La demanda de biocarburantes ha aumentado a nivel mundial, al presentarse como alternativa interesante al elevado precio del petróleo, pero en especial por las obligaciones impuestas por los gobiernos, que establecen un porcentaje de este tipo de combustible en gasolinas y gasóleos.
En España, por ejemplo, el Ejecutivo ha elevado al 6 % para 2011 el objetivo obligatorio de consumo de biocarburantes en diesel, una cifra que se incrementará hasta el 7 % en los próximos dos años, mientras que en gasolinas fija en un 3,9 % los objetivos para este ejercicio y en un 4,1 % para 2012 y 2013.
¿Este tipo de combustible es una alternativa más al petróleo? ¿La subida del crudo está incentivando su fabricación? Nos preguntamos. La teoría dice que debería ser así y que conforme aumenta el precio del crudo sería más interesante producir y vender biocarburantes, al menos así lo señalaba el jefe del Departamento de Biocarburantes del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
No obstante, el citado jefe ha explicado que la teoría no se ha cumplido porque desde hace unos años la subida del precio del petróleo tira al alza de todas las materias primas. En el caso del biodiesel, el peso de la materia prima sobre el coste del producto se sitúa entre el 80 y el 85 %, mientras que en el etanol, se encuentra entre el 65 o el 70 %.
Sí es cierto que en países como Estados Unidos (líder en la producción de etanol a partir de maíz) ha crecido el uso de este cereal para la fabricación de biocarburante pero con un "techo". Además, según Fernández, jefe del Departamento, es "impensable" que los niveles actuales puedan incrementarse más porque la cantidad que se puede comercializar en el mercado americano -que es su destino natural- está limitado por ley, hasta unos 16 millones de galones.
Desde la FAO, por su parte, han destacado que el hecho de que tantos cereales sean desviados del consumo humano y animal hacia la producción de etanol influye en mayores precios. Sin embargo, consideran que sería "injusto" e "incorrecto" atribuir toda el alza de los precios de los cereales al etanol, si no lo fue durante la crisis del 2008 menos lo es durante la actual.
La Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) en España reconoce que actualmente existe una mayor demanda de biocarburantes a nivel mundial, si bien las tierras disponibles tienen la capacidad de responder a esta demanda, teniendo en cuenta el objetivo establecido en la Unión Europea (UE) de utilizar un 10 % de energías renovables en el transporte.
El director de APPA Biocarburantes ha subrayado que, según un informe del Gobierno británico presentado en 2010, actualmente hay una gran cantidad de reservas agrícolas infrautilizadas en Europa y otras partes del mundo que se podrían usar para el cultivo de materia primas para los biocarburantes. Bustos ha recalcado que la Directiva de Energías Renovables de la UE establece, para los biocarburantes, una serie de requisitos de sostenibilidad.
En España, y en general en Europa, los aceites de primer uso más utilizados para la fabricación de biodiesel son la colza, la soja y el girasol, y en menor medida los aceites usados, mientras que el bioetanol se produce a partir de la fermentación de materia orgánica con altos contenidos en almidón como los cereales o la remolacha. Recordemos que hay grandes zonas de los regadios del Duero, el Guadina y el Guadalquivir que producían remolacha de manera muy rentable y que por la nueva regulación se ven obligados a otros productos.
Actualmente, la industria busca nuevas materias primas como residuos o grasas, aceite vegetal usado o materias azucaradas, pero no de menor calidad y les falta homogeneidad.
En este sentido, el Copa-Cogeca advirtió, durante un importante seminario, de que el uso no sostenible de los biocombustibles en la UE impedirá a Europa alcanzar sus objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2020.
En su intervención durante el seminario, ha señalado: "Mientras que la producción de alimentos es el principal objetivo de la agricultura, los biocombustibles ofrecen muchas ventajas en términos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y proporcionan empleo en las zonas rurales. Además, pueden producirse de manera sostenible en la UE, sin ser responsables de cambios indirectos en el uso de las tierras en los países no europeos".
Y ha continuado diciendo: "Esto viene explicado por el hecho de que no todas las tierras herbáceas disponibles en la UE son cultivadas. Además, solo una parte de las semillas oleaginosas, de los cereales y de las remolachas azucareras utilizadas para producir biocombustibles se convierte actualmente en energía. La mayoría permanece en el sector de los piensos, y los subproductos ricos en proteínas procedentes de la producción de biocombustibles contribuyen a reducir la gran dependencia de la UE de las importaciones de piensos. El aumento de la producción de biocombustibles en la UE también alivia la presión en las tierras en los países no europeos y ayuda a combatir la desforestación de los bosques tropicales. También reduciría el precio de los piensos, que está golpeando gravemente a los ganaderos europeos en la actualidad".
El Sr. Pesonen ha continuado insistiendo en la necesidad de coherencia de las políticas agrícola, energética, medioambiental y comercial. "El sector europeo de los biocombustibles/biolíquidos no debe verse penalizado o perjudicado debido a que otras políticas europeas incluyen medidas que limitan mejoras en la productividad agrícola o que provocan una deslocalización de la producción europea. Ello solo resultaría en una desforestación y en un aumento de las emisiones en los países no europeos, lo que está en contradicción con los objetivos de la UE".
Jesús Domingo Martínez
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Aragón Liberal
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