El hongo Ascochyta rabiei es una importante amenaza de los garbanzos en todas partes del mundo. Los científicos del Servicio de Investigación Agraria de EEUU (ARS) ha comprobado que otro hongo puede resultar su peor enemigo.
Durante el invierno, A. rabiei sobrevive en el rastrojo de garbanzo (los tallos y las hojas que se quedan después de la cosecha) y forma esporas sexuales, llamadas ascoesporas, que pueden infectar el próximo cultivo de garbanzos en la primavera. Brotes severos—alimentados por condiciones frescas y húmedas—pueden destruir el cultivo total. Pero a pesar de la amenaza presentada por A. rabiei, este hongo en sí es vulnerable.
Algunos de los métodos que actualmente se utilizan contra este hongo son tratar las semillas de garbanzo con fungicidas, sembrar cultivares resistentes, arar los campos antes de sembrar, y alternar los garbanzos con otros cultivos que no hospedan al hongo. Sin embargo, los científicos del ARS han encontrado que Aureobasidium pullulans puede resultar de los hongos más competitivos a A. rabiei.
A. pullulans inhibe la capacidad de A. rabiei de formar o lanzar ascoesporas en el rastrojo durante el invierno, de este modo impidiendo su infección de las plántulas de garbanzo en la primavera. En pruebas de campo a pequeña escala, inocular el rastrojo con las esporas de A. pullulan, llamadas conidias, redujo el tizón Ascochyta en un 38%. Los investigadores esperan que se pueda mejorar este nivel con la utilización de adjuvantes y otros ingredientes a menudo usados en formulaciones de agentes de biocontrol.
Los resultados de esta investigación se han publicado en la revista 'Biocontrol Science and Technology'.
Jesús Domingo
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