8/14/2006

Algunos datos sobre el cambio climático: La España seca.

Parece ser que, desde antiguo, las lluvias en España han seguido el mismo proceso espasmódico. Grandes aguaceros seguidos, sin solución de continuidad, con largos periodos secos:

El profesor Témez, en la Revista de Obras Públicas de junio de 2006, aporta unos datos para nuestra reflexión; por una parte narra la sequía que padeció Castilla y Andalucía en los años 1535 a 1549, con los que se culmina una sequía de 33 años con una “seca casi ininterrumpida”, sequía que depara prácticamente la muerte por falta de pasto de los animales así como la desaparición de bosques, praderas, riachuelos, fuentes y regajos andaluces. Esa escasez de precipitaciones quizá fuese más fuerte que la que se padeció en los años 1867 a 1879 y en el periodo reciente de 1980 a 1995.

En lo referente a las crecidas, el profesor Témez aporta los datos de las fuertes lluvias incluidos en los mismos periodos secos. Cita las lluvias torrenciales del Jucar que ocasionaron la rotura de la presa de Tous (19 y 20 de octubre de 1982); las de los días 3 y 4 de noviembre de 1864 en Albaida que sobrepasaron aquellas lluvias en Albaida en unos 35 cm. Cita precipitaciones también extremas en el río Segura (4 y 5 de septiembre de 1989 y 14 y 15 de ese mismo mes pero en 1879); de similares características se encuentran precipitaciones históricas registradas en el Guadiana y en el Tajo.

Sigue analizando las situaciones extremas de sequía y avenida en España y concluye que “Esa acumulación de sucesos hidrológicos extremos es por tanto explicable por la evolución natural del clima, y en modo alguno supone una prueba de la existencia de un cambio climático”.

Qué podemos concluir: Que el escenario más esperable para nuestros ríos, para todos nuestros ríos (incluso los atlánticos, aunque en estos más raramente), es que se alternen periodos de abundancia y de escasez de agua, siendo la escasez bastante persistente y segura.

¿Qué hizo José en Egipto para esperar los años secos?: almacenó el trigo de los años húmedos, no sólo gestionó la escasez. Porque la escasez se estira pero no indefinidamente. Al final nos quedan unas gotas de aceite y un poco de trigo para hacer la última torta y morir, y no suele aparecer entonces Elías para que esa medida no se agote.

¿Qué hace el gobernante sabio y prudente en un país como el nuestro? Regula el agua de la abundancia para los periodos de escasez. Pero ¿regula sin embalses?, y si hace embalses ¿reduce la cota hasta el extremo de hacerlos inoperativos?. Más bien todo lo contrario, y considera que la política hidráulica es una pieza básica para el desarrollo de este país mediterráneo y no hace de ella un arma arrojadiza de desencuentro; porque el bien común exige gobernar según es la realidad del territorio, proporcionándole las infraestructuras básicas para paliar las dificultades naturales para su desarrollo. Y uno de nuestros lastres es la irregularidad de nuestros ríos, consecuencia natural de su carácter mediterráneo.

frid

2 comentarios:

Ignacio dijo...

Olvidaste algo:
no hay ningun cambio climatico.
No hay calentamiento global.
Ni bnada de eso
pero claro si lo dices les quitas el pan de la boca a muchos

Jose dijo...

Cuando se investiga un poco cómo se llega a que existe un cambio climático originado por el CO2, se comprueba lo débil de las argumentaciones. Pero ¿quién es el guapo que se lee los cientos de folios de losn informes que periódicamente realizan ciertos expertos? ¿Se puede creer en unos modelos matemáticos inexactos para predecir el clima, si no predicen suqiera el tiempo con 2 días de antelación? ¿Por qué no se habla de los científicos que afirman que el cambio es algo cíclico en el tiempo? ¿Por qué no se tiene en cuenta la contaminación de los volcanes? Pero, por otra parte si las empresas no han protestado apenas sobre los derechos de emisión, será porque es cierto que el CO2 de origen humano es el culpable. Quisiera que alguien me responda a esto porque es imporante.