Su objetivo es la liberalización total en 10 años. Marruecos aumenta "inmediatamente" en un 45% las entradas de producto europeo y la Unión Europea (UE) en un 55% las marroquíes. El punto más dañino para España: el tomate, que aumenta su cupo con arancel reducido.
La Comisión Europea explica que el acuerdo "refuerza la posición de los exportadores europeos" en el mercado marroquí, a través de una progresiva liberalización de aquí a 10 años, cuando sea total, salvo en el caso de las pastas alimentarias, para las que sólo está contemplada una limitación cuantitativa.
En el sector de los productos agrícolas, permitirá la liberalización inmediata de un 45 por ciento en valor de las exportaciones, del comercio de la UE, porcentaje que en el plazo de cinco años aumentará al 61 por ciento y en 10 años al 70 por ciento.
Frutas y hortalizas, conservas alimentarias, productos lácteos y oleaginosos serán objeto de una liberalización total. Para la pesca, la liberalización es del 91 por ciento en cinco años y del 100 por cien en 10.
Además, se han comprometido a entablar nuevas negociaciones sobre la protección de las indicaciones geográficas e incluye disposiciones sobre el cumplimiento de las obligaciones internacionales relativas a los aspectos sanitarios y fitosanitarios.
A cambio, la UE abre sus puertas, también de forma inmediata, al 55 por ciento de las importaciones procedentes del reino alauita.
Según la Comisión Europea (CE), se "ha tenido en cuenta el grado de sensibilidad de cada producto" y se han mantenido los calendarios de producción, de los productos considerados más sensibles como los tomates, las fresas, los calabacines, los pepinos, el ajo y las clementinas.
Es el punto más controvertido para España, porque permitirá incrementar las cuotas de tomate marroquí que entra a los países comunitarios con arancel bajo de 233.000 toneladas anuales a 285.000 tn, progresivamente. Asimismo, los precios de entrada para el tomate marroquí enviado a la UE se mantendrán como en la actualidad.
La conclusión de las negociaciones deberá ser ratificada por el Consejo de Ministros de la UE, por el Parlamento Europeo y por el Estado marroquí para que entre en vigor.
Mientras, el sector español hará fuerza para evitar su aprobación y la ministra de Medio Rural, Elena Espinosa, ya ha explicado que seguirá trabajando "para mejorarlo", para lo que ha pedido ayuda a Francia, que según tenemos entendido, en este caso, no está por la labor, puesto que se trata de un país amigo y sale bien parado con los resultados de la negociación. Ahora, es ya simplemente cuestión de tiempo y trámites.
Jesús Domingo
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