11.3.2008.
Por: Redacción
Con el mejillón cebra es preciso convivir. Un factor de transmisión es la navegación. Por eso la Confederación del Ebro estableció unos protocolos para desinfección de embarcaciones y equipos, pero también puede haber factores no antrópicos que hagan que al final las acciones contra esta plaga sean sólo paliativas.
El mejillón cebra se detectó por primera vez en aguas de la cuenca del Ebro en julio de 2001, en el meandro de Flix y el embalse de Ribarroja. En 2004 se confirmó la presencia de adultos en el embalse de Mequinenza y en 2006 en el embalse de Sobrón. Se vienen haciendo seguimientos periódicos de la presencia del Mejillón Cebra por todas las Comunidades Autónomas de la cuenca. Y con esta información se elaboran mapas que reflejan la presencia larvaria de mejillón en la cuenca del Ebro Entre los vectores de transmisión de esta invasión se encuentra la pesca deportiva desde embarcación. Al ser la Confederación quien otorga las autorizaciones para navegación (art. I, 78 de la Ley de Aguas, Real Decreto Ley 9/2001, Texto Refundido Ley Aguas, y artículos 61 a 68 del R.D.P.H., Real Decreto 849/1986), se determinaron una serie de cambios en las normas de navegación para tratar de frenar su propagación a otras aguas. Entre otras medidas se establece el protocolo de desinfección de embarcaciones y equipos que estén en contacto con masas de agua afectadas por el mejillón. La Confederación del Ebro ofrece estos dos protocolos:
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