Esos que se dicen "nueva cultura del agua", nuevo nombre para el ya vetusto ecologismo radical y para esa contaminación de la sociología, la economía y el medio ambiente que hace el socialismo materialista, un nuevo rey Midas pero de polvo y miseria.
No tiene desperdicio el artículo de Miguel Solana en "El Pirineo Aragonés" titulado ¿Por qué en Yesa no? donde ya considera que es del acerbo común su posición radical de no a los embalses en las que confunde el “mínimo daño” con el “no hacer daño en absoluto”. Es cierto que ni antes ni ahora nadie ha inundado pueblos con gusto, y no se hace sin expropiar buscando ser lo más justo posible. Que no se inundan pueblos pues mejor. Yesa recrecido con la cota pactada para embalsar 1.100 hm3 es un ejemplo de ese pacto. Pero donde rezuma maldad es en decir que el que se haga Yesa es una herida abierta al paisaje aragonés. Es, ciertamente, una herida abierta al orgullo de esa nueva cultura contra el agua y el progreso que representan personajes que han confundido la Universidad como cátedra de la demagogia y de la dialéctica, que utilizan la autoridad de la ciencia para hacer todo menos ciencia, y que utilizan todos los medios torticeros para hurtar la voluntad de la mayoría parlamentaria para paralizar las obras públicas que no les gustan.
También les duele que Yesa no se haya construido en medio de la zona regable, inundando la misma superficie que se ha de regar, “cínicamente” dicen que quien quiera agua que aguante el embalse pero al mismo tiempo sostienen que el caudal ecológico que se debe dejar en u río es el que pasa, que no se “sangre” a los ríos. Maestros de la demagogia y de la mentira, si mentir es jugar con las palabras para confundir más que para razonar e ir juntos a un camino común de entendimiento. Juzgan las intenciones del Presidente de la Comunidad Genera de Regantes de Bardenas, cuando saben que ese señor puede desear que le den agua regulada, puede decir que se venda o no el sobrante, pero en lo que se refiere a la venta de agua no tiene competencias. Y bien saben que los regantes sostienen que “primero se atienda sus necesidades” y “si sobra”, pues que se haga lo más conveniente. ¿Es ilícito decir eso? Lo que es maldad es decir que eso es malo.
Y más mentiras y maldades cuando hablan de enterrar ríos en embalses con un Yesa capaz de regular la aportación media del río. Acaso se lo van a quedar uno, dos, tres años. La regulación es para usar el agua. Y maldad es callar que otro embalse, el del Ebro, es plurianual y gracias a ello bebemos los malos años en Zaragoza y damos al Ebro los 30 m3/s que exigimos que pasen por Zaragoza.
frid
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