El agua de la discordia

El agua de la discordia

El agua ha sido siempre un elemento muy valioso, tan valioso que ha divido y al mismo tiempo ha multiplicado. Ha dividido personas, regiones, países. Ha multiplicado las cosechas, también los frutos. No ha habido nunca, ni seguramente lo habrá, un elemento que genere tanta discordia.

La dependencia de los pueblos del agua a lo largo de la historia, si bien ha supuesto un hecho imprescindible para su desarrollo, ha traído consecuencias no deseables para el propio futuro de los mismos. En el caso del Levante, siendo el clima de los últimos siglos semidesértico, el número de hectáreas desde antes que se construyera el trasvase del Tajo, ha sido exponencial, trasformando lo que entonces era una falta de agua que se producía en unos años más que en otros, en una sequía estructural.

Entre las zonas de nuestro Levante, la Región que mayores necesidades de agua tiene en la actualidad es Murcia con 176.000 hectáreas de regadío. Murcia tiene una agricultura de alta eficiencia que tiene que mantener sin despilfarras, necesita ¿por qué no? campos de golf para acoger al turismo exterior que viene buscando el sol del levante, necesidades de agua para la población que no frene el desarrollo urbanístico. ¿Por qué Murcia tendría que frenar su propio desarrollo?

Existe entre los ciudadanos de Aragón una serie de aspectos que tenemos que conocer que hacen que también ellos se opongan al trasvase del río. Ecologistas mal informados, falta de información técnica correcta, importante diferencia de rentas entre las obtenidas con sus productos agrícolas y los de las regiones afectadas por la sequía estructural, la evidente diferencia en el valor de los terrenos entre ambas regiones, la falta de opciones de viabilidad para la población de las cabeceras del trasvase, la falta de repercusión de los ingresos obtenidos con el agua en la cabecera, la falta de haber querido atender la demanda de 250.000 hectáreas que pedían los agricultores de Aragón, etc, etc.

Todo se ha llevado de manera muy poco adecuada y siempre en perjuicio del sector más débil, los agricultores del Levante. Pocos aragoneses parecen saber que durante el invierno los europeos no tienen otra opción que la de alimentarse de nuestras verduras de Murcia así como de las hortalizas de Almería, que durante la primavera y buena parte del verano se producen las frutas que consume ese mercado, parece que tampoco saben que la mayor parte de los campos de golf se riegan con aguas residuales o con sistemas de minimización del consumo de agua y que el desarrollo urbanístico previsto para los años venideros no producirá daño medioambiental.

Si como parece finalmente habrá agua, lo será inicialmente de desaladora en vez de agua sobrante del río. Puede que llegue tarde. El pasado verano comenzaron ya a secarse multitud de árboles frutales de las zonas frías y medias de Murcia. Si el agua no llega a tiempo se perderán los demás. Tampoco habrá agua para los cultivos tempranos de verduras en Murcia.

El asunto es realmente serio. Les estaremos dando opción a otros países emergentes a un mercado que hasta ahora ha sido siempre español.

Yo, por mi parte, me niego a creer que a los aragoneses eso no les importe demasiado.

Jesús Domingo