6/17/2010

El cultivo del sorgo (I)

 

En la Jornada "Conreus herbacis. Situació actual i perspectivas en l'horitzó 2020. Cereals a Catalunya: claus de futur vers l'horitzó 2020" que organizada por el Col·legi d'Enginyers Tècnics Agrícoles i Pèrits Agrícoles de Catalunya tuvo lugar en la Cambra de Comerç de Girona, el moderador de la tabla redonda hizo un comentario sobre el sorgo, dando a entender que se trataba de un cereal con muchas posibilidades y poco aprovechado en Girona. En este caso hemos cogido el guante y aunque no lo cultivaremos directamente pienso que es importante que desde estas páginas dediquemos dos artículos para darlo a conocer.

 

Los primeros informes muestran que el sorgo existió en India en el siglo I d. C. Las esculturas que lo describen se hallaron en ruinas asirias de 700 años a. C. Sin embargo, el sorgo quizás sea originario de África Central (Etiopía o Sudán), pues es allí donde se encuentra la mayor diversidad. Esta disminuye hacia el norte de África y Asia. Existen, sin embargo, ciertas evidencias de que surgió en forma independiente tanto en África como en la India. 

El sorgo, como cultivo doméstico, llegó a Europa aproximadamente hacia el año 60 d. C. pero nunca se extendió mucho en este continente. No se sabe cuándo se introdujo la planta por primera vez en América. Las primeras semillas probablemente se llevaron al hemisferio Occidental en barcos de esclavos procedentes de África. 

Los primeros sorgos dejaban mucho que desear como cultivo granífero. Eran muy altos y, por lo tanto, susceptibles al vuelco y difíciles de cosechar. Además, maduraban muy tardíamente. El desarrollo posterior de tipos precoces, así como de variedades resistentes a enfermedades e insectos, junto con el mejoramiento de otras prácticas de producción, estableció firmemente el sorgo granífero como un importante cultivo. 

El proceso más trascendental, sin embargo, aún no había llegado. Los híbridos se hicieron realidad hacia 1950 y actualmente los rendimientos alcanzan más de 13.440 kg/ha en los sorgos graníferos híbridos. 

En la actualidad, el sorgo (Sorghum bicolor) representa el principal grano en algunas partes de África, Asia, India/Pakistán y China donde constituye gran parte de la dieta humana. Se emplea también en alimentación animal, en la producción de forrajes, y para la elaboración de bebidas alcohólicas.  

Su resistencia a la sequía y al calor lo hace un cultivo importante en regiones áridas, y es uno de los cultivos alimentarios más importantes del mundo. 

El sorgo además de por su empleo en alimentación humana y animal tiene interés por su uso como cultivo bioenergético. Existiendo variedades de sorgo dulce con tallos ricos en azúcares, de los que se utiliza toda la planta para la fabricación de biocarburantes. 

El sorgo pertenece a la familia de las Poaceaes de la que se cultiva dos especies: "Sorghum vulgare L." y "Andropogum sorgum sudanensis". 

El porte de la planta de sorgo tiene una altura de 1 a 2 m, fuerte sistema radicular que puede llegar, en terrenos permeables, a 2 m de profundidad, dispone de tres clases de raíces, laterales, adventicias y aéreas. El tallo o caña, es compacto, a veces esponjoso, con nudos engrosados. Puede originar hijuelos de maduración más tardía que el tallo principal. La presencia de hijuelos es varietal y está influenciada por la fertilidad, las condiciones hídricas y la densidad. Las hojas, se desarrollan entre 7 y 24 hojas dependiendo de la variedad, son alternas, opuestas, de forma linear lanceolada, la nervadura media es blanquecina o amarilla en los sorgos de médula seca y verde en los de médula jugosa. Tiene lígula en la mayoría de los casos. El borde de las hojas presenta dientes curvos, filosos y numerosas células motoras ubicadas cerca de la nervadura central del haz facilitando el arrollamiento de la lámina durante periodos de sequía. 

Las características deseables en la planta de sorgo son las siguientes: buena producción de grano; tallo fuerte y uniformidad de altura; sin presencia de hijuelos; granos grandes y pesados, fáciles de trillar y de calidad alimenticia, ya sea para la alimentación humana o la del ganado; panoja erecta con pedúnculo fuerte y largo de aproximadamente 18 - 20 cm sobre la última hoja, que sea densa y abierta, en la maduración. 

Además de todas las características anteriores, en el sorgo es muy interesante su resistencia a los pájaros, ya que provocan muchos daños, no sólo por lo que comen, sino por lo que desgranan. 

En cuanto a variedades se distinguen por el ciclo; tardíos, medios y precoces o cortos. Las variedades precoces, presentan un ciclo de una duración total de unos 100 días, con unos 68-75 días hasta floración, las intermedias, presenta un ciclo de hasta 120 días, con 68-80 días hasta floración y las de ciclo largo presentan una duración total de más de 120 días con 72-82 días hasta floración. 

Para cultivar el sorgo se ha de tener en cuenta antes de la siembra que el sorgo exige una preparación del terreno con una labor profunda y  un par de pases de cultivador, que mantengan el terreno limpio de malas hierbas. 

Como regla general, la siembra del sorgo debe comenzar de quince a treinta días después de lo que es usual en el maíz en cada región, cosa que permite hacer un cultivo posterior al ray grás. 

Es fundamental que el suelo tenga una adecuada humedad en el momento de la siembra para lograr una emergencia rápida y  homogénea y con ello una buena implantación del cultivo. 

Jesús Domingo 

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