Desde finales de los años 90 la creciente evolución en seguridad y calidad de nuestras frutas y hortalizas se ha visto acompañada por una reforma de la normativa europea de higiene que cambió por completo en enfoque de la seguridad alimentaria en la producción, yendo desde el análisis del producto final hacia un análisis preventivo de los puntos donde pueda existir un peligro para la seguridad alimentaria.
El llamado "paquete de higiene" (un conjunto de reglamentos adoptados por la UE en 2004 que sustituyeron a una veintena de directivas antiguas) del que forman parte los Reglamentos 852/2004 relativo a la higiene de los productos alimenticios y el 882/2004 sobre los controles oficiales de los alimentos, incluidas frutas y hortalizas, consolidó la idea de la cadena alimentaria y la importancia de trabajar la seguridad preventivamente a lo largo de todos los eslabones, desde el campo hasta la mesa.
Estas normas hicieron obligatorias una serie de herramientas de seguridad que han contribuido a que nuestras frutas y hortalizas sean punteras en la Unión Europea. Las empresas españolas vigilan higiene y calidad a lo largo de todo el proceso de producción, recolección, selección, transporte y conservación, teniendo en cuenta también la intervención del personal de trabajo, las limitaciones existentes en la utilización de materiales en contacto, fitosanitarios, fertilizantes, etc., y la obligación de trazabilidad y registro de las empresas.
Contamos con un sector muy dinámico que está incorporando la mejora continua en los procesos productivos cumpliendo con todas las obligaciones establecidas por la normativa citada. Un claro ejemplo de esta evolución lo apreciamos en la industria de la IV Gama, industria en continuo crecimiento que en 2010 produjo aproximadamente más de 70.000 toneladas de frutas y hortalizas con un valor de negocio de 200 millones euros (según datos de AFHORLA), atendiendo así a las necesidades de un consumidor europeo cada día mas exigente.
Controles eficientes
No cabe duda en que la labor de las empresas es esencial para el prestigio y competitividad del sector, pero también lo es la labor de las autoridades competentes del control, como lamentablemente hemos podido comprobar en Alemania en junio de este año con el brote de E.coli. El control oficial está regulado en la Unión Europea desde 2004 por el Reglamento 882/2004 citado, que estableció los principios en los que se debe basar este control tratando de homogenizar el nivel de seguridad en todos los países miembros.
Las empresas españolas vigilan higiene y calidad a lo largo de todo el proceso de producción, recolección, selección, transporte y conservación
Actualmente la Comisión Europea está estudiando una revisión de la norma buscando hacer los controles más eficientes y proporcionar a las autoridades útiles adecuados para ello. La Comisión prevé tener su propuesta de revisión en la segunda mitad de 2012 para posteriormente tramitarla en el Parlamento y Consejo.
La nueva norma debería incidir, y probablemente lo hará, en la importancia de planificar los controles en función del riesgo, en la necesidad de que las autoridades de control proporcionen datos y que éstos sean homogéneos, en la filosofía de las auditorías, en la mejora de los análisis y, en particular, los contradictorios (materia esta en la que no todos los Estados miembro tienen las mismas reglas) y en cómo mejorar los controles a los productos procedentes de países no comunitarios. La propuesta será debidamente consultada, por lo que podremos ir siguiendo su avance.
Por último, en relación con la "calidad nutricional", en este caso conviene tener en cuenta que en el entorno del aumento de la obesidad en las sociedades desarrolladas, el sector tiene una posición excelente para beneficiarse de las características nutricionales de sus productos, altamente recomendados en contenido y frecuencia, dentro de la dieta de cualquier persona y de todas las edades. La lucha contra la obesidad está en las agendas políticas de las instituciones nacionales e internacionales, por lo que en ese marco favorable pueden surgir oportunidades diversas que contribuyan al mayor fortalecimiento y crecimiento de los productores.
Artículo elaborado teniendo en cuenta un trabajo de PILAR VELÁZQUEZ. Especialista en Derecho Alimentario
JDM
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