8/10/2006

Ardor peregrino

Llevo varios días intentando no decir estupideces. El incendio de Galicia es lo suficientemente serio , al menos para mi como para no frivolizar en absoluto, ni usar el afán de protagonismo. No es un incendio . No es un incendio provocado. No es un incendio por causas naturales.
Ya harto de ver y estudiar todas las imágenes que me han sido posibles ver no me queda más remedio que darlo como un acto intencionado. No un incendio, o uno de los incendios; todo lo que está pasando en Galicia ahora es un acto pensado, meditado planeado y ejecutado con algún fin, mas o menos místico, más o menos esotérico. Mas o menos político o mas o menos económico. Pero todo es un enorme plan de un enorme incendio.
Como sé que al menos un forestal me lee, dejo para él los análisis lineales, y que me corrija que yo estaré encantado.
Pero hay varias cosas:
-No hay congruencia de ningún tipo entre fuegos activos y tendencias del viento.
-No hay un comportamiento “normal” del fuego a sotavento y barlovento.
- No es nada coherente, y mucho menos con un incendio casual, que esté tan próximo tantas veces a zonas habitadas. Tampoco es coherente con incendios provocados.
-No hay una tendencia de ningún tipo que pueda acoger a todos los fuegos que hay bajo un paradigma común.
-No ha habido una situación climática que lo justifique.
Y si mi paranoia no es tal, me gustaría que algún gallego me dijera si una al menos, o más gasolineras han tenido el fuego muy cerca. Desde aquí y con fotos de la red no tengo acceso a ese dato, pero si es un acto de “montar follón” habrán buscado pegar fuego a gasolineras, refinerías o almacenes de combustible de algún tipo.
Caso de que sea que si, se confirmará mi tesis.
Las demás cosas, sólo destacar que me ha gustado una frase de Rajoy: que haya alguien al mando, acierte o se equivoque, pero alguien. En eso estamos de acuerdo Rajoy y yo, ya tenía ganas de darle la razón en algo.
Las fotos de los politicastros, y todo lo demás, van de soie, y no me interesa. Pero esto no ha sido un incendio. Es un acto intencionado y creo que de una extrema gravedad.
Apóstol Santiago, protege España, cuida a los peregrinos.


Publicado en paralelo a Éste lado de la galaxia.

9 comentarios:

frid dijo...

Comento lo que he mandado como carta a los medios:
De vueltas del verano en el Val de Arán me encuentro con los incendios de Galicia y de otros lugares de España. Ahí el frescor era una defensa, pero también el sentido y amor de los araneses a sus bosques y su paisaje.

En Cataluña no echan la culpa al Pp, son más serios. Pero parece que Touriño no ha aprendido de que cuando uno gobierna, él y no otro es el responsable de su gestión.

Si echamos a los que cuidaban los bosques, si eliminamos los ojos, pues vuelve a ser la Galicia de siempre, con perdón, y no sé porqué pero incendiaria de lo ajeno.

Touriño no cree en las meigas, pero cree en los fantasmas, mejor dicho en los pp-fantasmas. Ya están acostumbrados en el PSOE a echar la culpa de sus negligencias y mal gobierno a los de fuera. No se han acostumbrado todavía que no están en la oposición, que están inmersos en las responsabilidades de gestión. Guadalajara, Galicia, Cataluña, son lugares en los que su obligación es enfrentarse con ese desastre natural o provocado.

Ahora les toca apechugar con sus responsabilidades y no demonizar al que no puede hacer nada, y más cuando su política es ignorar y condenar al ostracismo a todo lo que huela a Partido Popular. Que cada palo aguante su fuego.

Federico Rodríguez de Rivera

Anónimo dijo...

Publico la carta de Jesús Domingo sobre el tema:
¿Por qué arde Galicia?


En estos días se está cerniendo sobre Galicia un drama de consecuencias incalculables. A pesar de que no se vean los voluntarios, los artistas ni los activistas de "Nunca mais" en ninguno de los incendios ni en las calles de Santiago, nadie debe llevarse a engaño, esto les implica, la magnitud de la catástrofe es extraordinaria. Los hechos se repiten un año tras otro y los poderes públicos tienen la obligación de contar con los medios adecuados y ponerlos a disposición de profesionales de alta experiencia y cualificación.

El PSOE y el BNG en la oposición se movilizaban contra el Gobierno, todo hay que decirlo, durante la larga etapa de Fraga se obtuvieron resultados razonablemente buenos, por cualquier evento que les permitiera sacar tajada política. Ahora el Ejecutivo social-nacionalista ha incurrido en una irresponsabilidad al dar preferencia a la fidelidad política o al conocimiento del gallego sobre la preparación técnica de los encargados de dirigir las operaciones, hecho grave reconocido por la ministra del ramo.

Una sociedad desarrollada sabe distinguir entre el nivel de la decisión política que corresponde a los representantes elegidos y el nivel técnico que es propio de los profesionales especializados. La confusión entre uno y otro ámbito refleja una concepción autoritaria del poder, basada en el deseo de premiar a los afines con puestos remunerados gracias al erario público. Es una actitud intolerable en un Estado de Derecho, cuyas consecuencias no se han hecho esperar: la Xunta ha quedado en entredicho, es hoy más débil que antes para luchar contra el fuego que devora los bosques de esa parte de España. ¿Cuándo aprenderemos en este país a valorar la profesionalidad? ¿Arde Galicia por los despechados o por las mameras caciquiles de algunos políticos?

Jesús D Mez Madrid

frid dijo...

Estoy de acuerdo con Ignacio, no hay meigas sino intención ¿de los madereros, de los que quieren vengarse porque les echaron del trabajo? ¿de los enemigos del bosque del señor conde?... y en la bruma gallega nadie sabe, todos ignoran porque nadie siente el bosque suyo ¿por qué?

Anónimo dijo...

Ante el fuego han desaparecido los denunciantes

“Las bombas no conocen los límites territoriales” decía Churchill durante la II Guerra Mundial. Ahora podríamos añadir que el fuego tampoco entiende de lenguas, de competencias exclusivas ni de oportunismos políticos. Y es que las informaciones aparecidas en algunos medios sobre la decisión del Gobierno gallego de descabezar el departamento antiincendios de la Xunta de Galicia dos meses después de llegar al poder, es una grave irresponsabilidad al tiempo caso de clientelismo. En un medio de tirada nacional de decía que en concreto, fueron relevados siete de los ocho directivos de máximo nivel, los cuatro jefes provinciales y una docena de responsables de distrito, puestos que en algunos casos han estado vacantes hasta hace pocas semanas.

Ahora mientras Galicia arde por los cuatro costados, el Gobierno, con su Presidente a la cabeza, tendrá que explicar la razón de unas purgas de carácter partidista que han apartado del mando operativo a personas muy expertas en la lucha contra el fuego. También es grave que se haya considerado el conocimiento de la lengua gallega como mérito relevante. Si no fuera por las trágicas consecuencias de un drama que ha costado vidas humanas, así como incontables daños medio ambientales y económicos, sería un hecho de risa. Desgraciadamente ni el Gobierno autonómico ni el Central han acertado en la gestión de la crisis. ¿Recuerdan las denuncias de falta de reacción del Ejecutivo del PP tras el hundimiento del “Prestige”? Hoy, ante el fuego, han desaparecido aquellos denunciantes.

Jaume Catalán Díaz

Anónimo dijo...

Galicia: exceso de partidismo y incompetencia

Dadas los hechos provocados por el fuego en Galicia el pasado año, pero especialmente en este, nos preguntamos ¿qué estaba pasando en una región tradicionalmente castigada por los incendios pero que, en los últimos años, era modelo en la lucha contra fuego? Ha pasado que el Gobierno ha desmontado todo el dispositivo que había organizado el Partido Popular. El actual Gobierno, ante la catástrofe en vez de ver deficiencias y aceptar responsabilidades, ya ha encontrado una coartada: los pirómanos. Ellos son los únicos culpables de la tragedia y los responsables de la incapacidad de la Xunta para acometer las tareas de extinción.

Por desgracia, los pirómanos no son ninguna novedad en Galicia. Hace años, su Presidente, se hacía cruces por este problema denunciándolo ante los medios de comunicación. ¿Cuál fue entonces la reacción de los que hoy están en el poder? Quieren "criminalizar a la población", decía un escandalizado Touriño. Son una "huida hacia delante" para tapar la incompetencia de los populares en la lucha contra el fuego, clamaba Anxo Quintana desde Allariz. Si no fuese porque son muy conocidas las tácticas de la clase política gallega y española que hoy gobierna, hasta nos sorprenderíamos de semejante cambio de parecer. ¿No les parece que, además de los pirómanos se ha abusado de partidismo, hay exceso de incompetencia y ahora de irresponsabilidad?

Domingo Martínez

Anónimo dijo...

Torpeza de la Ministra

Poco prudentes parecen las palabras de la ministra de Medio ambiente cuando
expresaba la sospecha que en detrás de los incendios de Galicia podría haber
la mano vengativa de un determinado colectivo, molesto por verse apartado de
sus funciones. Por muchos indicios que se tengan, una acusación tan grave
nunca habría de haber salido de un miembro del gobierno, puesto que supone
proyectar una sospecha que, para cualquier miembro del colectivo aludido,
podría tener consecuencias fatales en una sociedad gravemente afectada por
el desastre. Resultaría enormemente perverso que el motivo de tal acusación
fuera una excusa por distraer algunas torpezas cometidos por el gobierno en
materia de prevención. Mientras tanto, el fuego no cesa y, lamentablemente,
no es el único. Espero que la pesadilla acabe pronto porque los gallegos
recuperen el sosiego y, como gente sensata que son, sepan agradecer el
enorme sacrificio de los que arriesgan la vida por acabar con el fuego...
aunque “non falen galego, carallo”!

Jesús Martínez Madrid

Anónimo dijo...

Lo envié también a Vitrix:

Para que no ardan nuestros bosques:

Hemos declarado espacios protegidos una parte importante del territorio; los ecologistas venden que su riqueza está en la vegetación de sotobosque, lo que es lo mismo, en la maleza. No se recoge tampoco la leña. Y hay materia para arder toda la que se quiera.

Si protegemos un espacio natural, debemos invertir para que dure. No sirve quejarse diciendo que los incendios son provocados. Muchos son simplemente naturales y sin posibilidad de extinción, como las 1.200 ha de Calazanz (Aragón), o las de Cataluña o las de Guadalajara... y, probablemente muchas de las gallegas.

Queremos protección: paguemos mantenimiento:limpiemos el bosque, paguemos la recogida de madera, hagamos amplios cortafuegos, no despidamos a los que lo cuidan y vigilan, invirtamos en la población rural vecina a la masa forestal. Y así se reducirán los riesgos de incendio.

Pero el mantenimiento no es una cinta que cortar y siempre se suele reducir en los presupuestos públicos.

Andrés Aterido

Anónimo dijo...

La ministra de Medio Ambiente opina que "los gallegos le tienen miedo a su propia debilidad" y que en esta región "persiste una sociedad muy caciquil, muy rural, una situación muy vulnerable y deprimida económicamente en el campo", lo que, unido a "la pobreza, la desinformación" y "el aislamiento del territorio" explica, a su juicio, "la omertá" o ley del silencio que protege a los supuestos pirómanos. En estos términos, analiza la responsabilidad de la sociedad gallega en los recientes incendios, en una entrevista con El País. No es la primera vez que Cristina Narbona justifica lo ocurrido entre el 5 y el 16 de agosto como una consecuencia del "subdesarrollo" de esta región. El pasado 9 de agosto, en plena crisis, afirmó que en Galicia "hay un número más alto de pirómanos en proporción que en el conjunto de España". El PP ha exigido su dimisión.

Anónimo dijo...

- La Xunta ofreció en el 2006 a los ayuntamientos y empresas privadas un convenio para la limpieza de los montes en el que sólo abonaba 100 euros por hectárea, de ahí que las empresas dijeran que esa cantidad era tan ridícula que ni siquiera les llegaba para pagar el gasoil. Así las cosas, prácticamente la totalidad de dichas empresas rechazaron la firma de un convenio “ruinoso”.

-- El concesionario de la autopista AP-9 está obligado a realizar la limpieza de cunetas, y medianas. Este verano no lo hizo y la Xunta no le obligó ni le exigió que lo hiciese.

-- Los lugares establecidos en el monte para la captación de agua -piscinas de 3 por 3- estaban rodeados de maleza –que no quitaron este año- y por lo tanto las motobombas, en muchos casos, no podían acceder a ellos y en otros casos dichos lugares estaban sin agua.

-- Muchas motobombas no pudieron rendir eficazmente porque trabajaban sólo un turno por falta de conductores. Además, por ejemplo, dos motobombas del distrito de Betanzos no funcionaron a la hora de extinguir los incendios por no haber sido reparadas durante el invierno.

-- Se suprimieron dos helicópteros en la provincia de La Coruña.

-- La localidad de Bertamirans tuvo un fuego que llegó hasta la zona de urbanizaciones, pero dicho fuego había empezado a siete kilómetros y siete días antes.

-- Este año se despidió a la empresa contratada por la Xunta anterior y que se dedicaba a la coordinación de medios de extinción aéreos –dicha empresa es de conocido prestigio en la materia en toda España

-- No hubo política de prevención de incendios, ni campañas.

-- La Xunta destituyó a más del 70 por ciento del equipo técnico que llevaba años dirigiendo la campaña contra el fuego.

-- 49 personas fueron excluidas del proceso de selección para conductores de vehículos motobomba por no tener no acreditar tener el curso de gallego.

-- La Xunta redujo el número de personal en las brigadas en más de una tercera parte antes del verano. El 4 de agosto se publicó la relación definitiva de admitidos para trabajar en las brigadas contra incendios, dos meses más tarde que otros años. Hubo huelga a causa de ello y muchas reclamaciones. Así las cosas, en la primera quincena de agosto –ya con incendios- la Xunta todavía estaba contratando los puestos de libres en las brigadas contra incendios.

-- El BNG suprimió el convenio de más de diez años de vigencia que incorporaba al ejercito a las tareas de prevención y ayuda contra incendios.

-- Mala distribución de las brigadas. En concejos con grandes masas de árboles no había brigadas: en concejos con superficies forestales superiores al 55% no se les concedió patrulla forestal, en cambio en concejos con superficies forestales inferiores al 20% sí se les concedió patrullas si estaban gobernados por socialistas.

-- No se solicitó colaboración a las diputaciones. Un ejemplo es el de la diputación de La Coruña, que todavía cuenta con un presupuesto de cerca 30.000 euros sin gastar para la contratación de personal para servicios forestales, debido a la mala gestión de la Xunta.