el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero –el 18 por ciento, medidos en su equivalente en dióxido de carbono (CO2)- que el sector del transporte. También es una de las principales causas de la degradación del suelo y del agua.
Increíble aunque lo diga la FAO
“La ganadería amenaza el medio ambiente” se afirmaba en un escrito publicado por la FAO, si no fuera porque es la FAO quien lo afirma sería para no creerlo y ¿Aún así? En un comunicado este organismo preguntaba: ¿Qué produce más emisiones de gases causantes del efecto invernadero, criar vacas o conducir automóviles?. La respuesta puede suponer una sorpresa para muchos: el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero –el 18 por ciento, medidos en su equivalente en dióxido de carbono (CO2)- que el sector del transporte. También, este sector, el ganadero, es una de las principales causas de la degradación del suelo y de los recursos hídricos. Continua afirmando la FAO: “El ganado es uno de los principales responsables de los graves problemas medioambientales de hoy en día. Se requiere una acción urgente para hacer frente a esta situación”.
Según la FAO, el sector pecuario es el de crecimiento más rápido en el mundo en comparación con otros sectores agrícolas. Es el medio de subsistencia para 1.300 millones de personas y supone el 40 por ciento de la producción agrícola mundial. Para muchos campesinos pobres en los países en desarrollo, el ganado es también una fuente de energía como fuerza de tiro y una fuente esencial de fertilizante orgánico para las cosechas.
Pero este rápido desarrollo tiene un precio elevado para el medio ambiente. La sombra alargada de la ganadería-aspectos medioambientales y alternativas. “El coste medioambiental por cada unidad de producción pecuaria tiene que reducirse a la mitad, tan sólo para impedir que la situación empeore”, advierte el documento.
Si se incluyen las emisiones por el uso de la tierra y el cambio del uso de la tierra, el sector ganadero es responsable del 9 por ciento del CO2 procedente de la actividades humana, pero produce un porcentaje mucho más elevado de los gases de efecto invernadero más perjudiciales. Genera el 65 por ciento del oxido nitroso de origen humano, que tiene 296 veces el Potencial de Calentamiento Global (GWP, por sus siglas en inglés) del CO2. La mayor parte de este gas procede del estiércol.
Y también es responsable del 37 por ciento de todo el metano producido por la actividad humana (23 veces más perjudicial que el CO2), que se origina en su mayor parte en el sistema digestivo de los rumiantes y que lo eliminan al levantar la cola, y del 64 por ciento del amoniaco, que contribuye de forma significativa a la lluvia ácida.
El informe de la FAO explica que la ganadería utiliza hoy en día el 30 por ciento de la superficie terrestre del planeta, que en su mayor parte son pastizales, pero que ocupa también un 33 por ciento de toda la superficie cultivable, destinada a producir forraje. La tala de bosques para crear pastos es una de las principales causas de la deforestación, en especial en Latinoamérica, donde por ejemplo el 70 por ciento de los bosques que han desaparecido en el Amazonas se han dedicado a pastizales.
Los rebaños provocan al mismo tiempo daños en el suelo a gran escala, con cerca del 20 por ciento de los pastizales degradados a causa del sobrepastoreo, la compactación y la erosión. Esta cifra es aún mayor en las tierras áridas, en donde unas políticas erróneas y una gestión ganadera inadecuada han contribuido al avance de la desertificación.
La actividad ganadera figura entre los sectores más perjudiciales para los cada día más escasos recursos hídricos, contribuyendo entre otros aspectos a la contaminación del agua, la eutrofización (proliferación de biomasa vegetal debido a la excesiva presencia de nutrientes) y la destrucción de los arrecifes de coral. Los principales agentes contaminantes son los desechos animales, los antibióticos y las hormonas, los productos químicos utilizados para teñir las pieles, los fertilizantes y pesticidas que se usan para fumigar los cultivos forrajeros.
El sobrepastoreo afecta al ciclo del agua, e impide que se renueven los recursos hídricos tanto de superficie como subterráneos. La producción de forraje obliga a desviar importantes cantidades de agua.
Se considera que la ganadería es la principal fuente terrestre de contaminación de fósforo y nitrógeno en el Mar del Sur de China, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad en los ecosistemas marinos.
Los animales para la producción de carne y leche suponen ya el 20 por ciento de toda la biomasa animal terrestre. La presencia de ganado en grandes extensiones de tierra y la demanda de cultivos forrajeros también contribuyen a la pérdida de biodiversidad. En la lista de 24 tipos de ecosistemas importantes, los estudios indican que hay 15 que se encuentran amenazados por esta causa.
Después de un informe, tan real como este, sólo cabe recomendar a la humanidad, olvídense de comer carne y huevos en casa, el que quiera hacerlo que, como en el paleolítico se dedique a la caza de animales salvajes. Increíble aunque lo diga la FAO.
Jesús Domingo Martínez
2 comentarios:
Tengo sentimientos encontrados al leer este artículo, pues por una parte, como persona responsable estoy en contra de toda forma de contaminación, sin embargo como ingeniero zootecnista trabajo para incrementar la población pecuaria y así atender a la creciente población humana con la mayor producción animal. Entonces conociendo este informe, lo que debemos hacer los técnicos es: trabajar con eficacia y mejorar los sistemas de pastoreo; manejo y control de residuos; procurar el uso de controladores biológicos para usar menos herbicidas, plaguicidas y antibióticos; uso de biodigestores; evitar el teñido de lana y fibras promoviendo el uso de las de colores naturales; evitar el desperdicio de agua y su uso excesivo ya que favorece la humedad del suelo lo que permite la proliferación de microorganismos fermentan la fibra del estiércol. Quizás de esta manera se disminuirá drásticamente las consecuencias de la actividad ganadera sobre el ambiente y no tendríamos severos cargos de conciencia y actuaríamos con responsabilidad.
José Antonio: bien dices, es cuestión de aplicar el sentido común y buscar ese equilibrio entre alimentar a TODOS y hacerlo lo mejor posible.
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