4/25/2007

Biocarburantes. Más ecológicos, hasta cierto punto.

Biocarburantes. Más ecológicos, hasta cierto punto.

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Los biocarburantes solo tienen valor ecológico si su balance energético es positivo, o sea, si aportan más energía que la empleada en producirlos (cultivo, elaboración y transporte), Y esto es discutido, sobre todo en el caso del etanol, aunque caben mejoras.

Biocarburantes. Más ecológicos, hasta cierto punto.

 

 

Aunque hasta ahora no haya estado de moda, la tecnología de los biocarburantes no es nueva, de hecho el primer tractor se diseñó para funcionar con aceite vegetal, pero, no obstante, hubo de llegar la guerra del Yom Ki-pur (1973) y la subsiguiente "crisis del petróleo" para que los biocombustibles tuvieran una oportunidad. A fin de reducir la dependencia del caro y escaso "oro negro", Brasil comenzó a fomentar la producción de etanol a partir del azúcar de caña y de vehículos adaptados para usarlo en vez de gasolina. La estrategia fue un éxito hasta finales de los años ochenta, cuando bajó el precio del petróleo y subió el del azúcar, de modo que los subsidios al etanol costaban demasiado al Estado, y cayeron las ventas del biocorburante y de "biocoches".

 

Pero el alcohol brasileño recobró la pujanza a raíz de que, en 2003, se introdujeran los vehículos "flex-fuel". Hoy en Brasil son de este tipo el 80% de los automóviles nuevos, y toda la gasolina que se vende en el país contiene al menos un 20% de etanol, que es el 40% del combustible consumido por los vehículos de pasajeros. El etanol ha ayudado a Brasil a alcanzar la autosuficiencia en petróleo, aseguraba el presidente Lula da Silva en The Wall Street Journal (14-06-2006): le ha ahorrado en total unos 800 millones de barriles de crudo, casi tanto como dan los yacimientos nacionales en dos años. Ya no necesita subvenciones, y se exporta la sexta parte de la producción, que es la mayor del mundo.

 

En cambio, en biodiésel el número uno es Alemania, que viene aumentando su producción en un 30-40% anual, puede ser el biocarburante del transporte, puesto que:

 

-El transporte es responsable hoy de una cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono y es la fuente de ellas que más aumenta.

 

-En Brasil el etanol es el 40% del combustible consumido por los vehículos de viajeros, pero no por los camiones.

 

-El consumo de biocarburantes parece ya cercano a alcanzar la masa crítica que le permita consolidarse y acabar no necesitando subvenciones.

 

Más ecológicos, hasta cierto punto

 

Según cálculos de la Agencia Internacional de la Energía, en 2005 la producción mundial de etanol subió un 14%, y la de biodiésel, un 80%. El número dos en etanol, Estados Unidos, dedica a obtenerlo más del 10% de su cosecha de maíz y viene fabricando un 30% más cada año. La ley de energía aprobada el año pasado prevé subvenciones e incentivos fiscales para que en 2012 el consumo de biocarburantes se haya casi duplicado. Diversificar las fuentes de energía para que el país sea cada vez menos dependiente del petróleo extranjero es un objetivo principal del presidente Bush, como él mismo recalcó en el último discurso sobre el estado de la Unión.

 

Colombia es otro país que impulsa la producción y el uso de bioetanol.

 

La Unión Europea también se ha propuesto aumentar el uso de biocombustibles. La meta es que en 2010 representen el 5,75% del consumo total de carburantes, y el 7% en 2015.

 

Motivos ecológicos y económicos justifican estos planes. Los biocombustibles son más limpios que los combustibles fósiles. Sobre todo, el biodiésel libera uno 60% menos de CO2 y también menos partículas, que son los principales residuos contaminantes de la combustión del gasóleo. El balance del etanol no es tan favorable, pues desprende más o menos tanto CO2 por kilómetro recorrido que la gasolina, y la fermentación con que se fabrica genera también CO2. Pero, a diferencia de la gasolina, no produce monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno ni otros contaminantes. Finalmente, el carbono que liberan los biocombustibles no es "nuevo" en la atmósfera, pues de allí lo absorbieron las plantas que sirven de materia prima; en cambio, quemar petróleo implica añadir al aire carbono que durante millones de años estuvo atrapado bajo tierra.

 

De todas formas, los biocarburantes solo tienen valor ecológico si su balance energético es positivo, o sea, si aportan más energía que la empleada en producirlos (cultivo, elaboración y transporte), Y esto es discutido, sobre todo en el caso del etanol, que tiene menor poder energético: para recorrer una determinada distancia en coche, con E85 hay que gastar un 30-40% más que con gasolina y un 70% más que con gasóleo. Pero esta también es mejorable y seguro que todo se andará.

 

Jesús Domingo Martínez

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