4/09/2008

Afán por defender lo indefendible. Agricultura en entredicho.

9.4.2008.



Por: Jesús Domingo

El lunes 31 de marzo, un diario de gran tirada y poder mediático, publicaba un editorial en el se arremetía con los agricultores, especialmente con los regantes, entre otras lindezas decía que los agricultores y ganaderos "exprimen el 73% de los recursos (hídricos) y su aportación al PIB apenas supone un 2%".

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Afán por defender lo indefendible.

El lunes 31 de marzo, un diario de gran tirada y poder mediático, publicaba un editorial en el  se arremetía con los agricultores, especialmente con los regantes, entre otras lindezas decía que los agricultores y ganaderos "exprimen el 73% de los recursos (hídricos) y su aportación al PIB apenas supone un 2%".

 

Pienso que, desgraciadamente, es demasiado frecuente la utilización de la demagogia cuando no se tienen argumentos o, cuando se quieren ocultar las verdaderas causas del problema, pero es impropio de un periódico, que presume de seriedad e independencia, ofrecer argumentos cargados de mala intención sin pensar en sus consecuencias.

 

Ante este tipo de informaciones conviene puntualizar que los agricultores y ganaderos no tiran el agua, la transforman en alimentos para consumo humano –hace tan sólo unos días se publicaba un estudio en el que se calculaba que la cantidad de agua necesaria para la producción del alimento diario para cada español, es de 1.452 litros por habitante y día-. Su utilización supone un coste y en consecuencia utilizan el mínimo necesario. Para que nos podamos hacer una idea de lo que significa el regadío en la producción de alimentos, basta recordar que  en España la aportación de la producción de las tierras en regadío a la Producción Final Agrícola supone más del 50% del total, mientras que la superficie ocupada por los regadíos sólo representa el 15,01% de la superficie agrícola útil. Este enorme esfuerzo para la producción de alimentos no se realiza sólo en España también se riega en diversas partes del mundo y en todos los países del arco mediterráneo, tales como Francia, Italia o Israel.

 

El sector español del riego ocupa un lugar de privilegio por su tecnología y eficiencia,  y lo integran no sólo los que utilizan el agua, sino que es una industria mucho más compleja en la que intervienen las empresas de ingeniería civil, industrias de equipos de riego, instaladores, etc.

 

No resulta extraño que cuando se habla del consumo de agua, nadie mencione que en España no se penalizan las escandalosas pérdidas que se producen en la red de distribución, la mayoría de titularidad pública, (25-50 % en urbanas y 40-60% en agrícolas), mientras que en otros países de nuestro entorno se imponen fuertes multas para evitarlas.

 

Finalmente conviene recordar a los editores del citado medio, que siempre se muestra favorable al poder  y al partido que lo regenta, que los agricultores no "exprimen" el recurso, lo utilizan. En cambio los que  exprimen a los agricultores son los que sin consumir recursos, consumen sus márgenes y determinan su futuro. Los mismos insensatos que instan a desmantelar un sector de la producción amparándose en el disfraz de la escasa contribución de su producción al PIB, sin querer asumir las consecuencias inmediatas que esto tendría. A saber, a nivel nacional se produciría una importante reducción de la cantidad de alimentos y estaríamos obligados a  importarlos  de países, que hoy no tienen capacidad para ofrecer las medidas de seguridad alimentaria exigidas por los consumidores europeos, y que los ciudadanos pagarían por ellos mucho más de lo que están acostumbrados a pagar. Estoy seguro que en este caso un gran medio, con el afán de defender a quien ha llevado una errónea política, ha pisado un gran charco.

 

JDM



Para la elaboración del artículo he contado con informaciones facilitadas por  Agroinformación.

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