12/23/2009

umbre de Copenhague: Aprovechar las oportunidades que nos ofrece la agricultura

 

En un documento con recomendaciones sobre políticas públicas preparado para la Cumbre de Copenhague la FAO asegura que las prácticas agrícolas que capturan carbono y lo retienen en el suelo ofrecen algunas de las opciones más prometedoras para una acción temprana y rentable frente al cambio climático en los países en desarrollo, al tiempo que contribuyen a la seguridad alimentaria.  

Sin embargo, se ha excluido casi siempre a la agricultura de los principales mecanismos de financiación para hacer frente al cambio climático, que se debate en la capital danesa, según la Organización de la ONU.  

La agricultura no solamente sufre el impacto del cambio climático, sino que es a la vez, según algunas organizaciones proclives al catastrofismo, responsable del 14 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Pero tiene el potencial de ser parte importante de la solución, a través de la mitigación, reduciendo y/o eliminando una parte importante de las emisiones globales. Cerca del 70 por ciento del potencial de la agricultura para reducir las emisiones puede lograrse en los países en desarrollo, según el citado documento de la FAO.  

"Confiamos en que la cumbre de la ONU en Copenhague lance claramente el mensaje de que la agricultura en los países en desarrollo debe jugar un papel vital en responder a este desafío global", señaló Alexander Müller, Director General Adjunto de la FAO. "Existen sinergias evidentes entre la mitigación y la adaptación al cambio climático y la seguridad alimentaria que podremos aprovechar si actuamos correctamente", añadió Müller.  

El documento de la FAO pide financiación para ayudar a los países en desarrollo "vulnerables" a responder "de una forma más completa al desafío dual del cambio climático y la seguridad alimentaria". También se indica que este apoyo deberá recompensar las acciones destinadas a reducir las emisiones y adaptarse al cambio climático, al tiempo que se potencia el desarrollo agrícola y una mejor seguridad alimentaria. El documento con las recomendaciones sugiere además explorar sinergias entre la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y los nuevos fondos adicionales.  

La FAO asegura que la producción alimentaria deberá incrementarse en su 70 por ciento para alimentar a 2.300 millones de personas más en 2050. El cambio climático amenaza la producción agrícola por el alza de temperaturas y cambios en las pautas de lluvia, así como el incremento de la concurrencia de sequías e inundaciones, especialmente en áreas que son propensas a calamidades climáticas. Las regiones más pobres y con índices más elevados de desnutrición crónica estarán posiblemente entre las más afectadas por el cambio climático.  

"La agricultura nos ofrece soluciones a mano y rentables para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y puede empezar a hacerlo ahora", señaló Müller. "Y los mecanismos de financiación del clima -dijo- que apunten a la agricultura puede acelerar los esfuerzos para reducir las emisiones y adaptarse al cambio climático, al tiempo que se ayuda a reducir el hambre y la pobreza".  

Por el contrario, otros sectores pueden requerir inversiones en tecnologías costosas y nuevas investigaciones a largo plazo, según Müller.  

Algunas prácticas agrícolas, incluyendo aquellas utilizadas por la agricultura orgánica y de conservación, capturan carbono y lo retienen en el suelo. Entre ellas figuran las que practican poco o ningún laboreo, utilizan residuos para el compostaje o para cubiertas de rastrojos, los cultivos perennes para mantener la cubierta vegetal, la resiembra o una mejor gestión del pastoreo en los pastizales y la agrosilvicultura, que combina los cultivos con los árboles. La idea, según Müller, es la de alterar el suelo lo menos posible, manteniendo la cubierta orgánica y combinando y rotando los cultivos. De esta forma el carbono no alcanza la atmósfera y es retenido en los suelos y la vegetación. Cerca del 90 por ciento del potencial de la agricultura para reducir o eliminar emisiones a la atmósfera proceden de este tipo de prácticas.  

Además del secuestro de carbono en el suelo, un uso más eficiente de los fertilizantes y la gestión de los sistemas pecuarios pueden resultar también opciones prometedoras para aumentar la eliminación y la reducción de emisiones. Muchas de estas actividades pueden reducir la deforestación y la degradación de los bosques, debido a los beneficios de productividad asociados, que conllevan el poder producir más alimentos sin ampliar la agricultura a costa de los bosques.  

La FAO insistió  en que las prácticas agrícolas mejoradas necesarias para la mitigación del cambio climático son a menudo las mismas que necesitan para incrementar la productividad, la seguridad alimentaria y la adaptación, incluyendo la restauración de tierras agrícolas degradadas, la gestión integrada de nutrientes y del suelo y la agrosilvicultura.  

Además de pedir que se canalicen fondos para planes de mitigación y adaptación para la agricultura, la FAO considera que un programa de trabajo sobre agricultura dentro del Órgano subsidiario de asesoramiento científico y tecnológico del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) podría fortalecer la confianza a nivel internacional sobre el papel de la agricultura en esa mitigación y adaptación frente al cambio climático. Proyectos pilotos dirigidos por los países pueden demostrar la forma de explotar las sinergias entre adaptación y mitigación del cambio climático y la seguridad alimentaria, al tiempo que se fortalece la capacidad y la confianza en el uso de tecnologías, mecanismos de financiación y metodologías necesarios.  

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