10/03/2006

Biscarrués y el deshojar de la margarita.

Las promesas de Narbona no satisfacen a nadie. Y es que el mensaje estaba dado y era inamobible al margen de lo que decidiese la Comisión del Agua. O los 35 hm3 y dentro de tres años o nada.



La Ministra Narbona vino, vio y venció en Aragón. No requería hacer nada, de hecho su declaración de apoyo al embalse de Biscarrués de 35 hm3 era una declaración envenenada. De paso afirmó que no estaba en contra de los embalses. "Escusatio no petita..." y ahí nos tiene a los aragoneses discutiendo de nuevo el sí y el no de la obra hidráulica.


Es cierto que la Ministra de Medio Ambiente no tiene nada contra los embalses, pero debe pensar que embalses en su lenguaje son las balsas de Valfarta y de Castejón de Monegros; en eso se pone romántica y nos vende regulación en monedas de céntimo de euro, cuando requerimos esos billetes de quinientos para empezar a hablar. Y, mientras, los campos tienen que sembrar cereal con gran quebranto económico.

Eso sí, alguno del departamento de agricultura aprovecha para decir que se ha regado más superficie que el año pasado. Y seguro que si en vez del 50 pasamos al 98 % también regaríamos más superficie. Pero así ¿con quien competiremos?

Agua es lo que necesita Aragón, agua y regulación. Y, después de la visita de la ministra lo que tenemos es que embalsar paciencia. Nos dice que al menos tres años para que veamos comenzar el Biscarrués liliput; y ¿cuántos para las balsas internas del sistema?

Vino la ministra, sembró desconcierto, recolectó dudas y distribuyó prozac para que aguantemos tres años más sin críticas mientras en Madrid no hacen nada.

frid

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