12/26/2006

El Plan de Energías Renovables: La distinta suerte de cada fuente de energía (II)

Los horizontes diferenciados en energías renovables y el talón de Aquiles del Plan Energético Nacional. La Hidroelectricidad.


Traemos, a continuación, una referencia a los distintos objetivos con respecto a las energías renovables del Plan Nacional 2005-2010




Energía eólica:

Las energía renovables crecen en España de modo desigual, es razonable que el crecimiento máximo se realice en nuevas fuentes de energía, como es la eólica, que se puede considerar en la época de madurez de desarrollo: mejora de la potencia instalada por pié, tecnología en desarrollo, potencial de nuevos campos de molinos eólicos todavía sin cubrir, e inicio de la instalación de pies en zona marina, no siendo ajeno a ese crecimiento la normativa de subvenciones.

El crecimiento del parque eólico en los últimos años ha sido superior a los 1.600 MW de potencia instalada.



Sin embargo la energía eólica requiere una gran potencia instalada en comparación de la producción estimada. El Plan pasa de 8.155 MW a 20.155 MW de potencia para una producción de 45.500 GWh; lo que le da una ratio de 1 a 2,25 frente a las nuevas centrales de biomasa que con 1.695 MW producirían casi 11.823 GWh que da una ratio de casi 1 a 7.

Son los problemas de una energía que sólo se puede consumir cuando se produce, sin almacenamiento que le de un sobrevalor, como en el caso de la hidroelectricidad que con ratio parecida a la eólica puede cubrir demandas de mayor valor añadido.

biogás y biocarbunrante:

La tecnología del biogás y del biocarburante unidas a la mejora de las centrales térmicas por su transformación en centrales de ciclo combinado, también son un puntal importante: por una parte la eficiencia de las instalaciones aumenta de modo considerable; por otra la esperanza de cultivos alternativos y con mayor rentabilidad económica podrían dinamizar también el sector agrario.

La energía derivada de la biomasa tiene un potencial a considerar por una parte en la gestión de los residuos urbanos de origen orgánico, por otra los residuos de parques y jardines. Sin embargo en cuanto la producción de leñosos, la condición de España con un clima mediterráneo y habitual estrés hídrico en las masas forestales, hacen que en términos proporcionales a la masa forestal, España no pueda esperar mucho de esta alternativa. Quizá por esa razón los objetivos diferenciados por Comunidad Autónoma, hasta alcanzar los 1.650 MW del plan, aparecen en blanco en el documento.

En el Plan Nacional se estiman el paso de 344 a 2.039 MW de potencia instalada por biomasa y mantiene los 189 MW de origen de combustión de los Residuos Sólidos Urbanos (R.S.U.), quizá por el problema de las dioxinas en su combustión o por no incorporar las plantas de combustión de residuos de los planes municipales.

En total que engloba la biomasa, y los Residuos Sólidos Urbanos; con una producción de 15.230 GWh, equivalentes a unos 5.513 Mtep que deberían sumarse a los 583 Mtep previstos de utilización de biomasa para usos térmicos serían la parte del plan más importante, superior al 70% del objetivo de mejora de la autonomía energética.

energía solar:

La energía solar térmica está relacionada con el consumo urbano, como medida de apoyo y ahorro energético en edificación y la demanda supera actualmente la capacidad de producción de placas solares para ello. Teniendo en cuenta el ahorro energético que supone esta acción, la mejora de la calidad del aire urbano y el potencial ahorro en la cesta de la compra energética de los particulares, si además el recibo de la luz se sube para contentar al sector eléctrico por parte del Gobierno, el futuro de esta medida está asegurado.



Si bien su objetivo es discreto con su equivalente e toneladas equivalentes de petróleo (324.660 al final del horizonte del plan) su efecto será importante en la calidad de vida.

Con respecto a la potencia instalada para la generación eléctrica a través de la energía solar, hay una gran indefinición, en especial en la termoeléctrica. Se puede decir que las instalaciones no tienen aún más que el carácter de investigación.

Las metas del plan par el horizonte 2010 son de 500MW instalados para la energía solar termoeléctrica y 363 MW en la fotovoltáica, pero sin datos precisos por Comunidad Autónoma.

Hidroelectricidad:

Con respecto a la energía hidráulica, el Plan Nacional se queja de las trabas administrativas, y debería incidir más en las trabas de tipo medioambiental. La ya antigüedad de este tipo de energía lleva a considerar que las instalaciones más rentables ya están ejecutadas, que las nuevas instalaciones requieren obras de regulación, derivación de caudales de los ríos y acometidas de conducción hidráulica y eléctrica muy contestadas. Esto hace pensar que los objetivos que establece el Plan Nacional en este ámbito serán un claro fracaso.

De todos modos los 810 MW de potencia a instalar y los 1.958 GWh estimados como producción son modestos en la suma del Plan realista objetivo de 15.462 MW y 42.163 GWh de producción en las áreas eléctricas.

Es claro que el Plan no es nada realista en este punto. Porque no es la mera tramitación administrativa la que hace que se ralentice; son las nuevas pautas sociales, la valoración del patrimonio natural, la oposición racional e irracional a las nuevas obras de regulación, los condicionados de caudales mínimos en los ríos, las declaraciones de espacios protegidos de gran parte de los cursos fluviales susceptibles a un aprovechamiento hidroeléctrico, los que hacen que el Plan de Energías Renovables esté sobredimensionado en ese campo, aunque no afecte prácticamente a los objetivos que España se ha marcado de alcanzar el 12% de energía producida por fuentes renovables y el 29,4 % de la electricidad generada.

Sin embargo, sí que supondrá una incomodidad a los técnicos que trabajan en materia hidráulica al poder ser señalados como no cumplidores de objetivos imposibles. Existe, de hecho, cierta preocupación en las Confederación Hidrográficas al verse señaladas, sin ninguna razón, con un signo negativo para lograr los objetivos de desarrollo de energías renovables.

En este ámbito, la Ministra del ramo, debería haber logrado modificar a la baja los objetivos del Plan puesto que su propia política del agua no se fundamenta en la incorporación de nuevos recursos sino en la penalización del uso del agua, el ahorro hasta los límites de la necesidad, la redistribución de usos del agua, aumento de los condicionantes de los caudales ecológicos, lo que lleva incluso a reducir el recurso disponible.

Conclusiones provisionales:

Al final el Plan tiene los mismos puntos fuertes del Plan anterior (1999-2004) que son el incremento de la potencia energética de orígen eólico (12.000 MW, el 80% del total instalado con el más del 50% de la producción); y los mismos imposibles: la dinamización del ya consolidado sector hidroeléctrico (con un incremento humilde a los objetivos del Plan), y con unas vías incipientes que dan algo de esperanza: la biomasa, que con su humilde porcentaje de potencia instalada (el 10% de la potencia eléctrica, supone casi el 30% de la nueva producción de energía).

Y una curiosidad, casi la mitad de la potencia instalada será de origen eólico, que no llegará a producir el 20% del incremento de energía eléctrica. Por contraste el 70% de esa energía derivaría de la combustión de biomasa y de residuos sólidos urbanos. En definitiva, la energía de peor calidad: la eólica; la más segura en el suministro: la biomasa; la estratégica: la hidroelectricidad (pero con un futuro incierto en su ejecución); la urbana: la solar térmica.

Y todas ellas posibles gracias a un sistema de subvenciones que las hacen rentables, o lo que es lo mismo, a un redirigir ahí nuestros impuestos. Un gran esfuerzo para conseguir energía más cara pero "más saludable".

Y la clave real para la independencia energética está donde hay tecnología fiable y posibilidad de grandes producciones de energía de base, curiosamente sólo encontramos esa energía en la energía nuclear. Es el sino de dejar que la razón nos guíe.

frid

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