El reciclado de los carros de combate. Debre Zeit o el ejército evaporado.
Cuenta Kapuscinski que le llevaron a ver en su viaje por Eritrea y Etiopía un paraje impresionante: Debre Zeit, a escasos kilómetros de Addis-Abeba. “el panorama que se despliega desde este lugar es único en el mundo. Ante nosotros, hasta donde alcanza la vista, hasta el mismo horizonte, lejano y algo nebuloso, se extiende una inmensa llanura sin árboles. Toda ella aparece cubierta por maquinaria de guerra. A lo largo de kilómetros se ven cañones de diverso calibre, infinitas avenidas de tanques grandes y medianos, parcelas en que se amontonan bosques de morteros y piezas de artillería antiaérea, cientos de carros blindados, tanquetas, emisoras de radio portátiles y anfibios. Al otro lado de la colina se extienden inmensos hangares y almacenes, hangares que ocultan fuselajes de unos Mig sin acabar de montar, y almacenes llenos de cajas de municiones y minas”.
Todos hemos visto esas imágenes en alguna edición de fotos del mundo. Tiene belleza tanto hierro envejeciendo. Y hemos recordado las mismas imágenes, pero esta vez en otro lugar del planeta, en Irak, donde la superioridad americana hizo que el enorme potencial bélico de Sadán se desvaneciera como un azucarillo en un vaso de agua.
Enorme poderío militar, fábrica de desechos, monumentos a la megalomanía de dictadores sembradores de muerte. Unos desde el marxismo, otros más pragmáticos, pero todos ellos soñando con conquistar un gran imperio: ¿toda África? ¿resucitar el poderío persa?
¿Servirán al menos para alimentar alguna fundición y hacer perfiles útiles en la construcción de viviendas? ¿Será posible su reciclado en soldaditos de plomo para diversión de los niños? ¿Podríamos reconvertir esa máquina de guerra en vehículos de transporte, en puentes metálicos, en naves industriales? O será la selva o el desierto los que se enseñoreen de esos cementerios, cementerios de máquinas de guerra.
Hay en Estados Unidos también otros cementerio de ese estilo, pero son las máquinas obsoletas de su poderío. Son los parientes ricos en el triste oficio de la guerra.
Hoy las imágenes que podemos ver por la red de Debre Zeit son más pacíficas: aldeas, edificios en construcción y campos de cultivo.
frid
9/14/2006
El reciclado de los carros de combate. Debre Zeit o el ejército evaporado.
Publicado por frid en 11:35 a. m.
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