¿Hay setas? Cuando hay sequía se nota

En algunos lugares nos hemos cansado de coger robellones (níscalos) o boletus edulis, pero eso es porque la lluvia apareció en el momento justo. El año no está siendo bueno en setas: exceso de recolectores y falta de ejemplares para la venta.

La sequía hace estragos:

Las esperanzas de los recolectores de setas se verán truncados, un año más, ante la persistente sequía que por tercer año consecutivo dificultará o incluso anulará el nacimiento de las especies micológicas más apreciadas gastronómicamente en buena parte de España.

En las zonas más llanas, a menor altitud, el micelio del hongo al no tener apenas humedad no ha tenido fuerza para desarrollar su fruto, la seta, sin embargo, a mayor altura, sobre todo en zonas de sierra la actividad micológica es algo mayor, pero sin poder lanzar las campanas al vuelo, ya que el número de especies que sale es escaso.

Y es que este año, después de tres de sequía, la cosa de la seta (bolet) está muy mal en casi toda España, aunque lógicamente donde hayan caído lluvias de importancia en estos últimos meses y que guarden la humedad, la situación es distinta.

Sin embargo, en líneas generales, las perspectivas no son muy halagüeñas, sobre todo, en la mitad sur donde la falta de agua "la madre de la vida" es más que patente, aunque en el norte peninsular, la zona de los Pirineos, zona con mayor humedad, hay "algo más".

Caben aún posibles lluvias que pudieran caer en este mes de octubre, ya que de ser abundantes, mantenerse un clima suave y las heladas no llegan hasta diciembre y enero es posible tener una "Navidad con muchas setas".

A pesar de que el otoño es la mejor estación de "cosecha de setas" se deben dar unas ciertas condiciones para que fructifiquen, como una temperatura suave de entre 10 y 25 grados centígrados, si bien hay algunas especies que fructifican en invierno y(o primavera.

Hay que recordar que para que la espora germine se necesita un alto grado de humedad ambiental, normalmente superior al 70%, lo que suele darse en periodos lluviosos, de los que desgraciadamente carecemos últimamente.

Jesús Domingo Martínez