Claman al cielo y con razón
El pasado día 21 de noviembre los agricultores y ganaderos españoles presentaron una airada protesta, protesta que tiene una importancia muy superior a la de una crónica informativa al uso sobre la reacción o el descontento de un sector económico determinado ante la gravedad de la crisis.
Mucha importancia porque se trata de personas que, sólo en una situación límite como la que están viviendo, toman las calles para llamarnos la atención sobre sus reclamaciones. Y lo que nos dicen es que el campo agoniza, que no tiene el menor aliciente, que su actividad se ha hecho inviable, insostenible, y que el Gobierno de Zapatero no les hace ni puñetero caso.
Rentas muy bajas (por primera vez en la historia las deudas superan las rentas del campo español, situación que quiere decir "quiebra"), costes de producción muy elevados, precios por los suelos… No hay un solo índice que apacigüe ni contradiga las negativas condiciones de vida de los trabajadores agrícolas, ni que nos convenza, tampoco, de algo contrario a sus demandas.
Los agricultores están acostumbrados, ante una situación límite, a ponerse las botas y meterse en la m... si es necesario para solucionarla, creo que ha llegado el momento en el que los gobernantes han de hacer lo mismo si quieren que salgan de esta situación.
Domingo Martínez Madrid
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