3/06/2007

El vino peligra todavía. Podría ser el timo de la estampita.

El vino todavía peligra. Sólo es táctica electoral.

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Zapatero le ha obligado a la ministra de Sanidad, Elena Salgado, a aplazar su proyecto de Ley Antialcohol por el fuerte rechazo social a incluir al vino como bebida alcohólica al mismo nivel que, por ejemplo, el whisky o la ginebra...

Puede ser el timo de la estampita  

Sin duda, el cable echado al sector del vino español se ha producido por motivos electorales. Zapatero le ha obligado a la ministra de Sanidad, Elena Salgado, a aplazar su proyecto de Ley Antialcohol por el fuerte rechazo social a incluir al vino como bebida alcohólica al mismo nivel que, por ejemplo, el whisky, la ginebra, el... 

Lo triste es que para la retirada de esta ley tan prohibicionista no han pesado argumentos como el papel cultural del vino, su relevancia económica ni siquiera sus ventajas para la salud cuando se consume con moderación, para la ministra continua siendo pernicioso.  

Ni tampoco la perogrullada, por súper consabida, de que los adolescentes no se dedican los fines de semana a emborracharse con, por ejemplo, un Rioja, un Ribera del Duero, un Priorat ni un Somontano sino con combinaciones de licores de síntesis cuyo consumo a esas edades, efectivamente, hay que controlar mucho.  

No, en el aplazamiento de la ley sólo ha contado una razón: los votos. A pocos meses de unas elecciones locales y regionales, Zapatero ha dejado de lado el interés de los menores y las razones del sector vitivinícola para que le salgan las cuentas. Era duro para muchos candidatos locales y regionales socialistas enfrentarse a sus electores en las extensas zonas españolas en las que el vino es un motor económico. 

Pero queda una duda con un olor rancio en el aire. Si la ley se iba a negociar con el sector, como asegura el Gobierno, lo prometió el propio Rodríguez Zapatero, no tiene sentido aplazarla porque redundará en el bien común y supondría una medalla para el Ejecutivo de cara a las elecciones.  

Pero a lo mejor es que lo que se pretende es imponer una normativa que va a hacer mucho daño al vino español, y eso es mejor después de los comicios, y a ser posible en los meses de verano, para que no levante mucha polvareda. Así que mucho ojo porque esto, en lugar de un éxito del sector, puede ser el timo de la estampita. 

Jesús Domingo

1 comentarios:

Reboot, El Diablillo Cojuelo dijo...

Si está claro. A la ministra se la pone dura jodernos la marrana, con su vida perfecta de vegetarianismo deprimente y zumos de fruta de la pasión via anal.

El día que califiquen al vino de bebida alcoholica, espero que nunca ingrese en urgencias con una botella de tinto en sálvese la parte, introducida en un momento de pasión irracional.

Pero no nos engañemos. Todo es pura política recaudatoria. Al gobierno no le cuadran los números y necesitan aplicarle al vino el mismo impuesto que a las bebidas espirituosas.

No es tan tema de onanismo saludable como de quiebra del estado.