Ecologismo y objetividad
Para resolver los problemas es preciso conocerlos bien. Si pretendo curar a un paciente, antes haré un diagnóstico lo más certero posible, y sólo desde la posición del conocimiento podré sanar al enfermo. No puedo recetar por las apariencias o por los estados de ánimo.
Análogamente pasa con la salud del planeta. Los apriorismos que dicen que este mundo está muy mal, con los gritos ¡salvemos la tierra! son tan faltos de objetividad como los que dicen que todo va maravillosamente bien. Pero el hecho es que la vida sigue, una generación sigue a otra generación y, aunque parezca mentira, en muchos aspectos vivimos mejor que antes.
Ahí en el análisis del paciente tierra no valen estados de ánimo, ni sentimentalismos baratos. El planeta es susceptible de medidas que pueden objetivar si realmente producimos más que antes, si aumenta el número absoluto o relativo de las personas hambrientas, si la contaminación de las aguas o del aire aumentan o disminuyen, si el calentamiento de la tierra está causado o no principalmente por la actividad humana o el vulcanismo.
De ahí surge un sano escepticismo, el del que quiere poner remedio al enfermo. No me cuente lo que el enfermo siente, déjeme escucharle porque puede hablar. Y, para evitar que tratemos enfermedades sicosomáticas, vamos a tomarle el pulso y la temperatura, hacerle las radiografías y los análisis necesarios. Es así, y solo así como proporcionaremos salud al enfermo.
Otra cosa es la solución que adoptemos, porque antes que remedios drásticos como limitar los nacimientos, tendremos que saber si es ese nuestro fin o el dar de comer a los nuevos inquilinos del planeta. Y si el inquilino va en camino ¿quién soy yo para decirle que no tiene sitio? Vamos a hacerle un hueco.
De todos modos, Bjørn Lomborg, en su libro “El ecologista escéptico” nos insiste sobre que en algunos aspectos el mundo no va mal, sino que va a mejor: “vivimos más tiempo, con más salud, mejor alimentados, mejor educados; a medida que nos enriquecemos vamos reduciendo la contaminación: el mundo no está cayendo en u precipicio, sino que está mejorando. Pero esto no significa que no existan problemas. Sigue habiendo muchas cosas que se pueden mejorar”. En el libro se señalan la pérdida de bosques tropicales, los millones de personas que mueren de hambre en el mundo, la desaparición de las especies en un orden muy superior a su aparición, el calentamiento global y otros muchos problemas.
Análogas preguntas se plantea Carlos Cachán también en otro libro, hace más de diez años: Manipulación verde, ¿Está en peligro la tierra?
Ambos escépticos no niegan el problema, lo que se preguntan es si es de tal magnitud como denuncia el ecologismo radical, si las causas son sólo las que manifiestan esos grupos, y qué es lo que se puede hacer por encontrar solución a todos esos interrogantes.
El reto: buscar remedio a los problemas en los que el hombre pueda incidir; compaginar la solución de los problemas con la libertad humana, con su apertura a la vida y facilitando nuevas estructuras políticas y económicas en los países donde se encuentran las bolsas de hambre en el mundo.
frid
6/30/2006
Ecologismo y objetividad
Publicado por Anónimo en 6:13 p. m.
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4 comentarios:
El ecologismo lo que ha hecho es crear problemas donde no los habia para poder inventar soluciones.
Mucho superheroe es lo que hay.
Hay una serie de conceptos para relacinarse don el planeta que siempre han funcionado
están en la biblia y en el evangelio.
Lo que pasa es que el mundo solo existe desde que lo han decidido cuatro progres parece ser.
Hay una serie de conceptos fachas que son los necesarios UNICA Y EXCLUSIVAMENTE, para la relación con la tierra:
urbanidad,educación respeto, higfiene...
Así de simple.
El alarmismo es su ciencia, me da la impresión.
Para Ignacio: para hacer ciencia hay que desenmascarar la demagogia, porque los que con dogmas llevan al paraiso ecologísta suelen, sospechosamente, eliminar a los seres humanos de la ecuación.
Tienen pereza mental.
Maestre: la izquierda lo que no soporta es la libertad, y el ver que con libertad el mundo es más feliz. No soporta tampoco la felicidad... no soporta la verdad, no soporta ¡tantas cosas!
Una solución inadecuada al problema del hombre tarde o temprano aniquila al hombre. La ciencia no se construye con apriorismos ni con "progresismo" cientifista, sino con datos. Curiosamente los que creen en Dios suelen ser los menos dogmáticos y respetuosos con su entorno. Lo valoran más. No es una caja caótica que necesariamente tiene que ir bien. Es algo en donde Dios ha puesto al hombre para que lo conozca e intente cuidarlo lo mejor que le parezca.
Cuando comprobamos que somos incapaces de controlar un maremoto, una erupción volcánica, la deriva continental, las manchas solares, la trayectoria de la tierra ¿deberíamos ser más humildes y dedicarnos a mejorar el entorno de nuestra capacidad?
En ese entorno de nuestra capacidad dos retos reales:
1.- La contaminación en las ciudades.
2.- La contaminación de los ríos.
Otro retos a favor de la vida humana:
1.- Agua en cantidad y calidad suficiente para todos.
2.- Puesta en valor de todos los territorios. Invertir en las personas para que sean autosuficientes. Lo del chino: regalar cañas de pescar.
Hay mucho que hacer sin pensar en el Apocalipsis, que no es problema nuestro.
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