No confundamos planos; el cuidador no puede estar al mismo nivel que lo cuidado. Si somos los administradores del mundo no nos rebajemos a prácticas "animales". Esa es la primera regla ecológica: cuidar la dignidad del hombre. Regla del "ecologismo personalista.
Cuando nos convertimos en animales
Estos días he leído en una revista técnica (soy Ingeniero Agrícola) que la empresa irlandesa Ovasort Limited ha firmado un contrato con Danish Bacon para una nueva tecnología genética, que permitirá a los criadores de porcino preseleccionar el sexo de sus lechones.
El equipo de investigación, que está trabajando en la Universidad de Cardiff, está desarrollando una tecnología de separación de semen que es de bajo coste y permite trabajar con grandes volúmenes.
De esta forma, mejorará la eficacia del sector porcino, proporcionando un mayor número hembras y menor de machos, reduciendo las necesidades de castración y de sacrificio, en definitiva, se podrán obtener mejores índices económicos.
Ciertamente que se trata, si el método funciona, de una mejora zootécnica.
El problema es que, a veces, estas técnicas zootécnicas se pretenden aplicar a la especie humana, sin tener en cuenta que el hombre es algo más que un cerdo.
La aplicación de la zootécnia, por ahora, no presenta problemas éticos. Cuando con la aplicación de estas técnicas, los hombres, no pretendemos una mejora animal sino satisfacer el capricho de tener “un hijo” (varón o hembra) corremos el riesgo de convertir al hombre en … con todo lo que comporta.
Xus
9/26/2006
La reproducción porcina en clave humana
Publicado por frid en 10:21 p. m.
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