12/03/2006

La agricultura imprescindible para la sociedad europea


Aún corriendo el riesgo de hacerme pesado, tengo la sensación de escribir de continuo sobre la necesidad de la agricultura y de los agricultores, no puede estar sin volver a escribir sobre ello, ya me perdonarán los lectores. Hace unos días tuvo lugar el II Congreso de Agricultores Europeos en Estrasburgo, en el que coincidieron las 73 organizaciones miembros del COPA y de la COGE-CA, así como por sus 5 organizaciones asociadas de Rumania y de Bulgaria. Me parece muy interesante hacer algunos comentarios a la Declaración que fue adoptada por todos.

Comienzan diciendo que la agricultura europea se caracteriza por la diversidad y sostenibilidad, tanto de sus productos alimenticios como de su producción de materias primas renovables y por la prestación de otros servicios, como la conservación del paisaje cultural y del medio ambiente. Es una parte importante de la economía global y un sector imprescindible para la sociedad europea.


Sin duda toda esta diversidad de servicios, tanto mercantiles como no, sólo podrá garantizarse a largo plazo si se remunera a los que trabajan en el sector agrario de manera acorde con los de los demás sectores de la economía, por todos los servicios que prestan a la sociedad.


En primer lugar hay que considerar que la agricultura es la actividad económica más impórtame de las zonas rurales, y por consiguiente del 90% del territorio de la UE (Unión Europea). Junto con sus sectores conexos proporciona más de 34 millones de puestos de trabajo y productos alimenticios de calidad. La agricultura desempeña igualmente un papel crucial en el mantenimiento de la competitividad de las zonas rurales. Al mismo tiempo, garantizar el relevo generacional en la agricultura contribuye a la realización de dicho objetivo.


El modelo europeo de agricultura está sometido a crecientes presiones en el mercado mundial en el que coexisten y compiten directamente entre sí diversas formas de agricultura. Mientras el mercado europeo se está abriendo aún más a los terceros países, los instrumentos existentes de gestión del mercado están siendo significativamente debilitados o abandonados, y, a menudo, los nuevos instrumentos, no gozan de suficiente financiación.

En la declaración puede leerse que "Deben examinarse todas las medidas tomadas a escala de la UE y nacional (por cada estado) para determinar la influencia que pueden tener sobré la capacidad de la UE de competir con éxito y sobre el impacto qué pueden tener en el tejido económico y social de las zonas rurales. Las normas de producción sostenible deben determinarse globalmente a través de los órganos internacionales competentes".

Y es que en las negociaciones de la OMC (Organización Mundial de Comercio), la Comisión debe salvaguardar absolutamente la actual política agraria de la UE, y no hacer concesiones que sobrepasen la última oferta de octubre de 2005. El modelo europeo de agricultura sé ha mantenido en el pasado gracias a la existencia del mercado único con protección externa, por lo que no debe socavarse en absoluto el funcionamiento de dicho modelo. Las cuestiones no comerciales deben recibir una mayor atención en las negociaciones de la OMC. La Comisión no debe aventurarse en las negociaciones bilaterales, sino concentrarse en conseguir un buen acuerdo en la OMC. Recordemos que se vuelve a hablar de reabrir las negociaciones y que las organizaciones agrarias insisten en lo mismo, no ceder.

Debe aplicarse la decisión de los jefes de Estado y de Gobierno de diciembre de 2005 sobre el mantenimiento del presupuesto dedicado a la política agraria de la UE, y no debe ser cuestionado con la revisión de las políticas de la UE en 2008/2009. Una política agraria debe proporcionarles a los agricultores y a sus cooperativas el entorno estable que requieren para tomar sus decisiones a largo plazo. La modulación voluntaria del. 20% es un paso hacía la renacionalización de la PAC, por lo que no debería retirarse, y también deberían aplicarse siempre algunos principios a las decisiones presupuestarias, particularmente que la PAC no debe renacionalizarse y que cualquier transferencia del primer pilar debe regirse por las mismas normas que la modulación existente.


Es por ello que las ayudas financieras son importantes, pero al ser los agricultores y sus cooperativas empresarios orientados al mercado, lo que necesitan ante todo es un marco estable para tomar sus decisiones, que incluya una política de apoyo e instrumentos eficaces que completen sus propios esfuerzos para mejorar su competitividad. En pocas palabras, se pide a los políticos que no enreden y entorpezcan el desarrollo de una actividad esencial para el medio y para la sociedad.


Jesús Domingo Martínez

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