25.3.2008.
Por: Federico Rodríguez
Ecologistas en Acción nos advierten de lo preocupante de este dato, si bien puntualizan que "diez años" no son suficientes para hablar de tendencias.
Ecologistas en Acción nos advierten de lo preocupante de este dato, si bien puntualizan que "diez años" no son suficientes para hablar de tendencias. Sin embargo sí muestran al menos los periodos secos que podemos vivir, e incluso años peores que se salen de la estadística como este año hidrológico. Algunos concluyen sobre el asunto hablando de regulación, otros de ahorro de agua, de redistribución del recurso. Si además se suma este dato a la necesidad socialmente admitida de mejorar el entorno de nuestros ríos, se concluye que la gestión del agua debe hacerse con parámetros de "eficacia", "prioridad de uso", de "escasez" y, también de "incremento de disponibilidad" del recurso. Dice el comunicado de Ecologistas en acción (verlo completo aquí) La reducción de las aportaciones a los cauces se ha producido de manera desigual, tanto por cuencas, como incluso dentro de la misma cuenca. No obstante, todas han visto mermados de manera importante sus recursos. La reducción ha sido especialmente importante en la cuenca del Segura, próxima al 40%, y también en las del Guadiana, especialmente en su cabecera, Ebro y Cuencas Internas de Cataluña, que han perdido en tan sólo 10 años del orden de una quinta parte de sus recursos. Aunque no se conoce con certeza las causas de estas reducciones en las aportaciones de agua a los cauces, todo apunta a un cúmulo de motivos, entre los que se encuentra la cada vez mayor sobreexplotación de los acuíferos, que retrae agua de los cauces, y sobre todo el cambio climático, manifestado mayormente por la subida de las temperaturas, que a su vez incrementa la evaporación. Lo cierto es que actualmente se dispone de casi un 15 % menos de agua en nuestros cauces que hace unos pocos años, habiéndose producido una reducción mucho mayor que la prevista en las previsiones más pesimistas que se hacían a finales de los noventa, y que fueron calificadas entonces de alarmistas por diferentes sectores. Por otra parte, y a pesar de estas reducciones, el consumo de agua sigue incrementándose. El regadío sigue creciendo de manera importante en las cuencas del Ebro, con cultivos altamente consumidores, y en la del Guadalquivir, como consecuencia mayormente de la puesta en riego de decenas de miles de hectáreas de olivar y viñedo. También continúa creciendo en las cuencas del Duero, Tajo, Guadiana e incluso Júcar, en estas dos últimas cuencas debido también mayormente a la puesta en regadío de los viñedos. (...) Estas son algunas de sus propuestas: ... Ecologistas en Acción exige al Ministerio de Medio Ambiente que, en los nuevos planes hidrológicos de cuenca, que actualmente se encuentran en elaboración, contemple no solo las nuevas aportaciones existentes, sino también la reducción de las mismas que previsiblemente va a producirse en los próximos años, según manifiesta la actual tendencia, y que deje de enmascarar esas reducciones en los recursos, tal y como está haciendo ahora. Ecologistas en Acción considera que la única solución al problema pasa por la adopción de todas las medidas necesarias para recuperar el equilibrio hídrico perdido en cada cuenca y subcuenca. En concreto, mediante el incremento de la eficiencia en la utilización del agua allí donde se pueda, y reduciendo las demandas de aquellas actividades productivas más consumidoras. Para ello, se considera necesario frenar totalmente el desarrollo de nuevos regadíos, así como proceder a la progresiva eliminación de una parte del regadío existente, del orden de varios cientos de miles de hectáreas. Asimismo, debería suspenderse de inmediato, salvo para abastecimiento urbano y cuando no haya otra alternativa, la extracción de agua de aquellos acuíferos que soporten algún nivel de sobreexplotación. También sería necesario establecer medidas restrictivas sobre el incremento del consumo en el sector turístico en la costa mediterránea, frenando el gran desarrollo inmobiliario que se está produciendo, gran consumidor y destructor de los recursos naturales, entre los que se encuentra el agua. Matizando estas afirmación también se ha de señalar que los recursos merman proporcionalmente al uso que se hace en el regadío de las cuencas. Y esa consideración haría menos alarmantes los datos, lo que sí es claro que el clima meditarraneo, la persistencia de periodos secos y la necesidad de mantener nuestro desarrollo llevan a buscar incrementos de recursos. Pero al mismo tiempo, esas mismas razones deberían llevar a aumentar la eficiencia en los sistemas de abastecimiento de población y de riego. No es un recurso a derrochar. En definitiva... "cambio de paradigma social en la apreciación del problema del agua" y una política del agua sostenible. Equilibrio entre demanda y recurso... "incluyendo" como otra necesidad "el estado en el que queremos se muesten nuestros ríos". Por ello, Ecologistas en Acción exige al Ministerio de Medio Ambiente que, en los nuevos planes hidrológicos de cuenca, que actualmente se encuentran en elaboración, contemple no solo las nuevas aportaciones existentes, sino también la reducción de las mismas que previsiblemente va a producirse en los próximos años, según manifiesta la actual tendencia, y que deje de enmascarar esas reducciones en los recursos, tal y como está haciendo ahora. Ecologistas en Acción considera que la única solución al problema pasa por la adopción de todas las medidas necesarias para recuperar el equilibrio hídrico perdido en cada cuenca y subcuenca. En concreto, mediante el incremento de la eficiencia en la utilización del agua allí donde se pueda, y reduciendo las demandas de aquellas actividades productivas más consumidoras. Para ello, se considera necesario frenar totalmente el desarrollo de nuevos regadíos, así como proceder a la progresiva eliminación de una parte del regadío existente, del orden de varios cientos de miles de hectáreas. Asimismo, debería suspenderse de inmediato, salvo para abastecimiento urbano y cuando no haya otra alternativa, la extracción de agua de aquellos acuíferos que soporten algún nivel de sobreexplotación. También sería necesario establecer medidas restrictivas sobre el incremento del consumo en el sector turístico en la costa mediterránea, frenando el gran desarrollo inmobiliario que se está produciendo, gran consumidor y destructor de los recursos naturales, entre los que se encuentra el agua. La reducción de las aportaciones hídricas a los cauces en la península ibérica se trata de un problema ambiental muy grave, que tiene su origen en gran medida en la acción humana, y que conlleva graves consecuencias ambientales, sociales y económicas. Por ello, las administraciones responsables deberían de actuar de inmediato pues, como en la mayoría los problemas ambientales, cuanto más se tarde en adoptar las medidas necesarias para atajarlo, mucho más difícil va a resultar corregirlo.
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