3/28/2008

Tertulia debate sobre Medio Ambiente y Cristianismo




El otro día estuvimos varios amigos debatiendo sobre la Ecología y lo que la Iglesia puede decir. De hecho en temas de Medio Ambiente pasa como en los temas sociales: no hay solución católica, pero sí hay directrices basadas en criterios de raíz antropológica y de respeto a la dignidad del ser humano.


Los cristianos sabemos que la Historia es la Historia de los "hombres"... e intentamos proponerles una meta transcendente, pero eso, al ser de hombres y para hombres "al Cesar, lo del Cesar".


Los criterios sobre el planteamiento correcto de la Ecología están basados en el respeto a la creación, en la posición de "administrador" que tiene el ser humano de las realidades materiales, su necesidad de mantener habitable la tierra, que será por milenios su única morada en este mundo, o al menos su única morada "confortable", su compromiso de solidaridad con las generaciones actuales y futuras, y su herencia del pasado.


Por eso si el hombre ha podido alterar el suelo, el agua y el aire con su actividad industrial, por la concentración de la población y por su desarrollo... ha de manifestarse prudente y analizar, para corregir, los desequilibrios que él mismo ha inducido.


En los residuos sólidos la clave es la "interiorización" del reciclaje en la producción de bienes... al mismo tiempo que un cambio de mentalidad que le lleve a "evitar el derroche".


En los residuos líquidos la depuración es una realidad por la que se puede decir que la calidad del agua en los países civilizados ha mejorado en este último cuarto de siglo.


¿Y la contaminación atmosférica? Se ha hecho mucho para evitar emisiones de gases y partículas, se ha mejorado la calidad ambiental de las ciudades, pero sigue la duda sobre la emisión de gases de efecto invernadero.


Al margen de la certeza del calentamiento global o si bien estamos viviendo el retorno a un periodo cálido después de una glaciación, lo cierto es que nuestro consumo para producir energía no parece sostenible. Y ahí el conferenciante, el geólogo y experto en Medio Ambiente, Enrique Urbina, confiaba en la inteligencia humana.


Proponía la seguridad de que se puede multiplicar por dos la eficiencia de la producción de energía solar, que la haría competitiva. También confiaba en que llegaremos a controlar la fisión. Además de comentar que el motor eléctrico o mixto y la reducción de peso de los vehículos haría el transporte más eficiente y más ahorrador de energía.


Hay que trabajar para el hombre, no contra el hombre. No es de recibo eliminar población. De hecho la salud ha mejorado ostensiblemente en este último siglo pasando la esperanza de vida mundial de menos de treinta años a más de sesenta y cinco... lo que implica que varias generaciones conviven en la tierra. Hay opción, sin ampliar la superficie de riego, de alimentar a más de diez mil millones de personas, cifra en la que parece se estabilizará la población en el 2050.


En definitiva: responsabilidad, aplicar la inteligencia, cambio de paradigmas y trabajar para el ser humano, no contra él.


frid

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