a la UNESCO para la Declaración de la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pienso que motivos para que lo acepte hay más que suficientes.
Jesús Domingo Martínez
Un estudio del Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM) define "La Dieta Mediterránea como un elemento de identidad cultural y de salud pública". El estudio subraya la importancia de la alimentación propia de la cultura de los pueblos mediterráneos.
Y es que la dieta Mediterránea, que nació a caballo entre tres continentes (Europa, África y Asia) se ha ido consolidando durante siglos y que hoy cuenta con el beneplácito de cocineros y expertos de todo el mundo, que recomiendan el consumo, entre otros, de aceite de oliva, aceitunas, vino, miel, carnes, pescados, pasta, pan, huevos o legumbres, muy ligadas a la historia y dieta de los pueblos bañados por el Mare Nostrum.
Pero más allá de las razones culinarias y gastronómicas, la Dieta Mediterránea forma parte de nuestra tradición y cultura y supone en sí misma una forma de vida propia de las zonas que llevan siglos cultivándolas.
El informe supone un nuevo respaldo a la solicitud formal hecha a la UNESCO para la Declaración de la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pienso que motivos para que lo acepte hay más que suficientes.
Jesús Domingo Martínez
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