9/03/2006

Biomasa, la energía renovable de mayor contribución al balance energético

Biomasa, la energía renovable de mayor contribución al balance energético

Dados los precios a los que se está pagando la principal fuente de energía, el petróleo, sin perspectivas a mejor en corto plazo, la cada vez mayor concienciación de la sociedad por la conservación del medio ambiente y por las energías renovables, me parece interesante escribir sobre la posibilidades de la biomasa y por extensión de la agricultura dada la implicación de esta.

En el presente artículo pretendemos abordar la producción y utilización energética de la biomasa en sus diversas formas. El objetivo es divulgar las posibilidades de esta fuente energética de enormes perspectivas para el sector agrario, pero bastante compleja en cuanto a la combinación de las posibles fuentes, procesos y aplicaciones, lo que hace que frecuentemente se produzca una cierta confusión en torno a la misma, con apreciaciones parciales e ideas preconcebidas que no responden a la realidad.

Y es que la biomasa representa la gran oportunidad para el sector agrario en el siglo XXI, ofreciéndole la posibilidad de recuperar todo su potencial productivo, sin problemas de generación de excedentes, con un planteamiento sostenible basado en la viabilidad económica y el respeto al medio ambiente. Para ello, es necesario desarrollar el concepto de Agroenergética, en su forma correcta, seleccionando los cultivos y procesos adecuados, con independencia de los planteamientos agroalimentarios típicos, cuya finalidad es totalmente distinta a la energética.

Pienso que es conveniente que en un primer artículo demos algunas definiciones. Bajo la denominación genérica de biomasa se incluye todo un conjunto muy heterogéneo de materias, tanto por su origen como por su naturaleza. En sentido amplio, se refiere a cualquier tipo de materia orgánica que haya tenido su origen inmediato como consecuencia de un proceso biológico. Este concepto de biomasa comprende tanto a los productos de origen vegetal como a los de origen animal o microbiano, quedando fuera de este concepto los combustibles fósiles y las materias orgánicas derivadas de éstos (los plásticos y la mayoría de los productos sintéticos] ya que, aunque tuvieron un origen biológico, su formación tuvo lugar en tiempos remotos.

En el contexto energético, se ha aceptado el término biomasa para denominar a una fuente de energía de tipo renovable que comprende la utilización de toda una gama de biocombustibles de diversa naturaleza (sólidos, líquidos o gaseosos) que pueden tener aplicación en todos los campos de utilización de los combustibles tradicionales (electricidad, transporte, usos térmicos y como materias primas para la industria química). Esta gran diversidad de posibilidades es una de las diferencias básicas de la biomasa respecto de las restantes energías renovables, en las que la producción de energía primaria consiste básicamente en electricidad o calor.

La biomasa tiene carácter de energía renovable, ya que su contenido energético procede en última instancia de la energía solar fijada por los vegetales en el proceso fotosintético y acumulada en los enlaces de las moléculas orgánicas que forman su biomasa. Esta energía se libera al romper los enlaces de los compuestos orgánicos en el proceso de combustión, dando como productos finales anhídrido carbónico y agua. La materia orgánica integrante de la biomasa, inicialmente formada por vía fotosintética, puede proporcionar energía por combustión directa o a través de compuestos derivados tales como alcoholes, aceites o hidrocarburos, que también devuelven la energía mediante la oxidación, ya sea en motores térmicos o en quemadores diseñados al efecto.

La cantidad de energía solar que fijan anualmente los vegetales en toda la biosfera se estima en unos 68.080 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep), contenida en los 170.000 millones de toneladas de materia orgánica que supone la productividad media estimada de todos los ecosistemas vegetales de la tierra. Esta cantidad de energía supone más de 6,5 veces la energía primaria que consumió la humanidad en el año 2002 -estimada en 10.376,42 Mtep según la IEA1- y es superior en más de 150 veces al contenido energético de los productos necesarios para alimentar a una población mundial de 6.000 millones de personas -18,3 EJ, para una dieta diaria media de 8,360 kJ (2.000 kcal/día)-.

Llegado a este punto me parece conveniente determinar una terminología concreta. Es frecuente la utilización restrictiva del término biomasa en el contexto energético para referirse a la biomasa sólida utilizada como combustible, aunque para esta finalidad sería más propio la utilización del término biocombustible sólido. Es necesario tener en cuenta esta circunstancia que aparece incluso en documentos oficiales tales como el Plan de Energías Renovables, recientemente aprobado por el Gobierno español.

Con respecto a la terminología, es interesante precisar también que en España, frecuentemente, se utiliza el término de biocombustible para referirse a los utilizados en el transporte (bioetanol y biodiesel, etc.), nosotros siempre los hemos llamado biocarburantes, pero esta acepción, cuando solamente se refleja en un título, da origen a imprecisiones y posibles confusiones. Por este motivo, es más correcto utilizar la palabra biocarburantes para referirse a los biocombustibles líquidos utilizados en motores térmicos de combustión (tipo diesel) o de explosión por chispa. También se puede emplear una terminología que haga referencia al estado físico del combustible, utilizando las acepciones biocombustibles líquidos como sinónimo de los biocarburantes para automoción y biocombustibles sólidos en referencia a los que son utilizados básicamente para fines térmicos. El término biocombustible a secas debería emplearse solamente cuando se refiera al conjunto de los combustibles de origen biológico (sólidos, líquidos y gaseosos).

Jesús Domingo Martínez

4 comentarios:

frid dijo...

Este viernes estuve con el Presidente de un sistema de riegos (engloba varias Cumunidades de Regantes, y a su vez a varios agricultores individuales); pues me comentaba cuando le hablé de que en Aragón se van a instalar dos plantas de biocombustible (con pipa de girasol) que aseguran 100.000 hectáreas de regadío: eso está muy bien; pero lo hacen con el dinero de todos; en ese caso quería decir que las plantas se instalaban no sólo con subvenciones sino también con el activo de algun sindicato agrario.
En el fondo lo que comenta es que, por ahora, los números sólo salen a partir de las subvenciones, que esa energía es más cara que la derivada de los combustibles fósiles; que sólo se puede sostener con primas gubernamentales; es decir "pagando todos".
Alguna razón tendría; pero también hay razones para el empleo de ese tipo de combustible.
frid

Jose dijo...

En muchas partes de España, el problema de los residuos agrícolas y ganaderos es muy serio, dado que actualmente se aprovechan como abono agrícola únicamente; sin embargo, es muy difícil controlar las parcelas donde se vierten, por lo que el uso como combustibles lo solucionaría, al menos en parte

Anónimo dijo...

Honestamente esto parece caído del cielo. El deshielo a pasos acelerados, el calentamiento global y todas sus consecuencias hacen que la biomasa sea una buena solución. Pero cuántas hectáreas se necesitarían para el cultivo de, por ejemplo, caña de azúcar? Luego saldrían un montón de países a reclamar sobre la hambruna mundial y todos los problemas del globo terráqueo. Cada intento para solucionar este problema trae críticas y más críticas

Esta difícil el asunto.

cartapacio.liberal dijo...

Anónimo: agradecería que te identificaras en el foro de alguna manera, porque, "de modo equilibrado", como lo haces, puedes enriquecer un debate que pretende no ser "catastrofista" pero tampoco "indifierente" a un problema mundial. Ya has visto el primer efecto de la "biomasa", el encarecimiento de la "tortita de maiz" en México, las declaraciones de Fidel Castro sobre los muertos de hambre que van a a producir. Paradojas del "programar el futuro". Negamos a nuestros agricultores la producción de alimentos, se dedican a producir "biocombustible" y nos quejamos de hambre y de que producen lo que les hemos dicho. De todos modos, por ahora, sólo en América es rentable. En Brasil el biodiesel y en Estados Unidos el biocombustible derivado del maiz. Hay mucho que observar y juzgar y encantado en que manifiestes aquí tu opinión o en aragón liberal. frid