Un canto a Galicia. Fotos de los distintos medios.
No olvidemos que algunos estuvieron quince días sin localizar, missing.
Otros vinieron para la foto y se fueron asustados al ver que no estaba controlado.
La Unión Europea habla de más de 100.000 hectáreas. Un desastre ecológico de tremendas repercusiones.
Un Presidente de Comunidad Autónoma que pide que echemos tierra por medio, cuando no echó arena al fuego, más bien madera.
No olvidemos que algunos estuvieron quince días sin localizar, missing.
Otros vinieron para la foto y se fueron asustados al ver que no estaba controlado.
La Unión Europea habla de más de 100.000 hectáreas. Un desastre ecológico de tremendas repercusiones.
Un Presidente de Comunidad Autónoma que pide que echemos tierra por medio, cuando no echó arena al fuego, más bien madera.
Responsabilidades que implican dimisión de todos los que no estuvieron.
1 comentarios:
Para que el año que viene quede algo sin quemar
De forumlibertas.com: http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=6296
Galicia tiene que cambiar su sistema de extinción de incendios, en vez de buscar extrañas tramas pirómanas
Acabadas las vacaciones, constatamos una vez más que el fuego se ha cobrado un tributo en nuestros bosques que no nos podemos permitir, especialmente en Galicia.
El caso gallego merece una especial atención para evitar que el año que viene todo sea igual.
Galicia, técnicas de extinción caducas
“En Galicia la estrategia y táctica contra el fuego sigue un esquema antiguo, de la época del ICONA, que en Cataluña abandonamos ya después de lo grandes fuegos de 1987”, explica Josep Miró i Ardèvol, que fue conseller de Agricultura de la Generalitat catalana de 1984 a 1990.
El modelo de Cataluña
A raíz de los incendios de 1987, Cataluña adoptó un modelo llamado “Foc Verd” (Fuego Verde). Sus claves:
- detectar rápido el fuego
- intervenir inmediatamente, cuando aún es manejable
- tener mucha potencia de intervención ya desde el primer momento
- tener una gran movilidad para llevar la cantidad adecuada de agua a presión a la línea de fuego
“Hay que detectar el fuego y acudir cuanto antes, y por eso es necesario colocar cuarteles de bomberos y vehículos de extinción en puntos clave del territorio, controlar el terreno desde el aire, también con puntos de vigía y sobre el terreno”, explica Miró i Ardèvol.
Este sistema es caro, porque requiere inversiones por todo el territorio: puntos de agua, caminos rurales, fomentar agrupaciones de defensa forestal bien dotadas y formadas...
Con este sistema se siguen declarando muchos incendios, pero se llega a ellos enseguida y se eliminan cuando aún han quemado poco. “Eso sí”, advierte el exconseller de Agricultura, “no es un sistema concebido para grandes incendios, que requieren otra lógica”.
El mando de las operaciones es claro: corresponde únicamente a los bomberos y al consejero del departamento correspondiente. Debe haber un sistema de comunicación y coordinación eficaz entre bomberos, policía, los guardas forestales y las agrupaciones de defensa forestal. Los medios rurales participan, por supuesto, y quizá deberían tener más papel. Obviamente, debe haber un puesto de mando central que sea conjunto.
El caso de Galicia
El presidente de la Xunta de Galicia, ha declarado que piensa revisar todo: del urbanismo a la política forestal. Josep Miró le recomienda “que se concentre simplemente en replantear el sistema de lucha contra incendios”.
Según el gobierno, del 1 de enero al 20 de agosto de 2006, en Galicia hubo 5.867 incendios. Este verano hemos visto una oleada de ellos. En realidad, muchos eran reproducciones de focos no extinguidos y extensiones del incendio original.
Los bosques de eucaliptus, comunes en Galicia, son especialmente ignífugos y el elevado poder calorífico de su combustión tiende a favorecer la extensión del área afectada. Junto con un fuerte viento del nordeste y la baja humedad del aire, como se dio, la propagación es muy rápida.
En este contexto, el sistema gallego de extinción no parece el adecuado. “Es un sistema rural con numerosas brigadas con medios mecánicos, extensivas en mano de obra”, explica Miró Ardèvol. “En principio es mucho más económico, pero en condiciones adversas facilita la propagación; enseguida el fuego queda descontrolado, requiere nuevas y enormes líneas de defensa; mientras se consiguen, el bosque se quema”.
En el sistema de extinción usado en Galicia, no se usa una gran capacidad de extinción en relación a las kilocalorías por cm2 del incendio, sino que se crean grandes líneas de apoyo y de agua, caminos, cortafuegos y se deja quemar hasta ese punto. En el contexto de brotes, rebrotes y fuegos por oleadas (eucaliptus, viento y baja humedad) esta técnica es poco adecuada.
Y además, descoordinación
“Todos los datos de los que dispongo inducen a pensar que la descoordinación fue un problema grave”, apunta Miró. “Cuando los incendios son numerosos e importantes siempre hay cierta descoordinación, en un caos más o menos organizado, pero si el procedimiento es bueno y la cadena de decisión es clara y está informada en todos sus escalones se puede trabajar con efectividad. Parece que en una fecha clave como el 7 de agosto ya se hizo una evaluación inicial incorrecta que fue empeorando con la llegada de distintos efectivos”.
“El ejército no es una ONG”
Para el exconseller de Agricultura, “es un error utilizar al ejército en los incendios, porque no está preparado para ello ni cuenta con los medios adecuados”.
Para Miró el ejército español tiene poca capacidad operativa en lo militar (“teniendo en cuenta el tamaño económico de España debería ser mayor”) y no debería convertirse en una especie de ONG uniformada, como parece ser la propuesta de crear una unidad militar para apagar incendios. Para eso ya existen los bomberos.
Pirómanos en tramas conspirativas
El PP acusa al PSOE y el BNG de ineficacia e irresponsabilidad. El gobierno gallego responde buscando culpables, pirómanos y extrañas tramas conspirativas.
Sin embargo, como denunció la Sociedade Galega de Historia Natural, si en Galicia existe una trama incendiaria ésta actúa por lo menos desde 1968, el primer año del que disponemos de cifras oficiales. Desde entonces se han quemado casi un millón y medio de hectáreas (unas 90.000 este año). Hay muchos montes que han ardido varias veces en Orense o La Coruña, mientras que las sierras de Lugo siempre se han salvado del fuego devorador.
En este sentido, las detenciones en torno a los incendios son sospechosas y extrañas, con perfiles diferentes a las de otros años. Por ejemplo, mucha gente con anomalías mentales o gente muy vieja entre los imputados. Da la fea impresión de ser una saca o cupo obligatorio. Los acusados no parecen tener un especial interés en quemar bosques. Se han detenido a 30 personas para dar la sensación de acción: sólo 12 han entrado en prisión.
Eso sí, entre los sospechosos hay un miembro de una lista electoral del PSOE. Es anecdótico, pero si se tratase de un candidato del PP ¿qué estarían diciendo ahora la Xunta, El País, TV3 y Nunca Mais?
El papel del gobierno y de los ministros en el asunto de los incendios no ha sido constructivo. Diversos cargos han ido a Galicia a hacerse fotos, hablar de tramas, criminalizar al colectivo de las brigadas forestales y en general han dado la sensación estar más preocupados por sus asientos que por los bosques que nuestros hijos vayan a heredar.
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