12/21/2006

El Plan de Energías Renovables una necesidad en Europa, más todavía en España (I)

Algunas reflexiones sobre las verdaderas razones que hacen necesario el Plan de Energías Renovables.


Más que razones ambientales, son razones económicas y de seguridad e independencia energética, las que están detrás del Plan de Energías Renovables en España y de las Directivas Europeas en esa materia.

Sabiendo que en España nuestra dependencia energética del exterior está cercana al 80 % eso nos hace pensar que "el preservar el medio ambiente" es meramente una razón secundaria o una especie de venta a la sociedad de la política energética de este gobierno, del anterior y de todos los que haya mientras la premisa del 80 % no se reduzca drárticamente.

Y esa reducción es muy difícil porque el Plan de Energías Renovables del período del 2005 al 2010 tiene un objetivo discreto: el pasar a cubrir el 12 % del consumo energético con ese tipo de energía, y que en la generación eléctrica se alcance el 29,4 %; además de pasar al 5,75 % de biocarburantes en el transporte. Ver las Directivas 2001/77/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de septiembre en fase de transposición sobre la electricidad a generar con fuentes renovables; y la Directiva 2003/30/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, del 8 de mayo de 2003 relativa al uso de biocarburantes y otros combustibles renovables en el transporte.



Con esos objetivos la dependencia energética seguirá siendo una razón poderosa para implicarse en procesos de investigación de nuevas fuentes de energía en España, como sería el aprovechamiento de las mareas (que sería una fuente estable) o bien la mejora de la tecnología en los motores de combustión de biodiesel o del aprovechamiento de la energía solar, o los postes eólicos marinos.


El Plan Nacional de Energías renovables planteaba tres escenarios: el Actual (que es al que se llegaría con las políticas energéticas entonces en marcha); el Probable (basado en la nueva política del Gobierno Socialista) y el Optimista (que no vale la pena considerar por su escasa probabilidad).

La situación de partida, el año 2004, fue un año en el que la hidroelectricidad estuvo por debajo de los valores medios, llegándose a una producción con energías renovables de sólo el 6,5 %; estimándose que para un año medio habría llegado al 6,9 %. Una consideración a tener en cuenta sobre la falta de seguridad en la contribución al balance energético de algunas fuentes de energía, en especial la hidroeléctrica y la eólica.

Las estimaciones para el escenario tendencial sin modificar la política energética era el siguiente: no se lograban los objetivos UE, alcanzándose sólo el 7,2 % de cobertura de la energía total y el 12,1 % de cobertura en el sector eléctrico.

Las estimaciones, y por tanto el Plan del Gobierno en Materia renovable, del escenario Probable nos situaría en un 12,1 % de producción de la energía total de origen renovable; el 30,3 % de la energía derivada del sector eléctrico; el 5,83 % de consumo de biocarburante con respecto a gasóleo y gasolina (unos 2,2 Mtep), cubriendo en todos los frentes los objetivos marcados por la UE para el Reino de España.



Con este plan, de modo indirecto, se logra en el escenario probable, una reducción de emisiones de CO2 por año de 27,341 Mt CO2/año frente a los 6,696 Mt CO2/año en el escenario tendencial originario.

Estas consideraciones requieren ser completadas con el crecimiento de consumo energético de nuestra sociedad en ese periódo de tiempo en el que se pasa de aproximadamente 140 Mtep a 170 Mtep; un crecimiento del 21 % a origen y que muestra que estas actuaciones no reducen en su conjunto el mapa de emisiones de CO2 en España ni bajan nuestras demandas en el mercado "artificial" de emisiones.

Sin embargo hay muchas razones para decir que sí al Plan e incluso para ser más ambicioso en ello y son básicamente: la búsqueda de la independencia energética de la UE con respecto a los países productores del petróleo y la calidad de vida en las ciudades, para reducir drásticamente los contenidos de gases contaminantes y partículas en suspensión del aire que respiramos todos los europeos que vivimos en ciudades medias o grandes, es decir, la gran mayoría de los europeos.

frid

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