4/09/2007

Sobre el Cambio Climático y la plaga humana. ¿No deberíamos trabajar para ellos?


La alerta planetaria se mira desde el cielo con asombro. Hay un lugar del Universo, pequeño como un granito de arena, que sospecha que se está agotando su capacidad de generar vida. Esos mismos seres son seres "inteligentes" pero que en su mayoría no creen en la Inteligencia creadora y tampoco en su propia inteligencia. Se sienten como un elemento "equivocado" del desarrollo de las especies. La evolución no ha dado lugar a un ser superior sino a una "plaga", pero plaga con conciencia al fin y al cabo ya que se preocupa de eliminarse, reducir su población y vivir en continuo sobresalto. Nosotros, hormigas en un grano de arena, no cambiaremos la ruta del Planeta, no llegamos a tanto, pero sí, parece que ¡estamos consumiendo el oxígeno respirable! ¿El planeta tierra no es capaz de soportar tanta vida? Lo que dicen los "agoreros" es que si la vida es humana no.

Pero veamos cual es su problema. El problema es el CO2, un gas necesario para la vida, pero que su exceso provoca el terrible efecto invernadero. Un gas que se ha dado en el Planeta en 10 o 20 veces más que en las proporciones actuales y al que aportamos un reducido porcentaje cada año. Si ese es el problema ¿por qué atajarlo eliminando vidas humanas a lo Malthus? Creo que Malthus tendría que ser el mismo nombre que el dios de los filisteos, ávido de "muerte de seres humanos" sacrificados para "salvar al planeta". Pero ahora el sacrificio no se hace en las aras sacerdotales sino en los vientres de las madres.

¿No podemos más bien intentar remediar el "terrorífico" CO2 buscando técnicas de reducción.

Algunos ejemplos: lamparas más eficientes; movilidad urbana en medios públicos; mejora de la tecnología de combustión de los vehículos; cambio de combustible por el biocombustible; mejora en la tecnología de calefacción y agua potable en los edificios; energías renovables; energía nuclear.

Si nos fijamos en las emisiones de CO2 comprobamos que sólo el 20.6% es debido a la industria y el 29,5% a la generación de electricidad que puede atender tanto la industria como los otros sectores. El transporte produce el 19.2%, las viviendas el 12,9%, el uso del terreno y quema de biomasa el 9.1% y la producción y distribución de combustibles fósiles el 8,4%.

El cambio de las bombillas (que disipan el 90% de su energía en calor) al fluorescente tiene aparejado un precio cuatro veces mayor si bien consume un 80% menos de energía y dura de 5 a 10 veces más que la bombilla. Ahí ahorro energético y ahorro económico van de la mano. En España ese ahorro sería el 3% del consumo anual en electricidad para población constante.

El ahorro energético en vehículos y en la elección del transporte público queda enmascarado por el éxito del 4x4, un vehículo menos eficiente pero que cumple su papel en el medio rural. En España el incremento de 4x4 en el año 2006 fue del 37,3%; mientras que bajó la venta de pequeños turismos en un 15,9%.

Hay ciertamente una labor de convencer a los ciudadanos para que adquieran hábitos que supongan ahorro energético,de primar a las industrias para que experimenten prototipos más eficientes desde el punto de vista energético, fomentar energías "limpias", pero salvo que se vuelva a la energía nuclear, lo cierto es que todas estas políticas supondrán "más impuestos" y la "vida más cara". Sólo espero que ese esfuerzo haya valido la pena y se puede llevar a cabo como cuando se mejoraron las técnicas agrarias. Una revolución técnica al servicio del hombre que nos de a todos, "a los vivos" un mundo más saludable como herencia.

frid

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