9/06/2006

Primero dijeron que el trasvase era sangrar Aragón. Hasta que lo pidió Jordi Sevilla

El juego a las dos verdades. ¿El doble juego? ¿Hay verdad alguna?

Jordi Sevilla, el intelectual, el de la famosa dedicatoria de Zapatero, ahora dice lo que todos habían dicho: que se hace trasvase. Primero se adjetiva como “mini” y luego se cuelga el trasvase para Castellón. ¿Cómo no ha a ser así si existe una concesión de aguas, un canal de riego, un proyecto de Plan Hidrológico socialista que así lo decía; un Plan Hidrológico popular que también lo mantenía, y una necesidad de agua real en esa parte de España?

El argumento es sencillo. Lo dice Zapatero en el famoso prólogo. En política no hay verdades, y menos en política hidráulica. Borrell sostuvo el trasvase salvaje, pues Narvona echa por tierra el trasvase moderado. Y pasan sólo dos años para que Sevilla afirme que se hace por ahora el trasvase pequeñito. ¿A quién engañamos?

Trasvase y trasvase hay ya hacia Tarragona; trasvase y trasvase habrá para Castellón, por ahora. Y sangrarán el Ebro, como nos descuidemos en cantidades superiores a las previstas por el Partido Popular, eso sí, sin canon de trasvase; sin compensación para la cuenca cedente.

Dice Antonio Suárez, portavoz del Partido Popular, que son las mentiras de Iglesias. En mi opinión, no son las mentiras de Iglesias sino el engaño a Iglesias. El presidente aragonés suplirá con sonrisa y talante la burla constante que, desde Madrid le hacen en política hidráulica.

Frid.

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